Un pequeño resumen del juicio y sobre el traslado del compañero Giorgos Polydoros.
Declaran los acusados. Primero habló Panagiotis Masouras. Su declaración completa está aquí.
Como segundo tomó la palabra Manolis Giospas, que fue detenido el 23 de septiembre de 2009 junto a Haris Hadzihelakis y Panagiotis Masouras, y después de pasar 6 meses en prisión preventiva fue soltado en libertad condicional. Manolis dijo que no tiene nada que ver con los cargos, los rechaza por completo y que se encontró en punto de mira del Estado por sus relaciones de amistad y familiares, puesto es primo de Haris. Habló sobre la detención, señalando la brutalidad policial (dijo que los policias intentaron tapar la boca de su novia, Myrto P. -la cual fue detenida junto a ellos, soltada en libertad condicional con cargos después de 4 días, pero al fin los jueces decidieron no llevarla al juicio-con cinta adhesiva) y terribles condiciones de “hospitalidad” en la Comisaría Central. “Sí hubiera formado parte en la organización lo diría” añadió.
Luego vino el turno de Errikos Rallis que también rechazó a los cargos, subrayó que no es miembro de la CCF. Habló sobre las sucias prácticas de los órganos persecutorios y medios de comunicación, refiriéndose a la ola de articulo escandalosos en la prensa y publicación de su foto en el momento de su detención en marzo de 2010, en los cuales fue presentado como el autor de las primeras reivindicaciones de las Células, etc. Dijo que desea que se acabe esa persecución penal de su persona, quiere recuperar su dignidad y honor, que fueron difamadas.
Como siguiente tomó la palabra Nikos Vogiatzakis.
“El 23 de septiembre de 2009, cuando estuvimos saliendo de la casa del compañero Panagiotis Masouras nos rodearon unos 15-20 personas de la Sección Antiterrorista con cascos y pasamontañas, los cuales nos pararon apuntándonos con sus armas y nos llevaron a los coches de la Seguridad. Entonces un policía, al hablar por su teléfono, dijo característicamente : “los hemos pillado, estamos llegando”. Naturalmente, cuando los habíamos preguntado dónde vamos y qué pasó, nos hemos quedado sin respuesta. Al llegar a la Comisaría Central nos llevaron a la planta 12 y nos metieron cada uno a diferente despacho y una vez ahí nos dijeron de quedarnos de pie mirando a la pared. Después de bastantes escaramuzas y momentos de tensión vino el jefe gritando de modo extático: “¡Así folla el Estado!” y “!Tenemos guerra!” A cabo de unas tres o cuatro horas, cuando por fin dejó de delirar, el jefe me llamó a su despacho para una “charla amistosa”. Empezó diciéndome que soy un chico bueno y que fui involucrado injustamente, que una persona cercana a mi me “había vendido” y así lo único que tengo que hacer es decir esto que sé y luego estaré libre. Continuó haciendo de manera insistente preguntas sobre unas movidas y situaciones que yo ni conocía. Puesto que persistí preguntando por qué estoy ahí y pedía de comunicarme con un abogado, me llevó al despacho en que estaba antes. Después de muchas horas más, a las 13.00 o 14.00 del día siguiente, me informaron que estoy libre y si sea preciso me citarán de nuevo. A mi pregunta dónde está Panagiotis y porqué estaba tantas horas detenido en Comisaría Central, respondieron que el compañero se queda bajo arresto y que el resto voy a aprender de la TV cuando llegaré a casa. A partir de entonces empezaron unos permanentes seguimientos de mi persona por la Sección Antiterrorista, en un grado bastante molesto, hasta la fecha del 1 de febrero de 2010 cuando me detuvieron delante de mi casa. Al llevarme a la planta 12 me notificaron de que haya un orden de busca y captura contra mi persona emitido el 13 de enero. Sobre esto no fui informado, a pesar de que supieron dónde vivo. Las pruebas en las que fue basada persecución penal eran una bolsa de plástico azul y un folleto francés, ambos encontrados en la casa de calle 25 de Marzo en Halandri, casa a cual nunca visité. Cuando fui llevado al despacho de los jefes mafiosos del Tribunal Supremo, después de un breve procedimiento formal decidieron de ponerme en cárcel preventiva. Me dijeron que no tengo un domicilio fijo, lo dijeron a pesar de que ellos mismos me detuvieron frente a mi casa… Además me dijeron que “los libros que estás leyendo te llevarán al cometer algún asesinado”. Fui llevado a la cárcel y soltado en libertad condicional 1 mes y medio más tarde.
