Por un 11 de Septiembre combativo y creativo. A la calle con el fuego y la memoria.

“… Cuando algunxs de nosotrxs, anarquistas/antiautoritarixs salimos a las calles cada 11 de Septiembre, lo hacemos para demostrar la continuidad del legado dictatorial, dejando claro que la democracia también tortura y asesina, que domina, somete y engaña con técnicas más refinadas. Pero la muerte de la muerte de la compañera Claudia López un 11 de Septiembre le da otro significado a esta fecha histórica. Nos sentimos llamadxs a mantener vivo en la acción el recuerdo de la compañera…”



¡¡¡Por un 11 de Septiembre combativo y creativo.
A la calle con el fuego y la memoria.
Compañera Claudia López presente!!!

A horas de un nuevo 11 de Septiembre que promete ser uno de los más violentos de los últimos años (si es que la enajenación mediática por la tragedia aérea ocurrida hace unos días no desmotiva a lxs exaltadxs) queremos compartir algunas reflexiones para dotar de memoria y contenido el por qué como antiautoritarios conmemoramos esta fecha. Sin afán de reducir la lucha a unos cuantos días del calendario, queremos dejar clara nuestra postura para no mezclarnos con el victimismo que ronda esta fecha marcada con sangre en la historia. Por la memoria combativa y por el recuerdo de la vida de la compañera Claudia López asesinada un 11 de Septiembre de 1998. Nuestra justicia será la venganza.

1- Allende no es nuestro compañero.

Para nosotrxs, cada 11 de septiembre representa el recuerdo vivo de la represión y el terrorismo de Estado sobre los explotados y los luchadores rebeldes, tanto en dictadura como en democracia. Para la mayoría, esta fecha es simbólica en el recuerdo de la dictadura, aquel periodo en que la violencia explicita por parte del poder era un elemento permanente y visible para la mayoría de los habitantes del país, ya que luego del 11 de septiembre de 1973, la dominación estatal se mostró abiertamente represiva, con detenciones, asesinatos, torturas y desapariciones masivas los primeros años, para luego operar un poco más electivamente sobre los militantes de grupos políticos contrarios al régimen. Este fue el medio de fuerza utilizado por los explotadores para aniquilar décadas de organización y lucha entre los explotadas expresadas en la auto organización de instancias como los cordones industriales o las tomas de terreno que dieron vida a las poblaciones combativas que luego fueron infectadas de droga por el régimen democrático en la década del noventa.

Per ojo, hace rato que dejamos de idealizar a lxs explotadxs. Claramente la masa de oprimidos en Chile estaba fuertemente politizada y organizada, pero no hay que negar que estas instancias de autoorganización apoyaron al proyecto reformista de la Unidad Popular (UP), la coalición de partidos de izquierda que llevó al gobierno a Salvador Allende. Allende, dejémoslo claro desde ya, no es un compañero. Ningún presidente puede ser nuestro compañero. La figura de Allende representa lo más reaccionario del socialismo que pretende canalizar las energías de la clase explotada hacia proyectos estatistas de transformación social por la vía electoral y de manera pacifica. Es la repetida imagen de un gobierno “popular” que al fin y al cabo representa los intereses y proyectos etapistas de una cupula de organizaciones y partidos politicos en el poder. Pasó en Rusia en 1917, pasó en España en 1936, pasó en Cuba en los 50, y así podemos estar horas enumerando ejemplos. El caso de Chile es muy particular porque atrajo la atención del mundo entero. Eran tiempos de la Guerra Fría en que el mundo estaba dividido entre los Estados seguían el proyecto de dominio democrático capitalista del imperialismo yanqui y los Estados que seguían en modelo socialista autoritario de la Rusia Soviética. Capitalismo y marxismo eran las ideologías en juego. En el campo marxista más radical (no aquel que se encuadraba ciegamente con el proyecto totalitario de Rusia) habían individuxs organizados en grupos armados que se cuestionaban si era posible hacer una revolución por la via electoral. Esa interrogante se plantearon grupos como las RAF de Alemania, siguiendo atentos el proceso chileno.

