Declaración política de Panagiotis Masouras frente a los jueces, Grecia

Declración del compañero y actualización del juicio contra la CCF.



El juicio contra la O.R. Conspiración de Células del Fuego está llegando a su final. En las audiencias que tuvieron lugar la semana pasada se completaron declaraciones de lxs acusadxs. Dentro de algunos días esperemos de publicar un resumen detallado y declaraciones completas de algunxs compañerxs. Por ahora publicamos la declaración del compañero P.Masouras, que fue la más larga y combativa de todas.

Ayer, 28 de junio el fiscal del Tribunal Supremo de Delitos Graves de Atenas, tal D. Dasoulas, que juega el papel de acusación presentó sus propuestas para las condenas. Dejaremos aparte cualquier estimación sobre lo que esas significan, puesto que como pudimos ver desde el inicio de este juicio, las decisiones están tomadas en otra parte…

Así, el fiscal propuso:

Emmanuel Giospas, Errikos Rallis y Nikos Vogiatzakis: absueltos.

Haris Hadzimihelakis: culpable de formación de una organización terrorista, fabricación y posesión de (tres) bombas explosivas, simple complicidad con afluencia en las explosiones en dos casos (la casa de parlamentarios de PASOK, Katseli y Arsenis, Ministerio de Macedonia y Tracia), simple complicidad en un daño agravado (explosión en la casa de ex ministro Hinofotis). Absuelto del cargo de provisión de materiales explosivos y bombas.

Panagiotis Argyrou: formación de una organización terrorista, fabricación y posesión de dos artefactos explosivos, simple complicidad en explosión (casa de Katseli). Absuelto de los restantes cargos.

Giorgos Karagiannidis: formación de una organización terrorista, simple complicidad en fabricación de bombas explosivas (tres veces). Absuelto de los restantes cargos.

Panagiotis Masouras: formación de una organización terrorista, simple complicidad en fabricación de dos artefactos explosivos. Absuelto de los restantes cargos.

Aleksandros Mitrousias: formación de una organización terrorista. Absuelto de los restantes cargos.

Konstantina Karakatsani: formación de una organización terrorista, simple complicidad en fabricación de dos artefactos explosivos. Absuelta de los restantes cargos.

El juicio seguirá el lunes, 4 de julio. Ahora quedan por cumplir sólo los discursos de la defensa y las sentencias.

Declaración política de Panagiotis Masouras

Para empezar, quisiera dejar claro a todos que hoy me encuentro en el banquillo de los acusados como un enemigo político del régimen que está prisionero y no como un criminal. El crimen es el privilegio de los que infringen la ley legalmente. Pues, debido a esta condición, declaro que no tengo intención de abogar para mí mismo.

No voy a defenderme porque cuando uno que lucha llega a enfrentarse al mecanismo judicial, en ningún caso podrá presentarse ahí de manera defensiva. El término “apología” está gestando el concepto de arrepentimiento. Yo no me arrepiento del hecho que soy revolucionario.

Por tanto, haciendo una acertada pero también políticamente correcta sustitución del término apología le voy a emplazar por esta de declaración política.

Comenzando, voy a decir un par de cosas respecto a la postura que mantuve durante el juicio. Haciendo pues un breve repaso de hechos recientes que ocurrieron en el marco de éste juicio político, podemos comprobar que las medidas que fueron tomadas para realizar este proceso no eran más que otro intento de aislar a los presos políticos, pero también un muy claro mensaje bélico dirigido contra el valor de la solidaridad interactiva.

Todos los cuatro poderes, tenían como objetivo abatir a los enemigos del régimen. Intentaron aplastarnos ética y políticamente, arrasar nuestra esencia. Ese plan tuvo que ser bloqueado. Si eso fue logrado, bajo qué condiciones y en qué términos, es algo que debe juzgarse usando educación y consciencia política. El resultado de la movida es conocido, como también que las conclusiones pertenecen a los que seguían estando al corriente de los hechos. Si alguien afirma que su estrategia está basada en la represión y el miedo, esto ciertamente es un punto de vista, el que sin embargo no para de flotar como el corcho en la superficie de la conciencia revolucionaria. Yo por mi parte lo que pude comprobar es que aparte del miedo y represión haya también la opción.