En septiembre de 2009 los policias de la Sección Antiterrorista asaltan una casa en calle 25 de Marzo en Halandri. Ahí, en el armario de una de las habitaciones, encuentran un artefacto explosivo. El compañero Haris Hadzihelakis, M. G. y M. P. quedan bajo arresto, mientras que se emite ordenes de busca y captura contra 6 personas más. En Galatsi queda detenido Panagiotis Masouras, que luego entra en prisión preventiva. Compañeros que niegan a los cargos están en la cárcel, la única prueba de evidencia contra ellos siendo alguna huella dactilar encontrada en dicha casa o sus relaciones de amistad y de compañeros. El caso tiene como objetivo criminalizar a esas relaciones. Tanto los arrestos como ordenes de captura emitidos contra compañeros ocurrieron en el marco de desarticulación, o por lo menos causar daño a la O.R. CCF, y eran unos intentos desesperados del gobierno de entonces invertir el, desfavorable para ello, clima a la vista de las elecciones del octubre de 2010. Después de las elecciones llegó el turno de PASOK y el muy prometedor sheriff Hrisohoidis tomó el cargo del ministro de Protección de Ciudadano. Si, él mismo que, ya siendo “experienciado” en el tema del “terrorismo” (casos de 17 de Noviembre y E.L.A.), siguió su obra de apuntar a los ámbitos políticos. Su paso siguiente fue poner precio de 600 mil euros a las cabezas de tres compañeros (S. y M. Seisidis, G. Tsironis). Una movida capaz de excitar a una sociedad sedienta de intrigas y dinero. Los ordenes de busca y captura basadas en esta misma lógica seguían siendo emitidas, varias personas se ven implicadas en el caso sin que existiesen pruebas algunas en su contra, y a veces sin que siquiera conociesen a los otros acusados. Los “detectives” de la Sección Antiterrorista llegaron al punto de insistir que los padres de una acusada eran miembros de RAF alemanas, hasta diciendo que su padre murió en un enfrentamiento armado con policias, algo que obviamente fue una mentira. La continua procesión de las fotografías de compañeros arrestados y buscados por las pantallas de juicios televisivos y en comisarías, las detenciones, los asaltos a casas realizados por mierdosos perros antiterroristas, las decenas de informaciones, aunque sean mentirosas, que llegan en las llamadas de los chivatos a la policía, seguimientos… Hasta las fotos de unos momentos privados o de las vacaciones fueron publicadas en los diarios por el periodista chivato conocido por su colaboración con la policía. Además, esas fotos en concreto constituyen parte de los documentos judiciales de acusación y de hecho no pudiera tener acceso a ellos. El proceso informativo queda filtrado, crea unas impresiones erróneas, oscurece a la verdad, tiene lugar sólo como una fragmentaria información sobre la real dimensión de los hechos y un uso muy rudimentario de ellos mismos.
El razón detrás de persecución penal de mi persona es político. Estaría poco coherente en lo que se refiere a mi sensatez política si me quedaría esperando a que los procedimientos democráticos y un juicio propio de la Junta, montado dentro de un estatal almacén de almas, decidieran de absolverme. Siendo persona con dignidad propia no acepto a los jueces que agiten hachas ni a las fiscales monjas que están aprobando de privarme de mi libertad. No soy miembro de la organización como se me está acusando. Se me persigue penalmente porque creo en la polimorfica acción subversiva y en la lucha contra el sistema. Soy anarquista, niego a los cargos, estoy solidario con los compañeros de la O.R. CCF y con todos los presos dignos que siguen luchando dentro de las cárceles.”