La ingenuidad del gobierno de Allende y su postura pequeño burguesa lo llevó a pensar que la burguesía y el capitalismo internacional iban a quedarse sentados viendo como un Estado socialista les expropiaba sus empresas y cómo por debajo los explotados desbordaban lo permitido por el gobierno corriendo cercos en los campos para socializar la tierra o tomando las armas para defender las tomas de terreno o las industrias ocupadas. Gran error, pues los militares chilenos y de otros países de Latinoamérica ya estaban siendo entrenados por USA en tecnicas de aniquilamiento, tortura y estrategia bélica para librar una guerra contra cualquier proyecto de izquierda que intentara tomarse el poder. A la par, estudiantes pequeño burgueses de la Universidad Católica estaban siendo instruidos en la Universidad de Chicago en la manera de instaurar en Chile los postulados del neoliberalismo que se estaban forjando y necesitaban un campo de experimentación.

Por eso Allende no es un compañero. Porque no combatió el sistema sino que comenzó a reformarlo poniéndose a la cabeza del Estado, y el Estado siempre es un mutilador de la libertad. Ejemplo de ello es que durante el gobierno de Allende también se condenó, encarceló y asesinó a quienes intentaban radicalizar desde las bases el proceso dirigido desde arriba por el gobierno izquierdista. Fue el caso de la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP) un grupusculo marxista leninnista que tomó las armas contra la burguesía y contra el gobierno de Allende, siendo condenados incluso por el MIR (Movimientote de Izquierda Revolucionaria), organización armada que acusó a las VOP de ser agentes de la CIA (organismo de inteligencia de USA). Integrantes de las VOP aniquilaron a un ministro de Allende, Edmundo Perez Zujovic, por ser el responsable de una matanza de pobladores en Puerto Montt. Esto les costó ser perseguidos y mostrados ente la historia como elementos contrarios a la “voluntad popular”, contrarrevolucionarios, afiebrados que no respetaban el proceso democrático, etc. A los integrantes de las VOP, a su historia y su memoria, rompiendo con las cadenas de toda ideología, nuestro más sincero respeto.

Entonces, ni Allende ni el socialismo, ni la vía electoral, ni el control obrero de la producción. Sí la autoorganización de los explotados, la solidaridad y el desborde desde las bases. Eso rescatamos y a eso le temía realmente la burguesía más que a un gobierno reformista. A esa cultura de organización politica y apoyo mutuo forjada entre los oprimidos el regimen militar se dedicó a aniquilar por medio de la violencia y de la ideología capitalista neoliberal que es un sistema que rebasa lo económico y se inserta en lo más profundo de la vida y las relaciones sociales.

2- La democracia es un atentado contra la libertad.

La vuelta a la democracia en 1989 fue un pacto entre los militares, la burguesía y la clase política chilena para sacar al país de la agitación social y politica que inundaba las calles por el descontento a la dictadura y a la miseria en que el sistema economico impuesto tenía sumido al país. Es sabido -pero nunca es malo recordar- que durante la década de 1980 se llevaron a cabo agudas jornadas de protesta contra el régimen y también se desarrolló el accionar de organizaciones politico-militares leninistas que utilizaron las armas, el sabotaje, secuestros a militares, expropiaciones, trabajo de base y un extenso arsenal para atacar a la dictadura, comprendio luego que el enemigo era el capitalismo y no solo su variante de gobierno dictatorial. Eran el ya mencionado MIR, el Frente Patriotico Manuel Rodríguez (FPMR) y el Movimiento Juvenil Lautaro (MJL). Esta agitación social y estos grupos armados estaban poniendo en jaque el sistema y bien pudieron hacer encauzar el descontento social contra la dictadura hacia caminos revolucionarios. Por eso fue necesario para los poderosos retornar a la democracia, con sus ilusiones de libertad, participación y justicia social. Lamentablemente la gente se creyó el cuento, participó del espectáculo de un plebiscito y durante la década de 1990 el gobierno de centro-izquierda de la Concertación se encargó de profundizar el trabajo realizado por la dictadura en materia económica, social y represiva.

Los sucios personajes que hoy aparecen como opositores al gobierno y defensores de la justicia, son los responsables de la profundización del capitalismo en Chile en formas que han servido de modelo para otros Estado. Son los responsables de transformar los recursos naturales en mercancía que cualquier empresa chilena y extranjera quiera comprarlos. Son los responsables de desarticular los lazos organizativos en los barrios de explotados insertando en estos territorios históricamente combativos el narcotráfico, la competitividad, el individualismo capitalista, el miedo a la delincuencia y la confianza en los organismos policiales. Esos mismos que hoy marchan en las calles y levantan sus hipocritas banderas ayer traicionaron a quienes les acompañaron en la lucha contra la dictadura. Se volvieron delatores, articularon organismos represivos que continuaron el trabajo del regimen anterior y se dedicaron a torturar, encarcelar y aniquilar a los combatientes que no se rindieron con la ilusión democrática. Ellos crearon la Cárcel de Alta Seguridad para encerrar a los subversivos y dijeron que en Chile no existían presxs políticxs. Ellos coparon las calles de cámaras y policías y llamaron a la gente a cooperar. Fueron ellos quienes dijeron que ya no había necesidad de luchar, criminalizaron la protesta social y ejercieron una represión brutal en territorio mapuche y donde quiera que se expresara el descontento. Todo esto hicieron estxs hipócritas… y lo hicieron con el silencio cómplice de la gente, la ciudadanía como hoy le llaman, siempre carente de dignidad y de memoria.

