Control social y represión en $hile


El “modelo chileno” presentado como reivindicación de progreso y orden democrático a los demás países de América Latina, no es sino el ejemplo más acabado de la profundización del sistema capitalista, acentuándose la concentración de poder y riqueza en manos de una minoría privilegiada que sumerge a la mayoría en una vida de miseria. Es a su vez la sociedad donde el conflicto entre opresores y oprimidxs se hace clara y contundente: de un lado represión y control extremo, del otro acción directa de quienes luchan por sobrevivir y destruir la sociedad existente.

La militarización de las ciudades, los latifundios protegidos por fuerzas de carabineros, la creciente inversión en tecnologías de control, el endurecimiento del sistema penal, la incorporación de nuevos y más guardianes del orden (policías, gendarmes, prefectos, etc), el funcionamiento de la doble competencia jurídica de tribunales militares y civiles, la represión con muertos, heridos y detenidos en manifestaciones y el encarcelamiento y la superpoblación de cárceles con miles de pobres, son algunas herramientas represivas del Estado chileno.

La criminalización mediática y la persecución policial al movimiento anarquista, así como los allanamientos en sus lugares de resistencia, llevan a compañrxs a luchar en clandestinidad para evitar ser encarceladxs como Pablo Caravajal, Matías Castro y Cristian Cancino. Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel encerrados en la Unidad 11 de Neuquén, son ejemplo de la complicidad y el accionar conjunto del los estados chileno y argentino para perseguir rebeldes, y demuestran lo que podría acentuarse si la combatividad se contagia y traspasa las fronteras.

Desde hace más de 500 años miles de mapuches vienen resistiendo y enfrentando a quienes quieren despojarlxs de las tierras que habitan para seguir imponiendo el capitalismo y destruir la naturaleza. El Estado chileno no ha escatimado en asesinar (el último de ellos, Jaime Collio, en agosto de este año), torturar y secuestrar a lxs integrantes de éstas comunidades siendo más de 100 lxs mapuches encarceladxs y procesadxs bajo la Ley Antiterrorista.

La represión no desaparece con la democracia, sólo que con las elecciones y los medios de des-información crean una imagen de “paz social” y falsa libertad, y así la represión se “democratiza”. De la misma forma los gobiernos ganan elasticidad al ceder ante ciertos reclamos de lxs oprimidxs, absorbiendo y neutralizando las luchas que podrían tornárseles peligrosas para su existencia. Si los movimientos contestatarios avanzan en un sentido revolucionario hacia la transformación radical de la vida, combatiendo las causas reales de la miseria, no dudaran ni un segundo en agudizar la represión en forma drástica, formalizando la dictadura de ser necesario.

Al igual que en Argentina, en Chile el Estado se prepara para la celebración de sus 200 años de masacre y opresión: la Guerra Social está declarada, sólo queda asumirse en ella o consentir la esclavitud.

LA PATRIA NOS DIVIDE, LA REBELIÓN NOS ACERCA.

Anarquistas.

? Jornada de agitación, con información, bandas y expresiones artísticas.

El 15 de noviembre, desde las 16:00hs. en el parque de 13 y 64 – La Plata, Argentina.

Descargar afiche en grande y en pdf, aquí.

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