Aleksandros Mitrousias declaró como último. Negó de ser miembro de la CCF y aclaró que “sí lo hubiera sido asumiría la pertenencia”. Comentó que mantenía relación de amistad con Hadzimihelakis y por esto no hay nada raro en el hecho de que sus huellas dactilares fueron encontradas en su casa. Recordó que aparte de eso no existe prueba ninguna en contra su persona (en lo que se refiere a éste caso en particular porque no debemos olvidar que Aleksandros, después de estar más de un año en fuga acusado de ser miembro de la CCF, fue detenido junto a otrxs compañerxs 4 de diciembre de 2010 en posesión de varias armas y explosivos…).
Siguen las declaraciones de lxs acusadxs. Como primera habló Konstantina Karakatsani. Negó a los cargos y subrayó que, aparte de su amistad con algunos de los acusados y el hecho de que fue de vacaciones con algunos de ellos, no existen pruebas de verdad en su contra. Siguió hablando sobre la situación política en el periodo de las primeras detenciones por el caso, sobre una ofensiva represiva más general dirigida contra lxs anarquistas. Dijo: “Soy parte de un más amplio movimiento que lucha contra ese régimen y mantengo mi identidad política, a pesar de saber que cierta gente lo han aprovechado para ponerme en la situación en que me encuentro”. Comentó que había visitado varias veces la casa de Haris y nunca había visto por ahí nada sospechoso como ollas de presión, cables o artefactos explosivos. Lxs jueces la preguntaron que piensa sobre el terrorismo y ella respondió que se trata de un concepto utilizado por maquinaria represiva del Estado, puesto que, como dijo, “el Poder no puede funcionar sin coacciones”. Lxs jueces insistieron que explicase más detalladamente su punto de vista sobre el terrorismo (parece que si no haya pruebas de evidencia, la opinión de uno o una ya lo puede sustituir bien…) a lo que Konstantina respondió que no considera una sala judicial como un lugar adecuado para desenrollar sus análisis políticas y que no está dispuesta a hacer manifiestos. Negó ser miembro de la CCF y declaró su solidaridad con presxs políticxs. En su declaración no mencionó para nada el periodo en que estaba fugada (septiembre 2009 hasta abril de 2010).
Luego habló Giorgos Karagiannidis, el que apareció en juicio por primera (y última) vez desde meses, puesto que seguía siendo solidario con dos miembros declarados de las Células, Haris Hadzimihelakis y Panagiotis Argyrou, los cuales abandonaron el juicio ya en finales de enero como protesta contra las condiciones en cuales ese sea realizado. Esto es lo que dijo:
“Mi presencia aquí no significa para nada que acepto la calidad de acusado. Y eso, a pesar del hecho de que, como pienso, el desarrollo del procedimiento hasta ahora hizo desplomar a las ridículas pruebas según cuales estoy involucrado en ese caso. Todos aquí hemos escuchado sobre unos coches que misteriosamente cambian el color, unas ollas de presión que cambian tamaño como quieran y otras absurdidades semejantes. Además, no debemos olvidar que a base de unas pruebas de correspondiente importancia fue emitido un orden de busca y captura contra alguien que ni siquiera existe.
A pesar de todo eso preferí de no conversar con los jueces y, ante sus chantajes y exigencias, abstenerme de este procedimiento en concreto. Elegí de despreciarlos así como ellos habían despreciado a nosotros, los acusados y a los compañeros solidarios. Además, el papel puramente de trámite de ese servicio judicial como también las intencionalidades de ordenes políticos, fueron hace unos pocos días reveladas por completo, cuando el equipo necesario para proyectar las, sin relación ninguna con el caso, fotografías de algunos de los encausados fue asegurado inmediatamente, mientras que nuestra demanda principal, la de grabación audio del juicio, fue rechazada debido a… ¡un gasto exorbitante!!!
Por cierto que este hecho es sólo una gota en el océano de la más general arbitrariedad judicial, no obstante sea indicativo en lo que se refiere a los términos en que se lleva a cabo ese juicio.