Si miraramos con un poco más de cuidado y intentaramos hacer un pequeño repaso de la historia del movimiento subversivo en los países occidentales en el periodo ´60 -´80, veremos que la estrategia adaptada por su tribunal militar no es ninguna innovación en el sector de la política represiva.

Así, hoy en día vivimos situaciones parecidas a las de Italia después de Segunda Guerra Mundial, de Alemania federal, España franquista, Francia, Grecia, donde cualquier cosa antes del 1974 se llamaba resistencia y más tarde cambió al nombre de terrorismo. Entonces, los enemigos del régimen acusados de pertenecer a grupos armados revolucionarios pero también de tomar parte en unas más amplias actividades subversivas, vivían y experimentaban parecidos regímenes de aislamiento y represión. Tales pues eran los tiempos en que se iba anotando y guardando los datos de los que querían asistir a los juicios políticos. Era entonces cuando a veces la presencia de alguien en la sala judicial fue utilizada como prueba de culpa, así unas leyes y persecuciones penales extraordinarias al ser activadas tomaban forma de pogroms. Era entonces cuando los jueces descaradamente expulsaban al publico y a veces también a los acusados, de la sala. Era entonces cuando los italianos carabinieri, las unidades alemanas de BKA o la Guardia Civil española, armados hasta los dientes, literalmente inundaban los juzgados y estaban presentes en los calabozos cuando los acusados (si tuvieron tal posibilidad) se comunicaban con sus abogados y familiares. Era entonces cuando se realizaba juicios sin publico, abogados, hasta sin acusados. Igualmente en la misma época podemos encontrar los juicios y condenas hechas en ausencia de los acusados. Tanto entonces como ahora las conclusiones son las mismas. Tales juicios tienen el resultado decidido por adelantado, porque el poder judicial siendo energúmeno de los superiores políticos más altos y sirviendo a los intereses del capital nacional y trasnacional pero también haciendo el favor a la condición interna del orden y seguridad pública, demuestra directamente que el cuerpo judicial, siendo la prolongada protección de la élite económica y política, está simplemente jugando el papel de una marioneta decorativa. Por tanto, las audiencias de este tipo, simplemente constituyen una ratificación pública de una decisión que siempre es política y ya fue tomada por adelantado. De una condena que ya desde el preámbulo fue cortada y cosida a la medida.

Pues, bajo esta condición algunos de nosotros nos propusimos construir una barricada de negación y disidencia real frente a la política de aislamiento, la política que intente vaciar nuestro discurso y acción del contenido. Pusimos nuestro discurso y nuestra práctica en contra de las posiciones del mecanismo judicial y no sólo eso. Hemos elegido no ofrecer nuestra mejilla a la bien afilada cuchilla de chantaje y coacción sino responder con una cuchilla de nuestra parte. Es un acto que deja, así lo considero, una importante pero también esencial experiencia que siendo una experiencia común debe ser valorada, está expuesta a la crítica, sea susceptible de auto-crítica y, ¿ porque no?, enriquecimiento y evolución. Espero que ese momento de lucha contribuya en su manera a un intento de escribir la historia en otro lenguaje, el de la negación, con otra postura, la de la verdadera disidencia. Tal vez no hubo ninguna posibilidad para que ganaramos, tal vez esto estaba condenado a la derrota por adelantado, igualmente como lo menciona una opinión que fue publicada. Voy a responder con las palabras de uno de Brigate Rosse, que afirmó que “tales opiniones son propias de aquellos que creen en la Virgen llorosa”. Por tanto, el hecho de revisar a la historia en unos términos que no pueden ser invertidos y aceptados significa que en general la aceptamos como tal, al mismo tiempo impidiendo la propagación de nuevas posiciones políticas, percepciones y practicas.

