[Fotos] Barricadas y enfrentamientos en solidaridad con los Huelgistas Mapuche fuera de la U. de Chile en Santiago

“Como es lógico, los esbirros del estado llegaron a “normalizar” la situación y se produjeron enfrentamientos que no resultaron con ningún detenido. Una expresión más de lo molesto que le resulta al capital la ruptura en su lógica, aunque sea en un espacio y tiempo determinados.”



Comunicado:

El día de ayer [10/10] se realizo una manifestación en las afueras del campus Juan Gómez Milla en solidaridad con los Presos Políticos Mapuche, especialmente aquellos que se encuentran en Huelga de Hambre. Esta acción se realizo alrededor de las 15:00hrs y consistió en una irrupción de la cotidianeidad del capital con neumáticos y miguelitos. Como es lógico, los esbirros del Estado llegaron a “normalizar” la situación y se produjeron enfrentamientos que no resultaron con ningún detenido. Una expresión más de lo molesto que le resulta al capital la ruptura en su lógica, aunque sea en un espacio y tiempo determinados. Es esa expresión de molestia por el Estado se comprende cuando lo invisibilizado es vuelto a poner en la superficie y la potencialidad que presentan estas acciones para un desarrollo extenso de la guerra de clases (cosa que ya hemos tocado en varias ocasiones)

Sobre esto ultimo es que se torna valioso que en estas instancias se llene de un sentido la acción misma, que no sea apropiada por el poder, que vaya más alla de su lugar concreto y se manifieste como una critica practica. Este “llenar de sentido” es luchar contra el impuesto, desestructurarlo y saber lo que siempre supimos o sospechamos pero que liberados de toda esa saturacion del capital se manifiesta como realidad. Esta necesidad radica en los altos grados de alienación y capas de ideología que hacen de cada acción una reapropiación por el espectáculo para su cometido. La practica no siempre expresa un sentido, a veces debemos también luchar contra lo que obstaculiza el sentido real de lo que hacemos. Ya sea mediante una panfleteada o la comunicación, la cuestión radica en desestructurar esa saturación de sentido que ha logrado el capital.

Panfletos:

Lo mejor de su vida se le escurre por los dedos, pero el continua porque tiene la costumbre de obedecer desde siempre. La obediencia se ha convertido en su segunda naturaleza. Obedece sin saber por que, simplemente porque sabe que tiene que obedecer. Obedecer, producir, consumir, he ahí el tríptico que domina su vida. Obedece a sus padres, a sus profesores y a sus patrones, a sus propietarios y a sus mercaderes.

Obedece a la ley y a las fuerzas del orden, obedece a todos los poderes porque no sabe hacer otra cosa. No hay nada que lo asuste más que la desobediencia, porque la desobediencia es el riesgo, la aventura, el cambio. Así como el niño entra en pánico apenas pierde de vista a sus padres, el esclavo moderno se siente desorientado sin el poder que lo ha creado.

Por eso, el continua obedeciendo.

El miedo ha hecho de nosotros unos esclavos y nos mantiene en esa condición. Nos inclinamos ante los amos del mundo; aceptamos esta vida de humillaciones y de miseria, solamente por temor. Sin embargo, nosotros disponemos de la fuerza numérica frente a la minoría que gobierna. Su fuerza no la obtienen de su policía sino de nuestro consentimiento. Justificamos nuestra cobardía al enfrentamiento legítimo contra las fuerzas que nos oprimen con un discurso lleno de humanismo moralizador.

El rechazo a la violencia revolucionaria esta anclado en los espíritus de aquellos que se oponen al sistema defendiendo unos valores que el mismo sistema les ha enseñado.

Pero cuando se trata de conservar su hegemonía, el poder no vacila nunca en utilizar la violencia.

Sin embargo, existen algunos individuos que escapan al control de las conciencias, pero están bajo vigilancia. Todo acto de rebelión o de resistencias es asimilado como una actividad desviada o terrorista.

La libertad no existe, sino para aquellos que defienden los imperativos mercantiles. A partir de ahora, la verdadera oposición al sistema dominante es totalmente clandestina. Contra esos opositores, la represión es la regla vigente.

Y el silencio de la mayoría de los esclavos frente a esta represión es justificada por el propósito mediático y político de negar el conflicto que existe en la sociedad real.

“Compañerxs, el tiempo de la vida es muy corto… Si vivimos, vivimos para pisotear cabezas de reyes”




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Sacado de hommodolars.org.

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