Naturalmente no pudiera haber sido de manera diferente. Y eso porque esencialmente este juicio sigue siendo un juicio político, a pesar de que el régimen democrático moderno intente de borrar a ese concepto. Si, es un juicio en que se chocan dos mundos diferentes.
Por un lado el complejo de cuatro poderes con el punto de lanza siendo la judicial, arrogante y presumida, acorazada detrás de su código penal. Condensación y justificación del código de valores que domina en la sociedad.
Y por otro lado unas personas con diferentes trayectorias, opciones, referencias y caracteres, pero con un punto en común. Personas que proponen conceptos como amistad, compañerismo, solidaridad y no dudan de pagar por ellos un precio personal. Por fin, personas que son enemigas de ese mundo y no agachan sus cabezas frente a ello. Entre estos últimos soy también yo mismo.
Por lo tanto inevitablemente me niego de declarar ante ustedes. Las líneas entre nosotros están muy claras y no hay nada que podría confundirlas. Esta es la diferencia entre la consciencia subyugada y una insurrecta. Por esto me niego a reconocer su procedimiento o conversar con ustedes.
Ustedes pueden solamente condenarme, pero no son capaces de juzgarme. Respectivamente, pueden sólo absolverme, pero no son capaces de justificarme.
El único juicio de valor que tengo en cuenta y que importa es aquello hecho por mi mismo y por los que sienten que compartimos la misma repugnancia contra ese mundo, contra sus órganos y sus papeles.”
Panagiotis Argyrou y Haris Hadzimihelakis siendo firmes a su decisión principal de aborrecer por completo ese juicio no comparecieron.
El fiscal del Tribunal Supremo de Delitos Graves de Atenas, tal D. Dasoulas en un discurso que duró varias horas presenta sus propuestas para condenas. (en detalle aquí)
El fiscal, inesperadamente, recalcó que “si no hay pruebas de evidencia concretas, la pertenencia a la organización no significa automáticamente que uno sea culpable de todos los actos cometidos por esta organización” y que “el hecho de asumir la responsabilidad política no es por sí solo un criterio seguro”.
Gran importancia dio a la colaboración o no de lxs acusadxs en lo que se refiere a las pruebas de ADN. Esto sea el razón porqué propuso de absolver a Giospas, Rallis y Vogiatzakis (los cuales no se negaron a dar su ADN), puesto que, como dijo: “Según un razonamiento común, cada ciudadano que no tiene nada de esconder aceptara que le tomen material genético para efectuar unas pruebas”. Eso fue el razón por qué decidió de condenar a Konstantina Karakatsani por “pertenencia a una organización terrorista”: ella se negó a dar su ADN. Además, considero como verdadera la primera versión del testimonio ofrecido por jefe de la Sección Antiterrorista, el que durante la interrogación preliminar dijo de reconocer a Konstantina saliendo de casa de Haris con una bolsa de basura que contenía, entre otras, restos de cables. Recordamos, que durante el juicio, el mismo oficial de policía reconoció de tener dudas sobre si era ella o alguna otra chica…
Aparte de eso en el discurso del fiscal no pudieron faltar estupideces pomposas y preocupaciones sobre “la condición de nuestro país”. Entre otras dijo que “Estamos en un punto crítico, en que la generación joven de nuestro país a pesar de poseer cualidades no tiene bastantes oportunidades para demostrar que el cambio sea posible”, etc.
Empiezan las disertaciones de la defensa. Lxs abogadxs de Rallis, Vogiatzakis y Giospas están conformes con la propuesta del fiscal de absolver a sus clientes, pero no vacilan de criticar a las autoridades judiciales y sus métodos represivos. Recalcan que sus clientes ya cumplieron unas condenas por adelantado (Giospas y Vogiatzakis) y recuerdan el papel sucio que jugaron los medios de información en calumniarlos. Condenan la brutalidad policial que sufrieron sus clientes.
