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Contenido:
-Editorial : No a Ralco
-Nuestra acción sera su ruina
-Resistencia Mapuche en Trafun Mapu
-Nuestra accion sera su ruina
-Monsanto
-Sobre el compañero Luciano
-Mapuche: La Ley Antiterrorista & Medios de desinformacion
-A 9 meses de la iniciada Operación Salamandra
& Más.
Curiosa estación esta en que las calles se han visto cubiertas por un enjambre confuso de personas, se trata de grupos variopintos que buscan desembocar en puntos centrales de sus ciudades. No obstante su volumen, el curso de individualidades es detenido en su avanzar por la presencia de organismos ajenos a la naturaleza que compone el colectivo en marcha.
Otros colores, vestidos y direcciones. Se trata de agentes externos, sujetos impuestos por orden superior que ejercen una contención facilitada por una ingeniería viciada que evidencia el gasto público en maquinaria represiva.
Y allá en la precordillera, 1200 millones de metros cúbicos ejercen su descomunal presión sobre una pared de 150 metros, que orgullosa exhibe el triunfo de la analogía irrazonada entre progreso y tecnología. El Bío-Bio abandona su lecho milenario para constreñirse en un tubo de 12 metros de diámetro que finaliza en una turbina, conectada a un generador, conectado RALCO a un transformador, conectado a líneas de alta tensión, que tras múltiples conexiones se manifiestan en tu cocina en la maravillosa alquimia de hacer hervir el agua gracias a la corriente alterna. Allá en la precordillera, el cauce que sigue el lecho original es el resultado de una ecuación compleja que determinó la mínima cantidad de agua necesaria para mantener la vida. Son estudios de impacto ambiental, llevados a cabo por personajes que trabajan para organismos altisonantes como CONAMA y CONADI, fachadas léxicas de sanguijuelas burocráticas que desde sus oficinas en Santiago determinan cuanta agua necesita un ecosistema que conocen mediante impresos.
El caso de Ralco fue bullado, hubo múltiples winkas y mapuches anónimos detenidos, que hicieron lo posible por dificultar el paso de sendos camiones que transportaban los transformadores que iban resguardado por militares con armas de guerra (amen del armamento de los mercenarios de los privados).
Las comunidades mapuches que debían ser relocalizadas, poco a poco fueron cediendo ante las ofertas e intimidaciones de la concesionaria de la obra, un caso emblemático fue el de las hermanas Berta y Nicolasa Quintremán, quienes hicieron uso del argumento ético del arraigo para lograr un mejor precio por sus tierras. El agua no supo del valor del metro cuadrado, y día a día fue conformando un lago de agua estancada a voluntad, donde antes corría un río.
Más allá de los esfuerzos legítimos, la construcción nunca se detuvo, sólo disminuyó su paso, protegidos por la privacidad de un cajón precordillerano que no podía ser fácilmente identificado por el ciudadano de otras regiones.
La distancia es olvido, dicen. Diez años después, en la capital del mismo país, las protestas a propósito de un proyecto hidroeléctrico (no confundir con una central), en la Patagonia reclamada por los chilenos, movilizan a personajes de los más variados, Junio / Julio quienes de una u otra forma buscan hacerse sentir. Salir a la Alameda a manifestar descontento es una cosa, pero si algo pudimos aprender de Ralco, es que cuando la opinión pública se enfoca en una materia, ya es demasiado tarde para las campañas ciudadanas basadas en un recorrido pre-establecido por tal o cual calle.
El contrato ya está firmado, la licitación asignada y los millones corriendo. Actualmente la central Ralco se encuentra trabajando como si nada, sin ecos de antropólogos trasnochados, ni rogativas mediáticas. Por sobre cualquier murmullo de descontento se oye el tronar de un eje que gira a una notable cantidad de revoluciones por minuto, generando electricidad.
Por favor, no sea fatalista, aun queda mucho por hacer, pero se trata de acciones que no pueden convocarse por las “redes sociales”,ya sabemos como pesan los tomos de nuestra inquisidora ley 18.314.
Grupo Anarquista El Surco
