Como en las mejores épocas de la dictadura, se reeditan las practicas de la policía secreta.
Esta vez un auto blanco frena ruidosamente en la calle, descolocando la rutina y ruidosa normalidad de la urbe, se bajan sujetos de civil armados y secuestran a un joven ante la mirada atónita de los transeúntes. Golpes, gritos, puñetazos, forcejeos, mas golpes. La gente mira, no entiende y las puertas se cierran de golpe para seguir en marcha, las calles quedaron con un “transeúnte” menos y abducido por aquel auto blanco.
La angustia duro un tiempo, el paradero desconocido para luego dejar evidenciar la realidad desnuda del terrorismo de la democracia. La policía política, la CNI se volvía a mostrar como en sus mejores momentos, ahora bajo el acrónimo de DIPOLCAR.
La presa fue paseada ante las cámaras de prensa para que no quedara duda que cuestionar el monopolio de la violencia es respondido con todos los medios por parte de los poderosos (sobre todo con los medios mas violentos). Pero aca no se baja la mirada y se les recuerda a viva voz: “ni la cárcel ni sus verdugos frenaran la lucha callejera”.
Los policías a cargo en el cuartel, no entienden, no comprenden, solo desprecian que el comportamiento no sea el acostumbrado: “mi cabo”, “permiso”, “perdón”, “disculpe”, “no porfavor no” y una larga serie de frases humillantes. El uniforme dice ante los micrófonos: “no ha colaborado con la investigación y solo se ha dedicado a inferir insultos a carabineros”.
Pero ¿porque este joven se encuentra viviendo esto?. El recién pasado 11 de septiembre se produjo una marcha en recuerdo y memoria frente a una de las dictaduras militares mas sangrientas y largas de Latinoamérica que de forma “inédita” se fue pactando, acomodando y actualizada para llegar a la democracia -la forma cambia, el fondo del poder sigue-. En dicha protesta, un policía de fuerzas especiales cae del caballo y es agredido por distintos sujetos.
Mientras las esposas se cerraban sobre las muñecas del compañero, el presidente daba el beneplácito al cambio de mando en la nefasta institución de carabineros. El sobrino del director de la CNI, Eduardo Gordon es remplazado por Gustavo González Jure. Además de las medallas y las condecoraciones también fueron traspasadas las ametralladoras que dieron muerte a Manuel Gutiérrez y han herido a decenas de jóvenes en las ultimas manifestaciones, las toneladas de gases lacrimogenos utilizados durante este año, los litros de agua envenenada de los carros lanzaaguas, las horas y horas de escuchas telefónicas a cualquiera que estorbe en la normalidad, las lumas ensangrentadas durante las protestas, el ejercito de carros blindados contra el enemigo interno y la enorme cantidad de cadáveres de revolucionarios muertos en democracia.
Cristóbal se llama el compañero anarquista y vegano, quien es acusado de participar en la golpiza al policía. En cuanto al batallón de uniformados: francisco nelson toledo puente, jorge segundo marin jimenez, marcelo segundo muñoz cifuente, luis crespo zamorano (asesinos de los Hermanos Vergara), norman vargas (asesino de Daniel Menco), marcos treuern (asesino de Alex Lemun), walter ramirez inostroza (asesino de Matías Catrileo), miguel jara (asesino de Jaime Mendoza) y finalmente miguel millacura (asesino de Manuel Gutiérrez) son solo algunos de los nombres que han salido a la luz.
¿Las pruebas? su innegable presencia en entornos anárquicos, antiautoritarios y de liberación animal, en okupaciones y solidarizando con lxs compas involucradxs en el “caso bombas” sumado a un par de fotos donde los periodistas con tendencias y complejos policiales capturan caras y vestimentas de quienes agredían al policía tras caerse del caballo. La policía mediante sus voceros habla de elaborados seguimientos que dieron resultados la identificación de Cristóbal, la realidad es que la policía secreta solo saco fotos de Cristóbal caminando y participando en la marcha sin nada especial, el resto fue labor gratuita de la prensa… particularmente de la “agencia uno”.
Tras la labor policial se encontraba nuevamente la oscura mano del reflotado fiscalillo Alejandro Peña. Volvió a aparecer y volvieron a aparecer sus delirios. Tras cumplir las metas propuestas por el poder ejecutivo de inventar, encarcelar y acusar con las penas del infierno a lxs compas del “caso bombas”, Peña renuncia a la fiscalía sur y comienza a trabajar derechamente en el Ministerio del Interior en la división de estudios especializados en controlar la violencia social.
Esta vez, Peña señalo que el compa es “refractario al sistema de administración de justicia” y volvió a delirar sobre casas okupas y centros de poder.
Los noticieros y los periódicos festinan con las detenciones y realizan llamamientos para próximos castigos, ante la propaganda del dominio no nos quedaremos callados.
Ahora el compañero enfrentara el circo jurídico, sin saber que ocurrirá exactamente y solo sabiendo donde empieza pero no donde continuara todo esto, llamamos a solidarizar a no quedar indiferente con los compañeros que conocidos o no están llenando cada vez de forma mas rápida los centros de exterminio. A apoyar y seguir los distintos procesos jurídicos que pesan por ideas o actos de libertad.
¡Fuerza a su familia, compañerxs y amigxs!
¡Nunca mas solos!
Compas solidarixs