Continuando, debo de confesar que el paso de 18 meses y la siguiente liberación me pillaron de modo brutal. Dado esos nuevos hechos que me obligan a presentarme en ésta sala tengo que poner en claro algunas cosas. Pues, presentándome en ésta sala como uno en libertad condicional, no quería causarles la impresión de que estoy aquí para acariciar sus oídos con algunas palabritas de arrepentimiento o mojadas en lágrimas rehuidas y explicaciones. Sería equivocada su estimación que hoy me subí a ese banquillo de los acusados para corregirme o para reclamar clemencia o sea una compasión humana. Esto que demando desde mi tribuna política es crear una nueva propuesta, una nueva óptica, una respuesta la cual sería capaz de crear espacios de anti-poder, no importe si uno se encuentra dentro o fuera de los muros, aportando de este modo a hacer destacar la urgencia de la firmeza, sin dar un paso atrás, realización de la lucha subversiva. Por lo tanto, yo por mi parte estoy también honrando la osadía y el desinterés personal que caracterizan a los compañeros que en este momento están en la cárcel, negándose de aparecer delante de ustedes, y así, con serenidad y valor, escupen su chantaje en su misma cara. Porqué la propagación del discurso y de la práctica de una consciencia revolucionaria nunca se puede limitar sólo a alguna sala de juzgados.

Pues, niegan a admitir que nosotros, seguramente no todos, somos enemigos políticos del régimen que se encuentran prisioneros o bajo una peculiar condición de rehenes. Se negaron a juzgarnos como sus enemigos políticos, a pesar de que nos estan juzgando con unas leyes antiterroristas hechas para perseguir penalmente a los “crimenes” políticos. Nos estan juzgando en un tribunal militar que se parece más a un criadero de cerdos que a una sala judicial, considerando la asfixiante presencia de energúmenos del poder legislativo y judicial. Por lo tanto soy culpable ya antes de venir a escuchar su sentencia. Culpable porque no soy pacífico, porque no soy esclavo, porque no agaché a mi cabeza, porque no acepto las divisiones sociales, porque soy un ser humano y como tal tengo mi dignidad. Culpable porque traigo una nueva propuesta para vivir, una sed por un descubrimiento diferente.

Estan negando las políticas motivaciones y criterios, en su intento de atrincherar una propuesta alternativa, una propuesta política, la cual si sería aceptada como tal, su sistema político mismo terminaría en última forma por auto casación, admitiendo que su democracia no es perfecta en lo que se refiere a la cultura, las relaciones, la educación política. En caso si hubieran reconocido nuestra posición, entonces el absoluto saber y verdad absoluta de su política neo liberal se desplomarían. Aquí hay acusados que no aceptan su papel como tales, y en vez de eso se ven a sí mismos como acusadores. Personas que no consideran como digno el dialogo entre revolución y anti revolución. Los anarquistas no respetan a sus valores, sus ideales propios de guardianes de la paz social y del orden público. Me niego a darles cualquier explicación, tomo una posición de ruptura, para de este modo desactivar a cualquier, sea más rudimentario, canal de comunicación entre nosotros. Pues, ustedes en la posición en que estan tienen la ventaja de ejercer todo el tiempo critica y producir las dudas. En 1929 el comunista Rakozsy preguntó a los que le juzgaron: ”¿Quiénes son? ¿Qué estan representando? ¿Cuál es su histórica razón de ser?” Si hubiera intentado hoy hacer un dialogo póstumo, diría que son una pandilla de auto denominados verdugos que funcionen como muro de protección para la élite política y económica, diría que representan y garantizan, siempre vigilando, a las enfermas reglas del capitalismo en las vidas de la gente, como representan también a las prostituidas conciencias de las sumisas y carentes de voluntad propia seres sociales. Que su histórica razón de ser no es otra que sepultar a los revolucionarios en el cimiento y acero, de ahogar en el espíritu del terror y de represión a cada subversiva y poco convencional expresión social, así masacrando cada respiración que no sea sincronizada con el estertor moribundo de la mayoría social.

