Reflexiones en torno al G-8 en Toronto, Canadá


texto enviado por ComunicAcción.

La cumbre del G8/20 es un tópico que no podemos pasar por alto. Los 20 países más industrializados del mundo, es decir, los líderes del capitali$mo globalizado, se reunen esta vez en Toronto, Canadá, para decidir en diplomáticas reuniones y asambleas el destino del mundo. Como era de esperarse, el evento no pasó desapercibido ante los ojos del amplio espectro de lo que vagamente se define como “anticapitalismo”.

El escenario no es muy distinto del que ocurre en cada ocasión en que esta clase de eventos se produce: encuentros de cabecillas mundiales del sistema en lujosos hoteles y centros de convenciones diseñados para estas ocasiones, custodiadxs por un número altamente elevado de perrxs de caza policiales (y que me disculpen lxs caninxs de todo el mundo por la ofensa), organizados en un sistema de seguridad que contó con la no despreciable suma de, léase bien, 1.300 millones de dólares, en un perímetro resguardado por una reja de 3,3 km. de largo y 3 mt. de alto; algo no muy distinto de lo que podemos ver en fragmentos del documental “La Cuarta Guerra Mundial” y en la película hollywoodense “The Battle of Seattle”. Cuánto será el miedo que tienen lxs verdugxs en el poder como para que se preparen de tal forma para la resistencia.
Pero no venimos a hablar de lo que ya han dicho una y otra vez los medios de comunicación corporativos y sus sucursales; esto es una reflexión. En torno a lo sucedido, los por qué, las lecciones.

Primer escenario: Miles de policías en las calles, esperando la respuesta de lxs activistas. Lo de siempre: balas de goma, palos, escudos, carros lanza-agua, gases lacrimógenos, caballos, esposas… represión. Esto no es nuevo, mucho menos para lxs que conocemos la calle en esas circunstancias; quien haya estado presente en la marcha en contra del APEC del 2004 en $antiago de $hile sabe de lo que estamos hablando. No hay mucho que decir al respecto. Lxs matonxs a sueldo hacen lo único que saben hacer, que es aquello para lo que están programados, y en la escena de turno, es reprimir, golpear, encerrar, acallar, asustar. Verdaderxs robots, cada día más maquinizados, programados eso sí por otros medios. Respecto de eso, nos llama mucho la atención un comentario de algún/a cómodx conformista que balbucea en internet escondidx tras el computador, sin tener idea de la realidad, sobre el Bloque Negro: “…no saben por qué están ahí, destruyen sin un por qué, la mayoría son vagos que no trabajan y viven del gobierno…” – Esa es, paradójicamente, una excelente descripción de la puta policía de turno. No tienen idea de por qué están donde están, destruyen vidas, integridades físicas, sin un por qué (por lo menos un por qué propio), y como bien dice el/la tipx del comentario, la mayoría son vagxs que viven del gobierno. Muy irónico. Resultado: 600 detenidxs (según los medios masivos) en condiciones deplorables, no sólo en las marchas, sino en muchos otros sitios.

Segundo escenario: Miles de personas en las calles, esperando la respuesta de lxs gobernantes. Lo de siempre: omisión. Comodidad de salón, ignorando lo que sucede afuera, o más bien, haciendo la vista gorda, asumiendo la respuesta natural de un porcentaje de gente mayor o menormente informada sobre el asunto, pero por sobre todo, dejando el trabajo sucio para lxs que les gusta. No se fueron sin sorpresas, de todos modos, más de algunx tuvo que desviarse de su recorrido original, otrxs por otro lado no pudieron completar su podrida agenda en la zona, unxs cuantxs estuvieron encerrados en sus hoteles por un par de horas… al menos se llevaron la molestia. Y afuera, la gente, los más, demostrando su oposición al encuentro, y creyendo, ilusoriamente, que la presencia física en la marcha es suficiente para hacer “entender” a lxs mandatarixs que no van por el camino correcto. Asumimos de todos modos que es mucho mejor ver a una persona “común y corriente” en una marcha contra la globalización que en una tienda de mall, mas dejamos claro que siempre se puede hacer algo más, y que si lxs poderosxs tuvieran entre sus planes cambiar el rumbo de la sociedad, no estarían donde están. Buenas intenciones, tal vez, pero poca decisión, poca estrategia, poca confrontación. Hay que entender de una vez por todas que al capital no se le reforma, no se le presiona… se le destruye. Resultado: heridxs, arrestadxs, y ni pizca de cambio en los planes internacionales de control social.

Tercer escenario: Violencia anticapitalista. El Bloque Negro, organización informal utilizada para dar consistencia y unidad a la amplia gama de opositorxs radicales del estado de las cosas, decididxs a no dar pie atrás y destruir en la medida de lo posible todo lo que no nos deja ser nosotrxs mismxs. Armas para combatir a la sociedad carcelaria hay miles; la realidad no nos permite escatimar en esfuerzos para la transformación radical del mundo. Y sumado a la palabra y la verdad, que son fácilmente acalladas por lxs esbirrxs del dinero si no presentan defensa alguna, está la ofensiva destructiva contra los símbolos del sistema. Si bien hablamos de violencia en puro estado, esta, recordemos, es una respuesta a los miles de años de violencia a la que nos han sometido. Ni todas las barricadas del mundo superan la violencia que representa un/a niñx muriendo de hambre cada tantos segundos, ni todos las galerías comerciales destruidas en el mundo igualan la violencia institucionalizada de la escuela, el trabajo asalariado, los pueblos empobrecidos, los animales no humanxs muertos cada día, lxs millones de presxs en todo el mundo. En este escenario, defendimos y alentamos a la violencia antiautoritaria, como un arma más a utilizar en esta larga lucha, y que puesto que no es más que la defensa de lxs oprimidxs a la que asesinan día a día con la violencia de la democracia, no es tan violenta puesto que es autodefensa. Resultado: convoys presidenciales desviados, presión en el perímetro de seguridad, tiendas comerciales parcialmente dañadas, automóviles policiales en llamas.

Moraleja:

1 – Lxs policías no piensan, y como perrxs defensorxs del poder, están dispuestxs a hacer lo que sea con tal de cumplir sus asquerosas órdenes. Enemigxs hasta que desaparezcan, sin tregua ni consideraciones “humanitarias”.
2 – El pacifismo activo como único metodo de acción, a estas alturas de evolución del sistema estatal-carcelario-capitalista, no conduce a nada, puesto que lxs representantes vivxs del poder preferirían eliminar absolutamente a toda oposición, aunque sea la vasta mayoría del planeta, y quedarse sin nadie antes que desmantelar ellxs mismxs su poder. El reformismo, por su parte, es absolutamente inútil, pues cada vez que se “conquista” una pequeña reforma, el sistema se reacondiciona para, en la brevedad, volver a avanzar en su cometido. O si no pregúntenle a los mártires de Chicago que murieron por las 8 horas diarias de trabajo, que se revuelcan en su tumba cada vez que escuchan la frase “flexibilidad laboral”.
3 – La violencia física y la no-violencia activa son dos caminos igual de válidos, que deben complementarse para lograr su cometido, pues la comunicación, la educación, la propaganda son igual de necesarios en el camino a la destrucción del sistema como toda clase de atentado directo contra las representaciones físicas del sistema, sean vivas biológicamente o no. Es decir, a arrasar con la sociedad cárcel con lápiz y puñal, con palabra y con bomba.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=bApf9mNU7LA[/youtube]

Relacionado:

? Enfrentamientos y represión en la cumbre del G20 en Toronto, Canadá.

barrapunto  Tuenti  twitter  facebook  Meneame  google