Actualizaciones respecto a lxs compañerxs anarquistas presxs en Grecia

Pequeño resumen de ultimas semanas. Juicios que vienen, traslados y cartas de compas presxs.



Juicios que vienen

El 16 de septiembre empezará el juicio contra los compañeros Simos Seisidis y Aris Seirinidis, ambos arrestados el 3 de mayo de 2010, aunque con acusaciones diferentes. Simos, que sigue en el hospital carcelario de Koridallos, está acusado de “intento de homicidio” del… mismo policía que ése día le disparó por la espalda hiriéndole de gravedad (recordamos que a causa de esos disparos y por el descuido de los médicos Simos perdió una pierna), mientras que Aris, que actualmente está en libertad (en junio pasado,después de más de un año en la cárcel fue absuelto de otros cargos que tenía), tiene la simple falta de “porte de armas”.

El 5 de octubre empezará en la sala judicial de cárcel de Koridallos el juicio contra la organización armada “Lucha Revolucionaria”. Lxs acusadxs son 8: Nikos Maziotis, Pola Roupa y Kostas Gournas siendo miembros que asumieron la pertenencia al grupo, Hristoforos Kortesis, Vagelis Stathopoulos y Sarandos Nikotopoulos que tienen los mismos cargos pero niegan formar parte de L.R. y actualmente se encuentran en libertad provisional, más un compañero en busca y captura y Maria Beraha, la compañera de Kostas Gournas y madre de sus dos hijos, que está en libertad provisional y como la única acusación tiene “simple pertenencia” al grupo. Hay un montón de detalles sobre el caso, con los típicos trucos legales como la nueva acusación contra K. Gournas de ser… ¡”el tesorero” del grupo!, y en las próximas semanas intentaremos informar más.

El 18 de octubre empezará en ciudad de Halkida (isla de Evia) el juicio contra compañerxs acusadxs de realizar un atraco al banco en localidad de Psahna el 17 de septiembre de 2010. Lxs acusadxs son 4: Mihalis Traikapis y Aleksandros Kossivas (que desde entonces se encuentran encarcelados en Koridallos), Maria Ikonomou (que fue detenida junto a ellos el mismo día para luego ser puesta en libertad provisional con cargos) y V. Polikretis (que varios meses después de lo ocurrido fue citado a juzgados de Halkida donde, sin ninguna prueba aparte de su relación de compañeros y de amistad con lxs demás acusadxs, resultó acusado de participar en el dicho atraco y desde entonces está en libertad condicional con cargos). Además, el 31 de julio de 2011 las autoridades abrieron un nuevo capitulo de persecución penal contra 2 compañerxs implicadxs en el caso: en mitad de agosto Aleksandros Kossivas y Maria Ikonomou fueron citadxs a los juzgados de Halkida para descubrir que ésta vez se les acusa también de realizar otro atraco no resuelto en la misma isla de Evia, uno que tuvo lugar el 29 de marzo de 2010 en localidad de Skhimatari. Las pruebas son tan inexistentes como las del caso de Psahna: supuestos “testimonios” de chivatos que queriendo ser ayuda a la policía, con el paso del tiempo se van “recordando” más y más detalles teniendo como objetivo meter nuevos cargos a lxs compañerxs anarquistas ya “enmarronadxs”. Se trata de una táctica más y más popular entre los policias y jueces de provincia: recordamos que hace más de un año las autoridades de isla de Kefalonia de repente “descubrieron” que detrás de uno de los atracos a bancos realizados allí puede estar nuestro compañero Alfredo Bonanno, que entonces junto a Hristos Stratigopoulos estaba acusado también del atraco en Trikala. A pesar de que los ambos fueron condenados ya hace medio año por lo de Trikala, Alfredo ya está en Italia y Hristos está cumpliendo su condena de 8 años en cárcel de Larissa, en julio pasado las autoridades de la isla citaron de nuevo a Hristos para interrogarle y ver si se le puede montar algún cargo real. Hasta ahora (oficialmente) no hay ninguna acusación nueva contra Hristos pero seguimos atentos…

Traslados

La ultima actualización de listado de presxs fue publicada, aquí.

Primero, debido a los constantes traslados de presxs de Conspiración de Células del Fuego fue creado un apartado de correos para comunicarse con ellxs.

¡Cuidado! No escribir ningún nombre más en la carpeta aparte de:

Post Box 51076
T.K. 14510 Nea Kifisia
Athens
Greece

Recién el preso de CCF Damianos Bolano fue llevado a cárcel de Nafplio. Su traslado fue realizado como “castigo disciplinario” respondiendo a la desobediencia del compañero. Pues la nueva dirección es:

Damianos Bolano
Dikastiki Filaki Nafpliou
T.K.21100 Argolida
Greece

Hristos Kolentinis, compañero detenido el 9 de julio pasado y acusado de ataque contra las policías con molotovs, publicó recién una carta (se incluye en el siguiente resumen). Su dirección es:

Hristos Kolentinis
Dikastiki Filaki Koridallou-A pteryga
T.K. 18110 Koridallos
Athens
Greece

Un compañero más, Mihalis O. fue detenido el 5 de septiembre pasado y, acusado también de lanzar molotov, se encuentra actualmente en cárcel de menores Avlona. Esperemos que dentro de poco escribirá una carta respecto a su posición que nos permitirá publicar su dirección.