Si volvemos atrás las agujas de reloj podemos verificar la permanente táctica de aniquilación y aislamiento de presos políticos, a nivel internacional. Los encarcelamientos, las ejecuciones, los ataques contra revolucionarios, contra estructuras subversivas y focos de resistencia, en todo el mundo constituyen la pre-condición de la existencia misma de los países capitalistas. El objetivo es retener el frente global de la revolución que sin parar está obrando por la subversión. La política del aislamiento y la internacionalización de la represión capitalista son impulsadas con todos los medios. Con la rígida línea del dominio imperialista, con las coordinaciones internacionales entre unidades militares, la ascensión de poderes que tienen los servicios secretos policiales, desde la educación tecnócrata hasta el lavado de cerebro por medios de comunicación de masas, la religión, la familia, desde la amputación de consciencia que ocurre en las celdas escolares hasta el chantaje de esclavitud asalariada, los masivos encarcelamientos y persecuciones penales de los que luchan. Cuando alguien está hablando sobre las aniquiladoras condiciones del encierro y los asesinados de revolucionarios, frecuentemente le viene en la mente la noche de la muerte en Stuttgart, en la cárcel de alta seguridad llamada Stammheim, dónde los combatientes de la RAF fueron encontrados baleados, acuchillados y ahorcados en sus celdas. Pues, la Stammheim no está sólo en Alemania. Las diferentes Stammheim se extienden por todo el mundo. Están en Turquía, con sus celdas de tipo F, dónde los presos políticos durante traslados caían muertos uno detrás del otro y dónde en los motines y luchas que se llevaron a cabo para abolir ese régimen de encierro fueron asesinados 122 presos. Están en el régimen FIES en España, dónde es muy indicativo que a algunas de esas tumbas de cimiento como El Dueso, Ocania 1, Puerto de Santa Maria y Herrera de la Mancha, los prisioneros las llamaron “unas madrigueras de tortura, locura y exterminio”. Están en las cárceles de aislamiento italianas de Voghera, Rebibia y de isla desierta de Azinara (donde fueron encarcelados los de la Brigate Rosse) que eran indicativas para las condiciones de hospitalidad reservadas para presos políticos. Y en Alemania donde algunas mazmorras como Ossendorf de Colonia y la cárcel de Hamburgo fueran dejadas a la piedad de unas investigaciones psiquiátricas llamadas SFB 115 (SFB: Campo de Investigación Especial) bajo la supervisión del psiquiatra y jefe torturador Jan Kros y subvencionadas por EEUU. Y de allí a las cárceles especiales francesas y a los llamados bloques H en Inglaterra destinados para miembros de IRA y INLA, y hasta las subterráneas mazmorras de América Latina. Y, volviendo de nuevo a Grecia, vamos a encontrar las celdas blancas en que está encerrada la la O.R. 17 de Noviembre y el régimen especial de encierro y aislamiento de presos políticos.

Un revolucionario para no olvidarse de su posición nunca debe olvidar la guerra, continua, despiadada y sobre todo justa. Al chantaje se responde con terquedad, acción, integridad. A la persecución penal y encarcelamiento se responde con una sonrisa y con su corazón hecho del hielo que en su interior encierra a miles de promesas, propuestas por la vida y por la lucha. A la represión, a la asimilación, a la enajenación de la vida, a la expansión capitalista se le responde con la lucha. Dura y permanente lucha subversiva.

Sería muy barato si seguiría el falso dilema de inocencia o culpa. A pesar de que también ustedes saben que no tienen ninguna prueba en mi contra. Estoy, pues, tan culpable como culpable es para los ojos del ámbito subversivo y los que luchan la práctica de disidencia revolucionaria. Lo que se les escapa es el hecho que encarcelando y ejecutando a los revolucionarios no pueden encarcelar ni ejecutar a la revolución misma. Esto constituye una de las ilusiones más favoritas de los mecanismos del Poder y de su percepción. No entienden que hasta si nos han sepultado vivos, se les ha olvidado robarnos el cielo, el cielo que está esperando a nuestro asalto. Se han creído que enviando a los hombres armados de EKAM para que nos rompiesen las cabezas con las culatas de sus pistolas y nos tirasen, esparcidos, a las cárceles, van a arrancarnos lo más precioso que tenemos, nuestra fe en las ideas, en los ideales, en la lucha. Con sobrante ingenuidad han pensado que nuestras rodillas van a amar los suelos de las celdas, pasillos, celdas de castigo y patios de cada cárcel. Ahora, casi dos años más tarde, les presento los resultados. No han tenido por bandera mi derrota ética o política, sólo nada más que un papelito que fue incapaz de encarcelar mi alma.