3- En medio de la dominación democrática nuevos combatientes se levantan desde la autonomía: compañera Claudia López presente!!!

Pero en medio de la inmovilidad y la aparente paz social de los noventa, voces combatientes se levantaron y actuaron contra la nueva forma de dominación y enajenación. Fueron presos políticos al interior de las cárceles del Estado democrático, fueron sus familiares y entornos solidarios quienes se movilizaron y mostraron al país y al mundo que acá la cosa no era el país de la alegría que le pintaron a la gente. Pero también fueron otros compañerxs anónimxs, quienes desde la autonomía comenzaron a irrumpir en espacios universitarios como el mítico Cordón Macul (que alberga a tres universidades donde históricamente se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y policias) y rompiendo el miedo y la pasividad reinantes llevaron a cabo cortes de calle y enfrentamientos con los guardianes del orden. Estxs compañerxs, siempre minoritarixs levantaron sus barricadas atacando la normalidad opresiva de la dominación democrática, pusieron en el tapete ideas revolucionarias en tiempos que muchos planteaban la derrota de todo antagonismo al mundo capitalista y, por sobre todo comenzaron a dar vida en la práctica a la hermosa experiencia de la autonomía y la organización horizontal antiautoritaria.

Entre estxs compañerxs, estaba Claudia López, estudiante de danza que junto a otrxs compañerxs participaba de las barricadas del Cordón Macul. Ella es el reflejo de una generación de compañerxs que decidieron darle continuidad al conflicto con los poderosos en medio del letargo de lxs oprimidxs y luego de la desarticulación de la ofensiva de los grupos armados leninistas. Ahora eran ideas y valores anárquicos los que comenzaron a expresarse en la acción violenta de estxs compañerxs, con lógicas organizativas y propuestas de vida que renacían luego de la hegemonía marxista en el entorno revolucionario chileno. No los idealizamos, pues puede que no todxs hayan sido en su vida cotidiana tan combatibxs como en las barricadas, pero rescatamos su decisión de luchar y son nuestro precedente en el desarrollo de la ofensiva antiautoritaria.

La compañera Claudia López murió un 11 de Septiembre de 1998. Los policías le dispararon por la espalda mientras participaba de una barricada en la población La Pincoya. Murió en combate. Su muerte fue el preludio de otras muertes perpetradas por el orden democrático: Daniel Menco, Alex Lemún, Jhonny Cariqueo, etc. Compañerxs representativxs del nuevo sujeto social que se convirtió en el nuevo “enemigo interno” del Estado, el nuevo objetivo a reprimir por parte del poder desde comienzos del 2000: anarquistas, mapuches, encapuchadxs varixs.

Cuando algunxs de nosotrxs, anarquistas/antiautoritarixs salimos a las calles cada 11 de Septiembre, lo hacemos para demostrar la continuidad del legado dictatorial, dejando claro que la democracia también tortura y asesina, que domina, somete y engaña con técnicas más refinadas. Pero la muerte de la muerte de la compañera Claudia López un 11 de Septiembre le da otro significado a esta fecha histórica. Nos sentimos llamadxs a mantener vivo en la acción el recuerdo de la compañera, una muchacha común y corriente que decidió romper en su vida y en la calle las cadenas de la opresión, a pesar del siempre adverso contexto de masiva enajenación social. Porque la memoria combativa no es otra cosa que el recuerdo permanente de las vidas de compañeros y experiencias que alimentan nuestra permanente lucha en el presente y sus proyecciones. Que su vida no se apague. Que se encienda con cada barricada.

Porque la memoria es combate, la memoria es acción revolucionaria.
¡ 11 de Septiembre a la calle !
¡Compañera Claudia López, presente!
Por todos lxs com,pañerxs muertos en el desarrollo de la guerra social.
Nuestra justicia será la venganza.

Por nuestra libertad
Sin Banderas Ni Fronteras
Septiembre 2011.

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