Durante el último mes hubo un par de traslados más, nuevas direcciones serán publicadas al confirmarlo.

Cartas de compañerxs

El siguiente es un texto que la compañera Konstantina Karakatsani escribió como su aporte a las jornadas “Mujeres frente al encierro” realizadas 10 y 11 de junio en la casa ocupada Patission 61 & Skaramaga en Atenas. Recordamos que Konstantina pasó los primeros meses después de su detención en abril de 2010 en módulo de menores en Thiva, para luego ser trasladada a Koridallos (Atenas).

Un vistazo al módulo de menores de la cárcel de mujeres de Thiva

A las condiciones que alguien ve por primera vez como espectador, quizás las describiría como buenas. Hay conejillos en el jardín, florecitas sobre las paredes y la ironía está sonriendo en éste lugar, especialmente diseñado para menores de edad femeninas infractoras de la Ley. Entrando más dentro estás de cara con un ambiente esterilizado e imponente: cámaras, dobles cristales, rejas gruesas y firmes, luces fuertes y permanente puestas, también por la noche. Las celdas están una frente al otra, con unas puertas pesadas que al cerrar hacen un golpe ensordecedor. Las puertas tienen un agujero en la altura y del tamaño de la cara, para que la carcelera pueda molestar a las presas cada una hora, cuando por la noche está dando vueltas por el ala. Lo hace encendiendo la luz con un interruptor situado en el pasillo y mirando para dentro. En el módulo hay chicas de 14 a 21 años. La violencia es un fenómeno frecuente, causada siempre por los mismos “insuperables” motivos: los teléfonos o los hornillos de cocina ocupados, pero también por una razón más profunda: algunas quieren imponerse sobre otras para así “subir” a los ojos de las demás. Hay “barrios”, es decir diferentes mesas a las cuales se sienta cada camarilla por separado. Las camarillas se están creando principalmente según el origen y algunas veces entran en conflicto una con la otra, puesto que el elemento de “orgullo nacional” está fuerte. A pesar de todo eso, el racismo no se manifiesta tanto en las relaciones entre presas como por parte de las funcionarias hacia las prisioneras inmigrantes.
En el módulo de menores nunca hay tranquilidad, no es como en otras alas de mujeres. La atmósfera está marcada por la tensión y energía características de la juventud. Se trata de personas que se criaron en la delincuencia y por esto fueron excluidas del estereotipo de una infancia “normal”. Pequeñas “extranjeras, ladronas, prostitutas, toxicómanas, gitanas”, como fácilmente las llamarían algunos, puede que aquí en la cárcel no viven una vida como todas las niñas. En su interior tienen sin embargo los instintos vitales, necesidades y deseos, los cuales están intentando cubrir en el lugar en que ya viven, unas por un breve periodo de tiempo y otras por mitad de sus vidas. Y eso se está exteriorizando tras sus actitudes. Continuamente intentan encontrar sustitutos de aquellas cosas que el encierro las ha privado: pegan en las paredes fotos de los periódicos con las cosas que les faltan como por ejemplo ropa, maquillaje y hombres medio desnudos. Montan “fiestas”, bailan con la música alta, contraen relaciones eróticas entre ellas, o encuentran trucos para drogarse. Por cierto, hay algunas que ni siquiera intentan llenar los vacíos de su vida que les fue robada, porque sienten que su vida se acabó. Se cierran en sí mismas y en sus celdas, se tragan cuchillas, pilas, etc., vomitan sangre, se hacen cortes profundos en las manos y el resto de su cuerpo, se queman con cigarrillos. Como ellas mismas lo explican con una lógica auto-destructiva, de esta manera “están repartiendo su dolor interno” causando el dolor también a su cuerpo. O simplemente lo hacen para lograr la atención de las que les rodean. Y a menudo los casos ésos terminan en la psiquiátrica para una abundante “terapia” que con psico-fármacos les convertirá en vegetales. Claro que eso no ocurre sólo en la ala de menores, pero también en las otras, en Koridallos y en general en todas las cárceles. Sólo que aquí es algo más grave, puesto se trata de personas muy jóvenes, aún más frágiles, cuando el encierro juega su papel al mismo tiempo con el desarrollo de la personalidad de una, literalmente triturando a todo lo infantil que una todavía tiene en su interior. El encierro se vuelve parte de su vida y esto influye tan negativamente, que las personas que siendo menores pasaron por las instituciones “correccionales”, por regla general acaban entrando de nuevo.