No estoy aquí para agradar a algún juez o fiscal. Estoy aquí como un sujeto político, cuya conciencia le obliga de poner en la mesa su percepción sobre el orden de las cosas. Por esta razón ya estoy aquí como uno que no había capitulado.

La más gran importancia hoy en día está en nuestra integridad y honradez como luchadores, y mucho menos en el resultado. Está en aquella osadía y orgullo que día a día sean puestas a pruebas en los diferentes tipos de penales y galeras de ese régimen totalitario. Poco importa si se llaman cárceles, lugares del trabajo, convenios, ideologías muertas, falsos dilemas.

Por tanto, la eventualidad de ser condenado por no poder callarse no es capaz de disuadirme de que este orgulloso por mi calidad como ser humano.

No voy a hacer rebajas en lo que se refiere a mis pensamientos y mi discurso, hasta si que lo sé que, aunque no oficialmente, se me está juzgando con la ley 509 del año 1947.

La única diferencia es que yo no hago propaganda por el comunismo sino por la anarquía.

Para alguna gente la lucha es como una flor valiosa y sólo para recogerla uno debe caminar y lanzarse directamente sobre el borde del abismo. Para aquellos que llegaron al borde o se acercaron a ello, su destino les está reservando una única escala de afrontamiento. Todos los que luchan o los que están preparados para hacer la guerra, conocen ya o lo van a comprobar con el tiempo, que el Estado a sus enemigos les está cazando como un perro rabioso. En eso no cabe duda.

No sería equivocado de admitir que en los tiempos en que la lucha radical/subversiva se está recrudeciendo, el Poder responde con una combinación de difamación y represión contra los que resisten. En este marco determinista la cárcel es y debe considerarse como una eventualidad extremamente posible.

La presente experiencia griega lo había confirmado, además de una manera de lo más decisiva. Hoy en día el régimen, mucho más que nunca, está decidido a aplastar al enemigo interno. Decenas de encarcelamientos a los que luchan a base de pruebas inexistentes, pruebas de ADN, huellas dactilares recogidos de casas y objetos, criminalización de las relaciones de amistad y de compañeros, bastantes compañeros en clandestinidad (que es también un, sea peculiar, régimen de rehenes) la ley antiterrorista que continuamente está subiendo el grado para así poder a apuntar a cualquiera, todas esas cosas crean un clima para luego poder exterminar a los luchadores y intimidar a cualquiera que eventualmente pudiera verse enfrentado con los objetivos del régimen y así ser quién estorba el orden y la paz social. De este modo cada uno que ataca a lo existente debe reflexionar sobre todo a lo que tiene que afrontarse, pero también debe actuar durante su probable cautiverio en las modernas mazmorras de la democracia.

Tal vez algunos en realidad habían pensado, o puede ser que lo sigan pensando, que echándonos a las mazmorras nos harán arrepentirnos por querer una sociedad diferente. Un mundo sin Estados, explotación ni violencia. Quizás consideran que su política penitenciaria, ejecutada por una prolongación disciplinaria llamada “carcelero”, cerrándonos detrás de las rejas de celdas de castigo hará retroceder el vigor de una persona que lucha.

A las cárceles se las presenta como la institución destinada para corregir y reincorporar el tumor canceroso social que, según el régimen, constituye su población.

