8 años ya han transcurrido desde el fallecimiento del compañero Barry Horne y es a 8 años que lo recordamos como lo que es, un guerrero. Revisando brevemente lo que fue su intensa trayectoria por la Liberación Animal, haciendo de esta una propaganda por la acción.
Entrando en la Liberación Animal
Barry era un barrendero en paro que ya en su edad adulta descubrió lo que era la Liberación Animal. Adoptando una postura radicalmente antiespecista enseguida se involucró en la Liberación Animal. Desde el comienzo mostró una iniciativa tan inusual para un “principiante” que levantó las sospechas en muchxs. Participó en concentraciones y piquetes frente a peleterías, difundía el mensaje liberacionista, acudía a manifestaciones y, en muy poco tiempo, pasó a verse implicado en la cara más combativa de la Liberación Animal.
Barry empezó a acudir a sabotear la caza todas las semanas. El sabotaje de la caza consiste en obstaculizar una cacería haciendo uso de diferentes métodos (distrayendo a los perros de los cazadores, espantando los animales, etc.). El problema del sabotaje de la caza es que su gran efectividad es una espada de doble filo. Por un lado lxs saboteadorxs sienten una gran alegría al ver con sus propios ojos cómo salvan animales de los disparos de los cazadores. Por otro lado este éxito se vuelve contra ellxs, ya que los cazadores también ven cómo su deseado “trofeo” escapa. Frecuentemente los cazadores (que en Inglaterra se reúnen en grandes cacerías para matar zorros) reaccionan de un modo agresivo, y esto da lugar a muy violentas peleas. Lxs saboteadorxs de la caza, compañerxs de Barry le describen como alguien a quien les tranquilizaba tener cerca. No dejaba la pelea hasta que todxs sus compañerxs estaban segurxs.
Descubriendo el Frente de Liberación Animal
Quizás esta fue la primera forma en la que Barry salvó animales de una muerte segura. Lo que sí sabemos con firmeza es que cuando probó la eficacia de los métodos del F.L.A. fue consciente de que esa era una herramienta que no podía desestimar si quería conseguir la liberación animal.
Fue tan fuerte el impacto que creó en Barry el entrar a laboratorios y rescatar animales, o el sabotear las propiedades de explotadores que, sin olvidar las otras estrategias, se aferró a los métodos del F.L.A. considerándolos como los más poderosos.
Barry era una de esas personas que realmente sentía eso de “Liberación Animal ahora”. No lo usaba como un eslogan o como una frase con la que decorar camisetas, probablemente esas palabras jamás salieron de su boca, pero las expresó como mejor sabía hacer; mediante la acción. Cuando se reunía con su grupo de personas afines Barry destacaba por centrarse en la acción. En el momento en el que una reunión se prolongaba más de la cuenta él era quien centraba de nuevo la conversación para enfocarla en qué iban a hacer, cómo y cuándo.
Al oír hablar de Barry, de su conducta, podemos pensar en una persona de edad adulta, que quería aprovechar al máximo los años en los que podría seguir realizando lo que consideraba más efectivo. Nos encontramos ante una persona que continuamente tenía decenas de acciones programadas, cuando se reunía con sus compañerxs y amigxs en algún lado, en el trayecto de vuelta a casa dejaba a su paso unos cuantos cristales rotos. Evidentemente para él el tiempo apremiaba, y lo quería aprovechar al máximo.
Actuando sólo
Aun ya muerto, y obviamente sin peligro de ser juzgado por ello, no sabemos en cuántas acciones del F.L.A. participó Barry. Esto se debe a que era una persona que solía actuar aisladamente. Se daba cuenta de que sólo unas pocas acciones requerían la participación de más de una persona.
Si Barry quería hacer una concentración frente a una peletería y no podía contar con nadie no tenía problemas en acudir sólo a repartir folletos. Saboteaba la pesca frecuentemente sin necesidad de que nadie le acompañase, para ello se limitaba a arrojar al pescador al río dándole un empujón.
