El año recién pasado nos deja un amargo sentimiento al recordar los lamentables acontecimientos ocurridos durante ese período, la muerte del compañero Mauricio Morales, el asesinato por la espalda del comunero mapuche Jaime Mendoza Collio, la fuga del compañero Diego Ríos, el encarcelamiento de Cristian Cancino, Pablo Carvajal y Matías Castro. Pero no podemos quedarnos sólo en lamentos, se nos hace más que necesario cuestionar nuestra actitud frente a los hechos y sacar reflexiones y aprendizaje de lo ya mencionado.
En este texto quisiera focalizarme en el tema de la familia, las consecuencias y relaciones que se pueden generar desde una visión anti-autoritaria con ésta.
Cuando entendemos la guerra social como una totalidad en nuestra vida, y no la reducimos sólo a un momento específico, claramente entramos en una conflictividad permanente con lo existente. Desde mi experiencia y la de otros/as compañeros/as cercanos/as, con la familia es donde se generan los primeros roces. Yo lo veo como algo inevitable, creo que hay que ser claros/as en lo que pensamos, pero ojo, no nos confundamos, una cosa es ser sinceros/as y otra muy distinta es hablar más de la cuenta y auto delatarnos, confiando en que nuestra familia no nos delatará. Es factible que ésta no nos entregue si es que nos pillan en “algo”, pero recordemos que nosotros/as podemos tener alguna noción de seguridad al momento de emprender alguna acción en contra de este sistema, pero nuestra familia NO! Pongamos un ejemplo: Si en algún momento alguien de nuestra familia nos sorprende en algo “ilícito” (esperamos que nunca sea así) no los delata a la pacos, que es algo bueno en cierta parte, como también está la riesgo que tomen la postura de complicidad con la autoridad y no tengan ni un problema en delatarnos, pero, ¿el hecho de no delatar a la policía es algo que nos debe dejar tranquilos? Claramente que no, ya que pueden comentarlo con cierta gente cercana o peor, no cercana y es muy probable que lo comenten por teléfono o Internet con alguna persona - en momentos donde el enemigo hace todo lo posible por parar la acción insurreccional, sabemos que nuestros teléfonos, mail y el de nuestras familias pueden ser intervenidos- y no cabe duda que si nuestro enemigo logra tener alguna información sobre nuestras actividades, sin importar que estén dentro o fuera de su justicia, les puede servir para utilizarla como pruebas para encarcelarnos, ya sea cortando y pegando palabras, creando frases que les sirvan para su propósito o en el peor de los casos escuchando algo que nunca se debió saber.
Experiencias a través de la historia hay muchas: Ted Kaczynski en EE.UU es delatado por su hermano, el que recibió una recompensa y no dudó en tomar el rol de policía, sin importarle que era su propio hermano a quien encarceló; en Grecia se ofrece recompensa por dar nombres de compañeros/as que emprendan acciones directas en contra el poder, en Italia compañeros/as han sido secuestrados/as por el estado siendo acusados/as con pruebas de escuchas de micrófonos ambientales (colocadas en autos, casas) que fueron modificadas para su conveniencia, acá en Chile el compañero Axel Osorio está secuestrado por el capital tras varias escuchas telefónicas que fueron interceptadas por la policía y que lo inculpan de ser colaborador de la expropiación del Banco Security, más la delación de Carlos Sepúlveda y obviamente no podemos olvidar a la madre de Diego Ríos, quien da aviso a la policía tras encontrar en su departamento un bolso con material para la fabricación de explosivos.
Con lo ya mencionado creo que no hay que caer en la desesperación y no contarle nada a nuestras familias, ya que eso puede resultar más sospechoso para ellos, pero se hace necesario ser tajantes y claros. Nuestra familia la gran mayoría de las veces, no son nuestros compañeros/as y por ende no podemos confiar totalmente en ellas, no generalizando a todas las familias como posibles enemigas nuestras, viendo en cada una ellas potenciales delatores del poder.
Cambiando de tema, pero dentro del mismo contexto, la mayoría de las veces, la familia al momento del encarcelamiento de un compañero/a es uno de los apoyos más fuertes, incluso más que mucha gente, que se hacían llamar “compañeros/as” del preso/a, y cuando se encuentra encarcelado/a, no lo visitan y no asisten a actividades en su apoyo o a lugares que él/ella frecuentaba, excusándose en el banal argumento de no querer “quemarse”. La comunicación con la familia del preso/a es un punto a recalcar, sin negar la comunicación con familias de otros/as prisioneros/as que no precisamente se posicionan en guerra, un ejemplo de esto es el meeting realizado el martes 29 de diciembre fuera del COF en San Joaquín, donde se informó y repartió propaganda a familiares de las presas de ese penal. Siempre van a ver compañeros/as que tienen mas cercanía con un preso/a y con su familia, eso nos permite que se haga más rápida y efectiva la coordinación en algunos aspectos: encomiendas, visitas, día y hora de audiencias o en algunas actividades en beneficio para pagar su defensa y apoyo material para el/la compa.