Unas pocas palabras más en general

Las cárceles de mujeres se enfrentan a los mismos problemas que las de hombres: comida, agua caliente, falta de medicamentos (los fármacos “atonteadores” nunca faltan, los que sí que faltan son medicamentos que curan enfermedades y dolencias), congestión de las celdas. Aparte de ellos hay también ciertas particularidades que tienen que ver exclusivamente con mujeres, asuntos que precisan un cuidado y infraestructura especial: embarazos, bebes, problemas ginecólogicas, mamografías. Asuntos a los cuales la cárcel no cuida ni afronta en la manera que debería. La aplastante mayoría de las presas son inmigrantes, de las cuales casi todas provienen de sectores sociales bajos, de las filas de pequeños delincuentes. Este hecho es el reflejo de la misma sociedad: empujadas al margen por diversas razones, sean raciales, de clase, etc. Degradadas mujeres que del hurto hicieron su “trabajo”, porque simplemente eso es lo único que aprendieron o lo único que pueden hacer para sobrevivir. Pero, no queriendo contribuir a la mitificación de lo que pasa, tengo que hablar también sobre otro lado: la situación de algunas inmigrantes (sobre todo gitanas) que subieron económicamente tras el tráfico de heroína y han acumulado enormes fortunas. En todo caso, ellas pertenecen a los casos que han buscado su suerte en el camino del llamado (por la ley) “crimen”. Pequeños hurtos, tráfico de mujeres y, naturalmente, de drogas, pues la opción más “rentable” de todas y también más aceptada, tanto por presas inmigrantes como griegas.
Las mujeres estas, y sobre todo las inmigrantes, son enfrentadas por las funcionarias exactamente así como las enfrenta el Estado fuera de los muros: con desprecio, racismo e indiferencia. Ya que tienen también el problema de entender y ser entendidas, no son capaces de manejar sus casos legales, encontrar abogados, hacer peticiones y lo que más sea necesario. No hay ningún servicio que les pueda facilitar algo, nadie se ocupa de ellas y así se quedan victimas de una sentencia judicial. Esa situación les está afectando mucho y les disuade de reivindicar cosas, porque dentro de ellas el rechazo puso raíces. Por cierto que las presas “superiores en nivel social” y económicamente acomodadas (sí que hay también de esas) no son afrontadas en la misma manera. Sin embargo las presas sí que son un conjunto de personas que fácilmente puedo comparar con la sociedad. Una heterogénea masa constituida por toda especie de personas. De una mujer llena de dignidad propia que se resiste al daño que le causa el encierro a una que chivatea descaradamente, de una señora con aires de aristócrata que entró por malversaciones a la más pobre gitana que ha robado carteras en el metro. De una toxicómana a una asesina que simplemente llegó a sus limites una madre que mató a su hijo, una que prostituyó a los menores, aquella que mató a un tipo que la intentó violar, o a su esposo, su padre, su madre, mercero del barrio. Cada una con diferentes motivaciones, diferente conciencia o también sin conciencia ninguna. Un conjunto de contradicciones y desigualdades sociales bajo el mismo techo, detrás de la misma alambrada de púas. Las relaciones entre mujeres están categorizadas según las características (nacionalidad, el mismo “interés” delincuente) o a base de las percepciones, intereses o estilos de vida que tienen en común.

El papel de prisionera/o política/o

En las cárceles estamos obligadas a convivir con los carceleros, es decir con un conjunto de gente frente a cuales, independiente si son provocadores o amables, somos unas personas políticas. Pero, tras nuestra postura en contexto más general y en conexión con la solidaridad desde fuera y el conocimiento público sobre nuestros casos, se hace claro que la/el presa/o política/o tiene suelo bajo sus pies. No dejaremos nada silenciado y eso es algo que los funcionarios saben bien y de este modo percibimos un cierto “respeto” informal hasta de su parte, cosa que de alguna manera facilita nuestras reivindicaciones.
El contacto con las/os demás presas/as nos invita a promover los valores que tenemos como seres humanos y como sujetas/as políticas/os, valores los cuales automáticamente entran en conflicto con las establecidas actitudes de comerse una/o a la otra/o creadas por la condición de encierro. Funcionaremos según nuestro propio sistema de valores y no el de la cárcel. La radicalización de las/as demás puede ser lograda tras nuestra cotidiana “fricción” con ellos y tras nuestro comportamiento en la práctica. Por ejemplo, si alguien se preocupa de los problemas del ala, reivindica cosas, lo está logrando, hace frente a las actitudes provocadoras (por ejemplo de los funcionarios que muestran su desdeño a las presas o de las presas que chivatean), las demás ven así una postura entera de una que funciona metódicamente hacia las que la reconocen como digna. A pesar de todo eso, no estoy percibiendo a las/os presas/as políticas/os como algún tipo de élite carcelaria. Sin embargo, su experiencia combativa de fuera de los muros la pueden trasferir dentro pero también aprender de las experiencias de otras/os presas/os, que tienen mucha. Por la adversidad total hacia el régimen que nos priva de la libertad.

Konstantina Karakatsani
Cárcel de mujeres de Koridallos

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Presentamos algunos de los textos publicados por el compañero Dimitris Hadzivasiliadis de 38 años, encarcelado desde febrero pasado. El 5 de agosto pasado, la defensa presentó la petición de dejarle salir en libertad condicional, la que sin embargo fue rechazada.