Tras su muerte algunxs compañerxs de Barry han sacado a la luz algunas de las acciones en las que participó junto a ellxs; como un rescate desde Interfauna (un criadero multinacional de animales para la vivisección) de donde se rescataron 82 perrxs beagles y 32 conejxs , el rescate desde Park Farm (un criadero que trabajaba para la universidad de Oxford) de donde se rescataron 36 perrxs beagles, o los sabotajes a Boots (empresa con laboratorios de vivisección entre otros negocios) desde encadenamientos, reventar ventanas, protestas en la calle e incluso incendiar sus tiendas. Además, fue encarcelado en distintas ocasiones por acciones en grupo. Como el intento de liberación de Rocky el delfín o cuando fue sorprendido junto con otrxs 7 encapuchadxs mientras intentaban incendiar una flota de autobuses empleados para transportar a los trabajadores de H.L.S. al laboratorio.
Sin embargo, todo apunta a que la estrategia que consideraba más efectiva para lograr la Liberación Animal, el actuar de forma individual, fue su manera favorita. Evidentemente es algo que no compartía con nadie. Lo que hacía se lo guardaba para él, no necesitaba que nadie le diese una palmadita en la espalda. Pero como se ha señalado, el frenético ritmo con el que llevaba a cabo su serie de acciones del F.L.A. desencadenó en un muy reducido número de detenciones, no obstante fueron suficientes como para que la policía descubriese en qué tipo de cosas se veía envuelto. Con su última detención se confirmaron las sospechas de sus compañerxs de que él actuaba en la mayoría de las ocasiones solo.
Busqueda y captura
Lo que ocurrió fue lo siguiente. Barry había pasado, al menos tres años en prisión. Recordemos que era una persona a la que le ardía el deseo por hacer cosas, no era de las que se planteaban el atacar un establecimiento o liberar unos animales y dejaba que pasasen las semanas hasta que finalmente lo hacía. Muy al contrario enseguida se ponía a preparar la acción en sí, y entre medio realizaba el mayor número de “acciones menores” posible. Una persona así, con esas ganas y esa iniciativa tuvo que sentirse muy frustrada en prisión. Veía pasar los días y que no podía continuar su lucha.
Tras un juicio a Barry se le anunció que debía ingresar en prisión de nuevo. No tardó en encontrar una solución para no entrar en un nuevo estado de frustración; Barry nunca se presentó.
Barry desapareció de la faz de la tierra, pero la policía le conocía y era consciente de que no era de esas personas que utilizaría el argumento de la represión como excusa para traicionar sus ideas y a los animales. Sus sospechas quedaron confirmadas, una oleada de incendios en establecimientos de Boots (compañía que experimentaba con animales, al menos hasta que Barry y otrxs entraron en acción) salpicaba una zona de islas en Inglaterra. Finalmente dieron con él, pero no podían limitarse a detenerle, entonces tan sólo cumpliría la condena que previamente tenía más la resultante de no haberse presentado el día indicado. La policía necesitaba pruebas de que él solo había iniciado una campaña de incendios en la que hacía uso de artefactos incendiarios del tamaño de un paquete de tabaco. Los programaba para que se activasen de noche, cuando la compañía estaba vacía (para causar el mayor daño posible y sin lastimar a nadie), los escondía en el establecimiento escogido.
Fue necesario que la policía desplegase un inmenso dispositivo de seguimiento y emplease una gran cantidad de recursos para que Barry no sospechase. Más de 60 personas participaron en la operación. Finalmente lograron su objetivo, y Barry fue atrapado literalmente con las manos en la masa. En las imágenes aparecidas en las noticias al día siguiente se podía ver a un hombre de alrededor de 50 años, ataviado con una gorra de larga visera, manos esposadas a la espalda, y cuyas yemas de los dedos estaban envueltas en cinta aislante. Su cara reflejaba la derrota, no obstante su figura se mantenía firme, sabía que ese día iba a llegar tarde o temprano.
Por supuesto aunque no son pocas las ocasiones en las que Barry fue detenido por llevar a cabo acciones del F.L.A. en grupo (como cuando fue sorprendido con un pasamontañas).
Por ello, se cree que la gran mayoría de las acciones del F.L.A. que llevó a cabo jamás se las contó a nadie. Sin embargo, en lo referente a las acciones que llevó conjuntamente con otras personas, se sabe que no fueron pocos los laboratorios a los que entró.
La cárcel y las huelgas de hambre
Una vez descrita la forma en que Barry concebía el tiempo, como si la vida fuese una cuenta atrás en la que puede perder un instante en hacer lo que le pide el cuerpo y el corazón, podemos entender cómo asumio la condena de 18 años.