Claramente los/as compañeros/as y las familias de los/as presos/as queremos verlos/as lo antes posible en la kalle junto a nosotros/as, pero tenemos que tener presente que la familia (no todas, espero) tienen una posición respecto a la justicia y su aparataje totalmente distinta a la nuestra, y a la de algunos presos/as, que nos asumimos en guerra con el estado y no creemos el discurso de culpables e inocentes. Creo que se hace importantísimo avizorar las consecuencias que puede traer el no tener una postura clara con la familia al momento de posicionamos como guerreros/as (no sólo al momento de estar encarcelados/as).
Pero, ¿qué hacer cuando las discrepancias entre los/as compañeros/as del preso/as y su familia son irreparables?, ¿qué hacer cuando la familia se cree dueña del/la preso/as y trata a como de lugar apagar el grito de guerra asumido por el/la compa en el encierro, disfrazando la posición del/la compa con el asqueroso discurso del chico/a bueno/a y civilizado/a, hostigando a los/as compañeros/as que van a darle apoyo moral a las audiencias (algo que desde mi perspectiva es un apoyo anímico fundamental en el momento de enfrentarse a la justicia y su circo), haciéndolos callar en todo momento, gritándoles y echándolos/as diciéndoles que nunca mas podrán entrar a las audiencias, cayendo en el mismo rol del gendarme que secuestra a su familiar y lo humilla diariamente? Creo que este tema es muy delicado. Por un lado, la familia, como los/as compañeros/as nos desesperamos al momento de ver cómo a uno de los/as nuestros/as se lo llevan los malditos gendarmes, lo visceral y la desesperación del momento nos sobrepasan en esos minutos de tristeza y amargura. Creo que hechos así traen amargura y pesar en los/as compañeros/as encarcelados/as y a todos/as los/as que afuera luchamos por su libertad, pero no podemos acallar nuestros sentimientos y hay cosas que no podemos aceptar, vengan de la familias, de su pololas/os o de su abogados (que a muchos de estos payasos, les da lo mismo perjudicar a otros/as compañeros/as con la intención de salvar a su cliente). Aprendiendo de las experiencias creo que a veces se hace necesario aguantarse la rabia (aunque cueste demasiado) y esperar el momento mas adecuado para decir nuestras posturas y descontento, nunca disfrazando el contenido para que suene bonito. Nuestros enemigos ven felices cómo nos peleamos entre quienes de una forma u otra (que claramente son totalmente distintas) vamos a apoyar al/a preso/a, los gendarmes ven como afuera todo esta dividido y eso les puede dar la pauta para hacer lo que quieran con el/la compa encarcelado/a. Creo que a veces hay que ser estratégico/a, porque, ¿En que cambia el contenido de nuestro descontento y rabia si es que se lo decimos en ese momento de euforia con rabia y descontrol, o si lo hacemos llegar a la familia cuando los ánimos estén más tranquilos?
Para finalizar, creo que lo más importante es hacerles saber la situación a los/as compañeros/as encarcelados/as, de manera fraterna, pero nunca bajándole el perfil de todos los acontecimientos ocurridos fuera de la cana, que a veces son consecuencias de no dejar claro el posicionamiento respecto a temas que para nosotros/as sus compañeros/as son importantes, y son necesarios tenerlos claros al momento de solidarizar, ya sea en las calles como en las audiencias y otras instancias, con el claro objetivo de que no se preste para conflictos que claramente pueden ser evitados.
FUERZA COMPAÑEROS!! QUE LA GUERRA SOCIAL CONTINUA, A SOLIDARIZAR CON NUESTROS/AS COMPAÑEROS/AS SECUESTRADOS/AS POR EL PODER Y CON LOS QUE SE ENCUENTRAN CLANDESTINOS LEJOS DE LAS JAULAS DEL PODER, QUE LA SOLIDARIDAD SEA ACCIÓN Y NO UNA IDEOLOGIA DEL CAPITAL.
FUEGO AL ESTADO Y SUS CARCELES!!
Johnny, Claudia, Alex, Diego, Zoe, Alexandros, Solé, Baleno, Mauri, Axel, Gabriel, Tamara, Jean, Cristian, Matías y Pablo PRESENTES en cada acto que apunte a la destrucción de la autoridad!!