Respecto a las condiciones de mi arresto y encarcelamiento

Jueves, a las dos horas después de la medianoche del 10 a 11 de febrero, iba andando en Kypseli, solo. Doblando en una esquina inesperadamente me encontré cerca de dos uniformados mercenarios, que por razones que desconozco habían dejado su coche más arriba y caminando inspeccionaban la zona. Me pararon y descubrieron que portaba armas (dos pistolas).
Mi arresto no era resultado de alguna operación organizada. Mi encuentro con los mercenarios uniformados era fortuito. No se me acusa de nada más aparte de porte de armas. Hasta ahora, los directores de Seguridad Pública tampoco intentaron conectarme con otros casos judiciales o involucrar a otras personas en mi caso (a pesar de que registraron la casa de una compañera, aparte de la mia y la de mi padre). Pero, puesto que me retuvieron ya también la segunda noche, retrasando, como lo hacen habitualmente, el contacto con el abogado, habían agravado mis cargos con un delito grave (sin explicarlo y simplemente diciendo que “tuve intención de suministrar dichas armas a otras personas, desconocidas”) sobre cuál fue “enganchada” la ley antiterrorista. Con un truco legal sin base me pusieron en prisión preventiva. Para los mecanismo policiales-terroristas mi arresto presentó una oportunidad de alejarme de los abiertos frentes insurreccionales/sociales, restringir-me, observarme. Se engañan a sí mismos. Ahí donde pisamos es un punto de la lucha contra el Estado, contra los jefes, contra cada tiranía, contra cada Poder. Las artificiales fronteras no pueden romper a las Luchas. Las luchas romperán las cárceles.

4/5/2001
Dimitris Hadzivasiliadis
Ala A de cárcel Koridallos.

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A todos que perciben mi cautiverio como una expresión más de terrorismo del Estado, a todos que perciben mi cautiverio como un signo para proponerse nuevas resistencias, a todos que perciben mi cautiverio como potro de propulsión de la lucha insurreccional…
Desde el 16 de febrero me encuentro aprisionado en una cárcel del Estado. Pretexto era el hecho que en un punto siendo armado fui fortuitamente registrado por la maquina policial/terrorista. La Seguridad se aprovechó de esa casualidad y decidió encarcelarme ya que soy anarquista. El hecho de meterme en cárcel preventiva es un intento más de causar daño a la lucha social insurreccional, un intento de desactivar una persona en lucha e intimidar a los que se oponen a la barbaridad capitalista-estatal.
Defiendo mi derecho natural, ético y político, derecho de cada ser humano de cuidar, de defender mi propia consciencia histórica y social. La ley es el núcleo del aterrorizador discurso del Estado, la sanción institucional de su violencia mortal y la cobertura ideológica de perpetuidad de la propiedad y explotación. A pesar de todo no regalo al mecanismo terrorista la no legitimizada por la sociedad, la posibilidad de que utilicen sus leyes contra personas que luchan y contra mi mismo, como les de la gana. No reconozco a ninguna omnipotencia del Estado, no reconozco a ninguna posibilidad de que manipulen los hechos o “hagan películas”. Tampoco reconozco su poder de encarcelarme. Tenemos toda la razón de convertir las contradicciones del sistema jerárquico en puntos del enfrentamiento, en puntos de lucha inmediata. Con estos términos no sufro mi encarcelamiento como si fuera una herida que no puede ser devuelta, producto de un ataque imposible de contrarrestar.

Todas las personas pueden ser defendidas frente a la civilización del Poder. Todos los que luchan, sea dentro o fuera de la cárcel, tras su postura hacen nutrir las ramas de la solidaridad. Igualmente, todos los luchadores encarcelados pueden ser defendidos frente a la represión estatal y les corresponde la solidaridad compañerista y social que ellos mismos con sus actos habían (o no) ofrecido.
Mi objetivo ahora desde la cárcel es seguir contribuyendo a la lucha insurreccional, a la auto-organización dirigida contra el Estado y los jefes, a la perspectiva de revolución social. Igualmente mi objetivo es contribuir a la creación de un frente político contra las cárceles dentro de las cárceles y reforzar los vínculos de anarquistas con los demás presos, a base de lucha insurreccional y solidaridad entre oprimidos. Y, por cierto, mi objetivo es también mi propia liberación, tanto como la liberación de otros luchadores en condición de rehenes.

Quien sienta la necesidad de ver en mi persona un punto de referencia en sus gestos solidarios, tiene toda la razón de hacerlo. Quien sienta que mi cautiverio es un razón más para la insurrección, tiene toda la razón a oponerse de manera directa al terrorismo de los jefes también por éste motivo. Quien percibe mi cautiverio como un punto más de resistencia a la represión y todavía más quien la percibe como potro de promulgación de lucha insurreccional: ya me tiene a su lado.

Desde los primeros minutos de mi encarcelamiento había comunicado sobre mi opinión de montar un colectivo que se ocupara sólo de mi caso sería un derroche de fuerzas. Entonces había considerado, y lo sigo haciendo, que tomar alguna iniciativa en lo que se refiere a mi cautiverio, vale solamente si los compañeros están estimando que tal cosa puede ser potro de promover a la lucha insurreccional. La solidaridad tiene un sentido claro y transparente cuando está enraizada en la dialéctica práctica de confrontación con el Poder. Con una tal consideración estoy apoyando a cada movida que intenta fortalecer la lucha social insurreccional, si es que hace referencia a mi persona o no. A base de un dialogo compañerista tengo intención de tomar la iniciativa desde la posición en en que me encuentro.
Una de las pocas posibilidades que tiene un anarquista encarcelado, pues mis palabras por escrito, es la disposición de los que sienten que ellas llenan de significado una experiencia, histórica y vivida, que tenemos en común y una perspectiva común, inmediata e histórica.