Recordemos que ya había estado una buena temporada en la cárcel, cuando decidió continuar en el F.L.A. sabía a lo que se atenía y lo asumía gustosamente. Con un fuerte carácter y sin miedo a las peleas difícilmente temía la prisión, sin embargo la cuenta atrás seguía en marcha, no se detenía cada vez que era encarcelado. Quería hacer algo por la Liberación Animal, nada podía impedírselo, la estrategia del gobierno de encarcelarlo no iba a ser suficiente para frenar sus deseos.
Recurrió para seguir luchando a lo único que le quedaba, su propia vida. Aparentemente trataba de pedir al partido político en el poder que cumpliese sus promesas electorales. Ellos habían afirmado que prohibirían la vivisección si salían elegidos. Barry, como explica John Curtin (un compañero de lucha de Barry), no era ningún demócrata y jamás había creído en esas promesas. Por supuesto no acudió a votar aquellas elecciones y probablemente jamás pensó que los laboristas fuesen a cambiar su política con los animales gracias a su huelga de hambre.
En lo que sí que creía Barry era en la capacidad de los grupos e individuos por la Liberación Animal, y desde dentro de una jaula él quería encender la mecha para que la gente se sintiese furiosa, y tradujese su rabia en acción. Ya que él desde dentro no podía actuar, y usaría alguna estrategia para trasmitir a lxs demás que aproVecharan de pasar a la acción mientras pudieran.
Sus huelgas de hambre hicieron que el tema de la experimentación animal saliese a la luz de nuevo, y muchas personas que eran meras espectadoras del tema pasaran a tomar la acción en contra de esta. Por su parte, lxs que ya estaban activxs multiplicaron sus acciones.
Visto esto nos podemos reír de los periodistas que calificaban a Barry Horne como un “mártir”, algo que él mismo detestaba. También podemos preguntarnos ¿sirvieron de algo las huelgas de hambre?, sin duda Barry contestaría que sí, él murió satisfecho. Decidió seguir su lucha desde la prisión, reivindicando la Liberación Animal hasta el último momento, nunca arrepentido ni derrotado.
Durante las huelgas, activistas por la liberación animal llevaron acabo diversas acciones contra granjas, carnicerías y laboratorios de investigación, liberando animales y destrozando equipos. Todas estas acciones se las dedicaron a Barry. También la Animal Right Militia (grupo a favor de la violencia física contra explotadorxs) dio una lista de 10 vivisectorxs que tenían como objetivo, en caso de que Barry muriese.
Producto de las huelgas, Barry se quedó ciego de un ojo, casi pierde la vista del otro y se quedó sordo de un oído.
El domingo 4 de noviembre Barry permitió que se le suministraran alimentos, pero los daños sufridos en su hígado ya eran irreversibles. Barry falleció un lunes por la mañana a la edad de 49 años, el 5 de noviembre de 2001, debido a una falla en el hígado, que tenía muy dañado como consecuencia de anteriores huelgas de hambre. Barry no había comido en 15 días, pero estaba debilitado por 3 huelgas de hambre previas, de las cuales la más larga duro 68 días en 1998, en protesta contra la vivisección. En esta ocasión Barry ya había estado cerca de la muerte.
El funeral
Si puede haber un buen funeral, Barry tuvo uno. Más de 800 personas reunidas en la pradera de Midsummer, en Northampton. Había un ambiente triste pero también una sensación de estar reunidxs para celebrar la vida de Barry. Durante el entierro se leyó una carta del preso del Frente de Liberación Animal, Mel Brought, quien es uno de los mejores amigos de Barry. Luego habló Keith Mann, otro activista por la liberación animal, y le dijo a la gente que no había que tener miedo del sistema y que la enorme determinación y valentía que Barry había demostrado que sería siempre una inspiración para todxs. Keith comentó que la represión nos fortalece, su sentencia de 11 años de cárcel solo habían servido para darle fuerza y dijo que la lucha por la liberación animal no era nada sin la acción directa y que todxs tenían un papel que desempeñar en ella.
Uno de los pocos deseos que Barry hizo sobre su funeral fue que se le llevase por las calles del centro de la ciudad llevando puesta su camiseta del equipo de fútbol local y tener un entierro pagano.