Largo discurso de K. Papadakis,el abogado de defensa de Aleksandros Mitrousias. Dijo que “el marco institucional del país está listo para la Junta y va a acabar criminalizando hasta un saludo como “buenos días””. Criticó duramente a la propuesta del fiscal de condenar a su cliente por “pertenencia a organización terrorista” sin que se demostrase cualquier prueba de su participación en alguna acción concreta, algo que el abogado describió como “anti-constitucional”. Dijo que la constitución inflige condenas por unos actos concretos y no por el parecer o las relaciones personales de la gente, describió la misma ley antiterrorista como anti-constitucional. Condenó de manera fuerte al uso de pruebas de ADN como pruebas de evidencia, diciendo que hay razones tanto de los principios de uno como razones objetivos (relatividad científica de tal prueba) para que “cualquiera que tiene saberes legales, aunque sean elementales, debería negarse de dar su ADN”.
Discurso de la abogada de Konstantina Karakatsani. La semana anterior el fiscal propuso de declarar Konstantina culpable de “pertenencia a grupo terrorista” y “simple complicidad en fabricación de dos artefactos explosivos” (se trata de artefacto utilizado en el ataque contra la casa de parlamentarios de PASOK, Katseli y Arseni, 23 de septiembre de 2009 y un otro que fue encontrado en la casa de Haris Hadzimihelakis el mismo día más tarde). La abogada se refirió a la absurdidad de las acusaciones, recordando que una sólo huella dactilar de Konstantina fue encontrada (según la policía) sobre una bolsa de plástico que contenía, entre otras, partes de cable y trazos de pólvora y dijo que:” Si ella tomó las medidas de precaución para construir un artefacto explosivo, ¿ como es que no tomó correspondientes medidas agarrando la bolsa?” Además, recalcó el hecho que durante la investigación el número de bolsas de basura aumentó de una manera misteriosa y ni los mismos policías fueron capaces de explicarlo. También recordó sobre la muy confusa memoria del jefe de la Sección Antiterrorista, que cambió su testimonio respecto a Konstantina. Criticó al fiscal por su declaraciones relacionadas con el tema de ADN, dijo que ningún ciudadano no ofrecería su ADN a un servicio como Antiterrorista, puesto que ese servicio no es capaz de garantizar nada, ni siquiera que las pruebas de evidencia desaparecen o emergen de la nada, como les da la gana… Acabando, subrayó que en la casa de Haris fueron encontradas muestras de ADN de 4 en total mujeres, pero ninguna de esas muestras fue encontrada sobre “objetos de controversia” como monos y mascarillas de trabajo, polvos “sospechosos”, etc.
Con esto acabó la parte de la defensa, puesto que tanto Panagiotis Masouras y Giorgos Karagiannidis como ambos miembros de la CCF, Haris Hadzimihelakis y Panagiotis Argyrou, despidieron a sus abogadxs de defensa ya en finales de enero, cuando abandonaron el juicio. P. Masouras después de ser liberado hace un par de meses, fue de cierto modo “obligado” de comparecer en la sala de juzgados, pero aparte de leer su declaración hace dos semanas no participa en los procedimientos y sigue sin abogado. Panagiotis Argyrou publico hoy, 7 de julio, una larga declaración política, la cual intentaremos traducir dentro de algunos días.
El último día del juicio será el martes 19 de julio, cuando se van a declarar las sentencias.
Giorgos Polydoros, miembro declarado de la Conspiración de Células del Fuego detenido junto a 4 otrxs compañerxs el 14 de marzo en Volos, el martes 5 de julio fue trasladado sin aviso previo desde la cárcel Koridallos de Atenas a la cárcel de Kerkyra (en la isla Corfu). Al llegar ahí los carceleros le dijeron de se bajara los calzoncillos, en el marco de la humillante rutina que utilizan a diario para mostrar su poder a los presos. Giorgos, igualmente como el otro preso de la CCF, Gerasimos Tsakalos hace un mes, se negó a colaborar con este procedimiento diciendo que tal chequeo agrede a la dignidad del preso. El alcaide de la cárcel de Kerkyra, un tal Vasilis Thomos, ordenó el aislamiento del compañero y luego, el 7 de julio le llamo a comparecer ante el consejo disciplinario de esa institución penitenciaria, el cual decidirá su castigo.