Declaracion de la compañera Marina Cugnaschi en Tribunales antes de ser condenada, Italia

Declaración en la sala del juzgado de la compa Marina antes de que el tribunal de Génova (de primera instancia) la condenara a 11 años y 9 meses por los disturbios de julio de 2001 durante las protestas del G8.



Hago presente que, como anarquista, no reconozco como mi interlocutor al aparato judicial, órgano del Estado cuya única función consiste en la protección esencial de las clases sociales privilegiadas y en la defensa de la propiedad privada.

Por tanto, con la siguiente declaración, dirigida principalmente al exterior de este edificio, aprovecho la ocasión para dirigirme a todxs aquellxs que poseen las condiciones para entender mis palabras.

Deseo dirigirme a las clases subalternas, a quienes soportan las condiciones alienantes de lxs explotadorxs y opresorxs del avanzado y moderno sistema capitalista, cada vez más despiadado y excluyente.

Asimismo, hago presente que no tengo nada que declarar sobre mi conducta, mis convicciones y mis elecciones políticas, ni mucho menos busco pedir clemencia a lxs señorxs del tribunal.

La naturaleza exquisitamente política de este procedimiento penal impone una toma de postura clara, sobre todo, teniendo en cuenta los innumerables intentos de la magistratura y la prensa por desacreditar y despolitizar ante la opinión pública a lxs imputadxs en este proceso.

Sujetos que, a su pesar, tropezaron con los engranajes de la justicia burguesa y se les representó, en algunos casos, como un hatajo de gamberrxs violentxs, en otros como una horda de bárbarxs que salieron a las calles de Génova con la clara intención de devastarla y saquearla.

No, señorxs, me temo que la acusación de devastación y saqueo se la devuelvo directamente al remitente por ofensiva y por no formar parte de mi bagaje histórico y político.

La clase social a la que pertenezco está llena hasta los topes de injusticias, abusos y humillaciones infringidas por la patronal.

Y es justo en el santuario de la inquisición democrática donde se perpetúa, sistemáticamente, la injusticia social, donde quiero aclarar y confirmar mi firme oposición a toda forma de Dominio, a la desigualdad social, a la explotación.

Y aunque soy consciente de que, como enemiga de vuestra clase, se me infringirá una pena severa como portadora de principios malsanos absolutamente en conflicto con el orden constituido, os comunico que personalmente, como trabajadora asalariada, he tenido la oportunidad de conocer a lxs verdaderxs devastadorxs y saqueadorxs.

Residen en edificios de lujo o del Poder, son lxs patronxs, lxs jefxs de Estado, en resumen, toda la clase dirigente de este infame sistema.

Un exiguo porcentaje de individuxs en esta tierra que, en nombre del beneficio, del prestigio y del poder absoluto, depredan y saquean el planeta entero.

Empujan al hambre y a la pobreza a millones de personas, tanto al sur del mundo como en Occidente, explotan a lxs obrerxs en el trabajo hasta convertirlxs en esclavxs, por tanto, son lxs responsables directxs de las innumerables muertes laborales.

Sepultan en las cárceles a todxs aquellxs a lxs que se les obliga a vivir al margen de esta sociedad opulenta.

Combaten en guerras, ya sean humanitarias o de conquista, poco importa, exterminando poblaciones enteras, devastando países enteros y saqueando sus recursos. Y la lista podría seguir hasta el infinito.

Hay que luchar contra todo esto, hay que oponerse innegablemente a la dictadura capitalista.

Para mí, esta fue la razón de las movilizaciones de lucha anti-imperialista y anti-capitalista en Génova en 2001, no tanto porque lo considere un evento político único en la vida de lxs explotadxs, determinado por la presencia de lxs patronxs de la tierra, de quienes mendigar alguna migaja caída de sus suntuosos banquetes; lo hice como continuación de un recorrido político ya emprendido, animado por la fuerte exigencia de transformar radicalmente un modelo social basado en la vejación. El mismo motivo que me empuja ahora a participar en momentos de lucha construidos desde abajo, situaciones menos espectaculares y que interesan menos a las cámaras del poder mediático, pero ciertamente auténticas.

En Génova en 2001, con mucha determinación se reafirmó un principio fundamental, a través de la re-apropiación de un espacio urbano negado y hecho inaccesible mediante la imponente presencia militar para impedir toda forma de desaprobación de lxs representantes del Dominio.

Ninguna sentencia podrá reescribir la historia de aquellos días. Carlo seguirá viviendo todos los días en nuestras luchas.

Marina Cugnaschi
c/o Casa Di Reclusione Di Milano – Bollate
Via Cristina Belgioioso N° 120 – cap 20157 Milano (Italia).

Para apoyar a los gastos carcelarios de Marina Cugnaschi, ingresos a:
Valli Massimiliano
CÓDIGO IBAN - IT04U0100501660000000000594

[Sacado de es.ContraInfo.espiv.net]

“Vale más una ventana rota que una vida destrozada - G8 2001 no ha acabado.
Solidaridad a todxs lxs condenadxs por devastación y saqueo - Génova 2001″

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