LA LUCHA CONTINUA, AUTO-ORGANIZACIÓN, SOLIDARIDAD.

4/5/2011
Dimitris Hadzivasiliadis
Ala A, cárcel de Koridallos.

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La mirada al cielo es un movimiento hacia la liberación que viene. Un movimiento por voluntad propia y por lo tanto una libertad presente. Mirando me estoy liberando en aquí y ahora. Es la cuestión de opción a lo qué miramos, con cuánta atención, cuánto lejos es, lo qué recogen nuestros ojos y en qué lo trasmutamos. Miro con los ojos, miro con el intelecto, con el corazón, con mi cuerpo, con nuestro contacto. Miro con la memoria, miro tras el tiempo. Cuestión de atención, una libertad que puede también llevarnos a las necesarias subversiones, a las posibles revoluciones.

Desde el patio del ala A estamos viendo el monte Imittos. Desde la ventana de celda 116 vemos toda la parte oriental de esa horrible ciudad. Los muros, las rejas, la alambrada es el imagen más habitual en todo aquello ambiente cultural. Las calles, los coches, , los pasillos, los balcones de viviendas del complejo urbano son más estrechas que los corredores de Koridallos. Al lado nuestro, en el hospital carcelario y un poco más allá del muro, hay arboledas. Los pájaros cantan todo el día. Pero, lo más desagradable a la vista desde aquí dentro es el desvalijado Imittos. Un desierto. Un desierto del capitalismo.

El descubierto cimiento del sótano del ala ST, en que tienen aisladas seis personas es en realidad una tosca cisterna. Ahí, para ver el cielo durante esas dos horas en que salen del sótano, tienen que mirar muy por arriba. Nosotros desde aquí donde estamos, vosotros fuera ahí de donde estáis y estos presos, todos nosotros podemos ver lo mismo sólo si nos enfoquemos en lo mas alto, muy lejos, en un mundo sin el peso de la compulsión, sin los roces de la opresión, un mundo más libre que se está abriendo como un cono invertido en confines del universo. Anarquía.

Dimitris Hadzivasiliadis.

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Carta del compañero detenido el 9 de julio de 2011 en Eksarhia, Atenas.

“Cuando los dientes de los perros del Estado
perforan nuestra carne,
entonces la llama que arde dentro de nosotros
se volverá más y más fuerte!
Cuando el encierro se hace más sofocante
la mente llamea implacable y la fuerza del pensamiento
como inflamable materia en la llama enardece!
A nuestras ideas no se las puede encarcelar
no se las pude poner el bozal”

El 9 de julio después de las 12 de medianoche me encontraba en la Politécnica, en el concierto de la auto-organizada estación de radio 98 fm. Al cabo de más o menos 4 horas, saliendo por la puerta de calle Stournari me dirigí hacia la esquina de arriba y mientras que seguía mi camino por allí, en la esquina de Bouboulinas y Tositsa recibí un repentino y bestial ataque de la pandilla legal de enfermos mentales los cuales son llamados defensores de la junta democrática.
Me golpearon furiosamente con puñetazos, patadas y porras agarradas al revés por todo mi cuerpo, en la cara y en la cabeza. Después de la paliza me llevaron a la acera cerca de la lechera y ahí, estando rodeado por dos unidades de antidisturbios, echaron sobre mi un cubo de agua y algo de espíritu de vino sobre mi cabeza.

Luego me echaron dentro de un coche de secretas y llevaron a la Comisaría Central. Una vez allí, me dejaron ensangrentado y sin ninguna ayuda en un banco por varias horas. Desde el primer momento les pedía de hacer una llamada telefónica y que me llevaran inmediatamente al hospital. Su única respuesta era : “dentro de poco, dentro de poco”. Claro que no me llevaron al hospital ni tampoco pude hacer una llamada.

Sin embargo mis fuerzas empezaron a abandonarme, me tumbé sobre el banco y digo tumbé porque no fui capaz de quedarme sentado, me estaba mareando demasiado y al cabo de poco tiempo todo se apagó.
Cuando volví en sí, por mi mismo y sin que alguien me ayudara, me llamaron gritando desde el despacho para recitarme las siguientes acusaciones: ”posesión y utilización de materiales explosivos”, “desorden público”, “injuria” y “resistencia contra la autoridad”. Me negué a firmar el papel con las acusaciones porque son unas mentiras y se están basando en el testimonio de un antidisturbio, declarando con el objetivo de meterme en la cárcel y justificar la paliza que recibí.
A las 9 de la mañana recordaron de llevarme al hospital (es decir así pensaba), pero prefirieron pasarme, con mi cabeza aún goteando sangre, por la forense y luego por los juzgados. Durante aquellas horas el hospital parecía un viaje lejano.
La paliza y todo ese procedimiento de tantas horas pudieron hasta costarme la vida. Todos esos inhumanos seres sin alma me guardaban dentro de edificios, me hacían correr medio desmayado por las calles debajo del sol. Todo eso tuvo como resultado una profunda fractura cráneo-cerebral, grave lesión de rodilla y de omóplato, junto con los repetidos golpes en los costados y riñones, me encarcelaron sin pruebas y me causaron luego una insuficiencia nefrítica.
Por una semana estube hospitalizado en “Cruz Roja” vigilado por secretos policías y antidisturbios de OPKE. Durante ese periodo no tardaron en ocurrir los problemas y molestias por parte de los bastardos: dejaban la luz puesta toda la noche, esos jodidos cabrones cerraron las ventanas tal vez pensando que voy a fugarme, mientras que yo estaba enchufado al suero, llevaba un catéter y sentía mi cabeza tan pesada que ni la podia levantar. Tampoco faltó el ridículo intento de intimidarme tras jugar con sus armas frente a la puerta de mi habitación.