Las disciplinarias y represivas estructuras de esos crematorios modernos tienen como objetivo aislar al individuo de cualquier comitiva social. Aislamiento mental, espiritual, corporal, psicológico. Es el espacio lo que mantiene y exterioriza ese error de imprenta de la especie humana. Y los revolucionarios que nos encontramos ahí habitamos en un mausoleo, en un mundo muerto de ideales y enajenado en el nivel existencial. Esta es la miniatura moribunda de sus contemporáneos regímenes totalitarios. Es la miniatura que con claridad refleja el canibalismo capitalista en su forma suprema y comprimida. Se trata de este microcosmos en que la existencia humana mas fácilmente sea consciente de la calidad de la mayoritaria percepción de la sociedad en la cual debería ser incorporada. El chivateo, el interés personal, la plaga de las drogas, los convenios propios de lógica pequeño burguesa, el sometimiento, pero también la degradación económica, espiritual y política, no son nada más que la cara misma de la sociedad en que la enajenación y la explotación, rayando como cuchilla sus mejillas, nos recuerdan que el tumor canceroso ético y de valores con que ella está embarazada, tiene que ser destruido. Esa es la imagen promovida por la norma de vuestro sistema y ella a su vez está hecha realidad por la llamada política penitenciaria que esencialmente pretende aprisionar la lucha del ser humano contra el Poder.

Sin embargo, las cárceles no están solamente detrás de los muros altos y zonas muertas. Están establecidas en la institución de la familia, en la educación, en las relaciones entre personas, en el ejercito, en las llamativas pero siempre falsas sonrisas que te regalan los que están alrededor. Las cárceles están establecidas en la religión, resignación, pasiva aceptación. Todo ese complejo social del disciplinado mecanismo representa la vida que nos fue robada, la falta de libertad, la opresión, la explotación que sufre cada persona.

Las cárceles no se encuentran sólo en unos lugares lejanos, sino existen y viven dentro de nosotros.

Pues yo, para el régimen político un ilegal, me encuentro juzgado hoy por los preeminentes ilegales-legales y esos colaboracionistas modernos. La razón porqué estoy hoy aquí es la pobreza de la lógica del régimen. Pues, el espectro político argumenta con un acercamiento autista, el cual define que el régimen democrático es el punto ideal a que puede llegar una civilización y que este hecho nunca se puede cuestionar. El régimen tiene la ilusión de poseer un monopolio de la violencia en la sociedad humana. Por tanto, cuando algunos aterrizan esa certidumbre, lo traen de nuevo al campo de la realidad con la teoría y praxis de su disidencia, el Estado intenta reprimirlos y asimilarlos.

El hecho que no escondí mis ideas debajo de la alfombra del encierro, ciertamente es algo que no les gusta.

Aunque al principio me metieron en la cárcel debido a varias presiones e intencionalidades políticas, se suponía que en el caso si cumpliría el papel del “detenido que cooopera” y “preso bueno”, las posibilidades de que fuera pronto “devuelto a la sociedad” serían de hecho bastante grandes. No han logrado derrotarme políticamente. Sus estructuras represivas continuamente conocen el desastre total cuando se proponen asimilar a los revolucionarios.

La postura del revolucionario dentro de la cárcel se debe considerar como un potro más del ataque. Siendo de acuerdo con eso, había publicado cierto número de cartas políticas, descuidando el hecho de que así iba a agravar mi situación, puesto que la falta de pruebas que me pudieran implicar es evidente. Tampoco me importaron las consecuencias, porque tuve una deuda, ante los compañeros y ante la lucha, de guardar en alto la bandera de una postura política que no da ni un paso atrás, ni siquiera en unas condiciones semejantes. Había considerado y lo sigo siendo, que el medio de fugarme de una condición de cautiverio caracterizada por vengatividad y inexistencia de pruebas, no sea la lógica de esconder a mis posiciones políticas para de este modo lograr un trato más favorable para mi persona. Al contrario: mi sitio es al lado de con quienes comparto las mismas inquietudes y dudas fuertes, a lado de cada individualidad rebelde que sabe atreverse.

No voy a permitir que me presenten como una víctima más de DAEEB (Dirección de Afrontamiento de los Delitos de Violencia Especiales). Y no lo permitiré porque un revolucionario nunca podrá ser víctima. Porque uno que lucha siempre es un aspirante a vencedor.

Si alguien hoy en día busca a las victimas, mejor que diriga su mirada al enajenado complejo social, en su mayoría atado a los convenios pequeño burguesas producidos por el orden establecido, pero que mire también a los que pusieron la subyugación y el miedo más arriba que el código de su ética. Podría implorar mi inocencia y así ofrecer a mi declaración política un fundamento falsificado. Pero no voy a hacer acrobacias sobre falsas dilemas de tal estilo.