Se camino por las calles en silencio, llevando banderas moradas y pancartas por la liberación animal, en un muy largo proceso de luto. Se repartieron panfletos sobre Barry a la gente que miraba. La gente se turnó para llevar el ataúd (un ataúd ecológico hecho de papel maché). Después la caminata se dirigió al cementerio de Olney. El cortejo fúnebre fue increíblemente largo, el trayecto fue más de 16 kilómetros. El hermano de Barry, su hermana, su excompañera y sus hijxs dispusieron de unos momentos al lado de la tumba con él. Luego todxs se reunieron en círculo alrededor de él mientras se conducían los ritos paganos, que conmovieron a todxs. Kate habló del ciclo de la vida, simbolizado por el árbol que iba a ser plantado sobre la tumba de Barry. El ver su cuerpo descender dentro de la tierra podía hacer comprender que Barry Horne estaba realmente muerto. Pero la sensación en todxs era que Barry estaba muy vivo dentro de cada unx.
Después llegó el velatorio, mucha gente hablando con viejxs amigxs. Se hizo un mural con fotos de Barry, desde que era pequeño hasta sus huelgas de hambre, pasando por otros periodos de su vida. En su tumba se dejaron cartas y mensajes de la gente. Cuando acabó el velatorio empezó el 2º velatorio en un ambiente con muchos bebestibles y música, algo típico que hacia Barry con sus amigxs.
El árbol lo plantó la familia de Barry y algunxs de sus amigxs el 15 de diciembre para dar tiempo a que la tierra se compactase.
Lo que sigue a continuación son algunas de las notas que dejaron en el funeral de Barry.
- “Barry, tú estás en paz ahora. Espero que tu coraje y determinación sean una inspiración para otrxs para continuar la lucha en tu nombre. Tú y los animales habéis sido traicionadxs por el poder, pero nosotrxs no te dejaremos. La lucha continuará. Todxs nosotrxs haremos lo que podamos a nuestra manera. Amor y liberación.”
- “Los vivisectores pagarán tu muerte.”
- “La batalla es global ahora y está creciendo, y la continuaremos hasta ganarla”.
- “Perder tu libertad y después tu vida fueron los últimos sacrificios, la lucha continuará y tú nunca serás olvidado. Liberación animal para siempre”.
- “¡A nuestro hermano Barry! Por los animales diste tu vida. Estás ahí arriba con otrxs revolucionarixs. Desgraciadamente te hemos perdido pero la lucha sigue. Jode el sistema.”
- “La tiranía y desprecio con que te trataron no lograron romper tu espíritu. Cuando no podías dar nada más diste tu vida. Nunca te olvidaremos. Continuaremos la lucha por la LIBERACIÓN ANIMAL.”
- “Para Barry, asesinado por el estado y lxs bastardxs que no se atrevieron a luchar. Descansa en paz hermano, tu espíritu seguirá vivo. ¡Tiocfaidh Ar Lá!”.
- Bajo la foto de un joven Beagle: “Disfrutando de mi libertad gracias a Barry y otrxs como él. Seguir luchando.”
Palabras finales
Son muchxs los grupos e individuos lxs que cada 5 de noviembre (o días cercanos)en todo el mundo, saludan a Barry con acciones, reivindicando la acción directa como método efectivo y recordando que el compañero nunca estará olvidado. La cárcel y la muerte evidentemente que son posibles consecuencias, tras asumir un posicionamiento radical en la lucha (sea por la liberación animal, humana, de la tierra o contra la dominación), y eso es algo que Barry tenia asumido, quedando demostrado en sus numerosas pasadas por la prisión y finalmente con su firme convicción en la reivindicación y el no arrepentimiento, lo que lo llevó a seguir luchando con sus huelgas de hambre e incentivando a que la lucha no se quedara en la palabra vacía. Barry deseaba y motivaba a que lxs activistas actuasen día a día y noche tras noche, tal como él a sus casi 50 años lo hacía, transformando sus ideas en acciones cotidianas.
Finalmente somxs todxs lxs que hoy en día estamos en la lucha, quienes debemos cuestionarnos nuestro actuar y ver si este tiene coherencia con nuestras ideas. Rescatar experiencias de otros lugares y acercarlas a nuestra realidad. Ver que cualquier individuo puede hacer mucho más que solo hablar.
Compañero Barry, presente!
Barry vives en lxs que luchan! (esxs que callan y actuan)
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