Médicos y policias mantenían un clima de prisa, querían lo más rápido posible llevarme de allí, mientras que todavía no estaba recuperado. Al fin y al cabo, debido a mi condición fui interrogado justo allí en el hospital, decidieron ponerme en prision preventiva, lo repito, sin prueba ninguna aparte de la mentirosa declaración de un antidisturbio.
Después de esa interrogación frente al juez de instrucción rápidamente fui trasladado al hospital carcelario de Koridallos. Las condiciones ahí están super-asquerosas y completamente inadecuadas para la curación de los enfermos. Estaba hospitalizado allí una semana más y luego, cuando me sacaron los puntos de la cabeza y de la pierna, no dudaron en llevarme al módulo a pesar de que mis heridas todavía no se cicatrizaron.
Desde el 9 de julio me encuentro aprisionado en manos del Estado que sabe muy bien como encarcelar a la gente que lucha por la libertad y la dignidad. Gente que eligio estar levantada con sus cabezas arriba, gente que no cierra sus ojos frente a la tiranía de los tiempos.

Podemos ver como en los periodos de fuertes luchas sociales las mecanismos estatales se lanzan sobre todo lo que les está amenazando. La represión y la violencia de las fuerzas policiales, especialmente los últimos años, está aumentado continuamente. Más y más puestos para asesinos en cuerpos de seguridad, unidades de policías patrullando nuestros barrios a pie y con motos, brigadas DIAS y Delta con abundante equipaje nuevo. Brutales palizas con intención de matar, como en el caso de G. Kavkas que precisó intervención quirúrgica y se quedó bastante días en coma.

Después de cada una de las detenciones no pierden su oportunidad: si haciendo montajes a base de testimonios falsos o con pruebas prefabricadas como mochilas llenas de molotovs, piedras y lo que les da la gana, que se las cargan a compañeros y manifestantes en general para tenerles como rehenes del Estado. Luego, medidas cautelares como prohibición de salir del país, ser obligados a presentarse en la comisaría y unas fianzas aniquiladoras,de miles de euros o si no, te encarcelan en las celdas de la democracia.
El objetivo es debilitar la lucha contra el Estado. Es la prueba de que el miedo se está esparciendo hacia los de arriba. La justicia no existe, por ningún lado y tal vez nunca había existido. La democracia es puramente una ilusión de libertad, una imagen ficticia implantada en nuestros cerebros para sustituir la conciencia y la fantasía y crear un sensación de pacificación, seguridad, tranquilidad y paz. Sin embargo si abrimos nuestros ojos, si sublevamos nuestro pensamiento, vamos a ver y darnos cuenta que la realidad está lejana a eso, veremos que lo que hay es algo contrario.

Nos dicen que vivimos en paz. Si eso que tenemos es la paz, entonces estoy en contra de ella. En contra de una paz en que la sangre se está derramando día por día, de los asesinatos de obreros en “accidentes laborales” de los jefes a los suicidios por las deudas. De los asesinatos a los que luchan, cometidos por las fuerzas policiales, a las personas muertas de hambre y frío. De los asesinatos de presos, torturas y experimentos a los inmigrantes ahogados en el mar o torturados hasta la muerte en las comisarías…
La guerra está aquí y prevalece, la vivimos cada día. El tiempo pasa y las condiciones se vuelven medievales. En una época de FMI en que la presión de los poderos es todavía más violenta, más imponente, más mortal y dirigida contra los oprimidos y explotados, en que la degradación se extiende de manera amenazante, la podredumbre y el aburrimiento nos rodean como enemigos, mientras que la apatía-que en nuestros tiempos está triunfando-convierte el ser humano en una maquina humana que lo único que sabe y hace es mantener lo que hay, produciendo y consumiendo en beneficio del capital.
Por tanto, que no nos volvamos esclavos de ese moderno sistema de sociedad de clases que ellos montaron sobre nuestras espaldas, no dejemos que la miseria y el fatalismo nos aplasten.