Tanto la inocencia como la culpa, debido a la fluidez que las caracteriza como conceptos cuando se trata de un desacuerdo entre dos mundos diferentes, son por excelencia variables.

Por tanto, seguramente no caben dudas que esta sala especial constituye el pelotón de ejecución de la personas libres.

Los ordenes de régimen y mandatos pequeño burgueses como un evangelio llegan a vuestros oídos por miles. Mira lo suyo, protege tu dinero, ama tu dios, caete por tu patria, trabaja, consume, vive como un número más y luego muérete.

Ni amo ni lucho por alguna de esas cosas. No me comporto como un número sino como suma total de mis decisiones. Esa es la diferencia crucial entre nosotros.

No me encuentro hoy aquí para demostrar mi “inocencia”, sino para que el mecanismo judicial y antiterrorista pudiera demostrar mi “culpa”.

No es difícil darse cuenta que vuestro régimen democrático no se queda pálido frente a los regímenes totalitarios, pasados y presentes, de todo el mundo. Quiénes no se reconcilian ni se dejan asimilar, sean reprimidos y exterminados.

Pues, según ustedes tengo que convertirme en un ciudadano activo, que tras un voto elige a su tirano del turno. Un buen cristiano que, poniendo sus moneditas en la mesita de velas de su dios, paga por su fe. Un griego orgulloso que se alista al ejercito y, cuando sea necesario, heroicamente caerá por la patria, defendiendo así sus intereses nacionales y económicos.

Puesto que no tengo un tirano sobre mi nuca, ni tampoco dios ni patria, puesto que no iba caminando al mismo paso con la dominante moral social, no me subyugué ni me rendiré, soy un perfecto modelo de lo que ustedes llaman terrorista. Si aquellos valores y principios míos precisan ser erradicados, me declaro con orgullo como “terrorista”, sin preocuparme de lo que me puede costar tal declaración.

Pues, si estan esperando que llegue una sincera declaración de mi arrepentimiento, van a necesitar la paciencia de Sisifos, porque yo vivo dignamente, porque yo no me arrepiento de mis ideas.

No voy a permitir que la propaganda del régimen y el canibalismo mediático siguieran clasificándonos como criminales de ocupación exclusiva. No voy a permitir a los que legalmente cometen crímenes contra mucha gente, de pensar que tienen algún derecho de juzgarnos, de criticarnos y de pedir que rendimos cuentas.

Si hay alguien que puede juzgarnos esa es únicamente la memoria de compañeros en caso de que no estuvieramos a la altura de las circunstancias, si estuvieramos indignos de expectativas y exigencias de la lucha. Si hay alguien que puede criticarnos esos somos nosotros mismos. Nosotros por nuestra parte, si seguiremos viviendo valientemente en contra de nuestra época, nos vamos a encontrar cara a cara con el momento de la destrucción total.

Si hay algunos que deberían rendir cuentas estos son los mismos órganos directivos de la maquina del Poder de ese régimen totalitario. Los revolucionarios son los únicos que no van a rendir cuentas hoy.

Acabando, con valor y sobriedad estoy mirando a mi enemigo. Estando a cara con usteds, los reconozco como verdugos de la libertad, como perseguidores de los que rechazan el capitalismo y el Poder, como torturadores de la dignidad y como inquisidores de la consciencia revolucionaria y de la perspectiva por una sociedad libre que llegará después de la revolución. Al miraros me vuelvo acusador y los juzgo culpables de la traición suprema de toda la gente libre y luchadora.

Viva la revolución. Viva la Lucha Radical Subversiva.

Una nota: Después de que P. Masouras terminó a su declaración política, la presidenta del tribunal se dirigió a él, preguntándole si tiene intención de responder a algunas preguntas de lxs jueces. La respuesta fue: “Desde el inicio había dejado claro que voy a proseguir haciendo una declaración política y no apología, entonces de hecho no hay ningún campo dialéctico entre nosotros.”

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