Pasemos al ataque masivo que destruirá a las instituciones y ataduras que nos hacen inactivos, tomemos posición en contra de cada forma del Poder y nos desharemos de ello. Agudizando,desarrollemos relaciones de solidaridad, auto-organización y resistencia que nos conectarán unos con otros, las crearemos ahí donde cada muro de la sumisión quedará destruido, donde cada forma del Poder será eliminada para que podamos por fin bailar sobre las ruinas de ese viejo mundo, bailar saboreando la libertad.
Con plena conciencia como anarquista me posiciono contra el Estado y el Capital, contra todo lo que está humillando nuestra dignidad. ¡Porque el amor por la Vida y la Libertad es invencible y no se extingue nunca! ¡La lucha sigue también desde las cárceles!

Lucha por VIDA-DIGNIDAD-LIBERTAD
POR LA ARMONÍA CAÓTICA
POR LA ANARQUÍA

Hristos Kolentinis
Ala A de Koridallos.

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Presxs de CCF y otros presos anarquistas publicaron hace unos dias un pequeño mensaje de solidaridad con Tamara a la vista de su juicio.

Para la anarquista Tamara Hernandez

“¿Es que de verdad son capaces de escuchar las voces detrás de las rejas, de distinguir los ojos llenos de odio, de sentir los corazones que luchan para seguir libres dentro de los cuerpos sepultados en las jaulas de cimiento que habéis construido?
Hasta desde la más pequeña y oscura celda, nuestros pensamientos atraviesan los muros, se van alzando más allá de la alambrada y más arriba de cada ojo vigilante del carcelero, y viajan muchos kilómetros lejos para reunirse con los libres espíritus y conciencias que comparten el mismo deseo. El deseo por la destrucción total de cada cárcel.”

Cautivos de cada rincón del mundo vivimos la opresión, paranoia y vengatividad del sistema penitenciario, lo vivimos en cada momento de la vida, atrapada en la rutina de una cotidianidad aprisionada. Con cada medio luchamos por mantener íntegro nuestro orgullo y nuestra dignidad como seres humanos, como presos políticos, como revolucionarios, como anarquistas.

Una lucha tal fue llevada a cabo en otoño de 2009 por el anarquista atracador de bancos Amadeu Casellas, que a pesar de cumplir la pena de 20 años a cual le condenaron sus perseguidores, sigue encerrado. Cuando él realizaba una huelga de hambre por su situación, el 7 de octubre de 2009 un paquete-bomba llegó al despacho del director de instituciones penitenciarias de Cataluña, un tal Albert Battle, quien era responsable del caso de Amadeu.

El 15 de diciembre de 2009 la anarquista Tamara Hernandez Cela Heraz resultó detenida y acusada de ser remitente del paquete en cuestión, su cargo fue “intento de homicidio”. La compañera Tamara estubo encarcelada por un tiempo, tomó parte de las luchas y movilizaciones de presos y finalmente fue dejada en libertad provisional. El 14/9/2011 Tamara será juzgada por el caso de paquete-bomba. El fiscal al cargo pidió una condena de 16 años.

Para nosotros la lucha contra las cárceles no es ni “inocente” ni “culpable”, sino constituye una inseparable parte de la acción anarquista. No tiene ninguna importancia si la compañera hizo o no ese acto en concreto, su postura en total y su percepción de la vida es de enemigos hacia el Dominio. Además, cualquier ataque dirigido contra cualquier enemigo de la libertad tiene nuestra solidaridad.
Por lo tanto, desde las cárceles de Grecia mandamos nuestro saludo revolucionario y un saludo solidario a la compañera Tamara.
Ningún compañero, sea donde sea que se encuentre, no estará solo.

Por la Anarquía y la Revolución
Viva la Federación Anarquista Informal
Viva el Frente Revolucionario Internacional

Los anarquistas prisioneros de guerra: Gannis Skouloudis, Sokratis Tzifkas, Dimitros Dimitsiadis, Babis Stilianidis, Theofilos Mavropoulos.

Los encarcelados miembros de Conspiración de Células del Fuego: Panagiotis Argyrou, Gerasimos Tsakalos, Mihalis Nikolopoulos, Olga Ikonomidou, Giorgos Nikolopoulos, Giorgos Polydoros, Haris Hadzimihelakis, Damianos Bolano, Hristos Tsakalos.

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Declaración política de Panagiotis Masouras:

“Un (billete) de ida y vuelta a la Cárcel”

El 19/7/2011 los energúmenos de la élite política y económica hicieron honor a su posición fija de ser la lanza de defensa para sus superiores institucionales.

130 años en total de condena por tres explosiones, y eso sin pruebas de evidencia, sin testigos, sin encontrar “los autores físicos”. Padres, amigos, periodistas, penalistas, intelectuales y hasta algunos de los partidos políticos: todos conmovidos. Para los que mantenían sus ilusiones, pues a esas trincheras democráticas, el sentido mismo de la justicia, los pretextos y los equilibrios se habían perdido.

El hecho de que ésta condena no me causara tanta sorpresa no significa que voy a abstenerme de decir mi opinión sobre los razones que llevaron a ella. Un juicio que a pesar de que desde principio no fue reconocido por el régimen como un juicio político, era claro que tanto el procedimiento como la sentencia fueron tomadas nada más que políticamente. Un juicio-piloto con un mensaje muy claro para los que resisten. Un juicio ejemplario para los que a pesar de los tiempos no agachan sus cabezas. Un punto de referencia, pero también la continuación de una amplia política represiva.

Vivimos un totalitarismo capitalista que de manera franca y sin buscar pretextos se vuelve más y más fascista. De una exterminación económica y existencial de los sectores sociales bajos, de las decisiones de llamar a las filas hasta el intento de criminalizar a cada huelga. De los ataques organizados por los nacionalistas contra los inmigrantes hasta la violencia cruda ejercida por los batallones de seguridad durante las protestas, los allanamientos de casas ocupadas, la operación policial de “limpiar” la plaza Syntagma, la abolición del asilo universitario. De las persecuciones penales contra los que luchan, realizadas en marco de la llamada “ política europea antiterrorista”, y las continuamente subidas de grado leyes antiterroristas hasta las decenas de presos políticos que están esparcidos por todas las cárceles de Grecia. Un tribunal militar extraordinario, indicativo para lo que va a venir.

Pero ahí donde una lógica dirigida desde arriba impone a la reconciliación con los mandamientos del régimen, el “disparate” de una resistencia hasta el fin hace una tentación de la lucha por la libertad y la opción de dignidad algo necesario. Pues, 11 años y medio para los de la Sección Antiterrorista y para la insaciable sed de los televisivos cuarteles generales de la guerra de comunicación. 11 años y medio porque el banquillo de los acusados arrepentidos se quedó vacío. El hecho de condenarme no tiene nada que ver ni con mis huellas dactilares encontradas en el baño ni con mi moto estropeada que dejé en el patio de la casa en Halandri, sino con la pruebas de que yo mismo había declarado desde el inicio: mis relaciones de amistad y de compañeros, mi identidad política que ha seguido integra hasta el fin.

Pues, como que el 24 de marzo de 2010 fui dejado en “libertad” puesto que pasé 18 meses en la cárcel sin ser condenado, como que iba presentándome dos veces al mes en la comisaría, como que tuve que asistir a cada audiencia del juicio hasta el día de la sentencia, ellos “habían considerado” que hay riesgo de fuga por mi parte y así (eso siendo contrario hasta a la propuesta hecha por el fiscal) no me concedieron la suspensión de condena hasta el tribunal de apelación.

Por lo tanto, metiéndome de nuevo en la cárcel, fui “acogido” en la cárcel de alta seguridad en Grevena. Ya desde el primer momento, el peón de la Sección Antiterrorista oficial de guardia Giannis Ramogiannis intentó hacer de mi “estancia” lo más desagradable. De las actitudes ofensivas de él mismo y sus asignados durante el chequeo realizado al momento de entrar en la cárcel, pues las amenazas al estilo “aquí mando yo” o “ya sabes dónde has venido, acá es Grevena y te vamos a joder si dices algo”, el hecho que fui forzado a bajarme los calzoncillos y ante mi negativa, lo llevaron a cabo con la ayuda de varios carceleros -una medida que como su único objetivo tiene insultar la dignidad del preso-, hasta el rechazo por parte del consejo de la cárcel de concederme una visita abierta, sin vidrio, para ver de cerca a mi gente cercana, todo eso obviamente acompañado por la mirada “amistosa” de ese oficial de guardia, él que cuando le había preguntado la razón de todo lo único que me dijo fue : “ya que no tienes hijos, tu demanda no será autorizada”.

Una cárcel en medio de la nada, con su arquitectura que intenta abatirte privándote de cualquier estímulo externo. Tu campo de visión queda limitado a unos 20 metros, ves sólo el cimiento y las rejas y los sonidos son ausentes, haciéndote recordar con la nostalgia hasta el ruido de la ciudad. 500 km lejos de Atenas, pensaron que debieron de vengarse no solamente contra mi sino también contra mi gente cercana, de hecho obligandolos a viajar 11 horas de ida y vuelta para estar a mi lado, además corriendo el peligro de clavarse contra las columnas y barras de la carretera nacional. Y claro que mis peticiones para hacer que los jornales queden aplazados hasta un futuro indefinible, algo que de hecho hará doble lo que tengo que cumplir*. El hecho que el régimen impone sobre mi una condena dentro de la cárcel y una condena dentro de la condena no es una condición capaz de ponerme de rodillas. A todas las filiales y a los peones de la Sección Antiterrorista, también a todos los demás que preparan la garrota para exterminarme de manera ética y física junto con toda mi gente cercana, lo único que tengo que decir es que no tengo nada que temer de los invisibles juzgados de su democracia, de ahí dónde su jerarquía se está juntando con la insolencia y el cinismo en las guaridas de Katehaki**, está subiendo al “piso con la terraza” de Comisaría Central*** o visitando los apartamentos de sus superiores políticos.

Para mi no es inaguantable ni la condena ni las rejas de la cárcel. Inaguantable es dar un paso atrás, es la sumisión que acompaña las rejas del alma.

La lucha sigue.

Panagiotis Masouras
Preso político
Ala A2, Grevena
8/9/2011

Notas de traducción:
*En Grecia, un jornal del trabajo en la cárcel significa un día quitado de la condena.
**En la zona de Katehaki en Atenas está situado el Ministerio de Protección de Ciudadano y la Jefatura de la Policía Griega.
***Planta 12 del dicho edificio, la de Sección Antiterrorista.

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