Reivindicación del bombazo al Hotel Marriott en Santiago, $hile


Al final nota de Liberación Total.

Comunicado:

Había sido advertido. Y antes de nuestro tiempo otros compañeros habían hecho esta misma advertencia. La tranquilidad del mundo que construyen defensores y administradores de este orden de hambre y esclavitud, ha terminado.

A las 13:45 hrs. de ayer 3 de Noviembre, un amplio equipo de compañeros hemos burlado todos los sistemas de vigilancia y control montados sobre el güeto oriente de los explotadores en la ciudad de Santiago, para detonar una poderosa carga explosiva dirigida a estallar en el hall principal del Hotel Marriott, ubicado en Av. Kennedy, comuna de Las Condes, traspasando todos los estrechos márgenes de los medios de desinformación que desde sus páginas han intentado minimizarla de manera ridícula.

Como muestra de una humanidad que los explotadores no conocen, y de la que verdaderamente no son merecedores, hemos dado aviso telefónico a la recepción 15 minutos antes de la explosión, principalmente para que los trabajadores ingobernables (si los hay en este sitio) pudiesen salir a la vereda y regocijarse ante la vista del Hotel Marriott explotando (a los trabajadores cómplices, les dejamos una advertencia en caso de que se les ocurra colaborar con la policía). Si la recepción obedeció órdenes de no perder minutos de trabajo desalojando el edificio y envió a los apatronados guardias a morir por sus migajas salariales, los dueños del edificio son los únicos responsables.

Aclaramos que esta acción no está dirigida a dañar y perjudicar a cualquier persona; estamos conscientes a quienes estamos atacando. Atacamos directamente a las personas responsables del sostenimiento de este orden putrefacto que se nutre con el robo a los trabajadores por medio de las AFPs, con la explotación laboral que utiliza el terrorismo patronal para convertir el trabajo en una demanda social que solo reproduce esta sociedad esclavista, con el encierro de gente en poblaciones construidas a modo de cárceles que a su vez reproducen la violencia capitalista que promueven los explotadores, con la existencia de un sistema de salud mercantil y excluyente que mantiene en la incertidumbre la vida de millones de personas, con la mantención de un sistema educacional que desvió y deformó la lucha asambleista y realizada entre pares llevada adelante por los secundarios. Atacamos a los privilegiados que sostienen a su gusto esta sociedad explotadora a base de sangre, muertes, miseria y terror permanente.

Finalmente, no estamos haciendo mas que atacar a los verdaderos terroristas, los dueños de este mundo, quienes comienzan a sentir las consecuencias de esta guerra social establecida por ellos.

Reiteramos: este es un acto consciente, es un acto cargado de contenido libertario, es un acto de guerra, es un acto de expresión antiautoritaria planificado y ejecutado con toda la creatividad de mentes que intentan ser libres. En este camino hemos optado por la autonomía que nos permite ser impredecibles y elegir nuestros blancos según nuestra percepción y análisis. La acción que acabamos de realizar es un ejemplo de ello, es un ejemplo de la espontaneidad que nos otorga la opción mencionada, que también nos posibilita continuar con nuestro accionar burlando constantemente a los aparatos represivos y de control de este Estado terrorista.

El Estado no posee una existencia mítica ni épica, tampoco es fruto del consenso social, sino que ha nacido como el aparato de poder absoluto en reemplazo del montado por las monarquías de su tiempo. Simple y básica teoría política. De la política cuyo epicentro es la genocida y xenófoba europa clásica, aquella que es exportada bajo diferentes etiquetas a gusto del consumidor necesitado de fórmulas, generalmente encarnadas en las figuras de sus exponentes, quienes se ven y se sienten (consciente o inconscientemente) llamados a iluminar con la “luz” de su “viejo mundo”, esta muerte social violenta y esclavista. En este mundo nacimos. En este mundo que se sostiene en la figura del Estado, la razón de ser de todos los Estados. Bajo estos Estados crecimos. Pero de ellos renegamos. Renegamos y renunciamos a su mandato sobre nosotros. Renunciamos a su nacionalidad impuesta declarándonos Apátridas. La guerra ya está declarada. La existencia de los Estados la declaró.

Comprendemos que la existencia de dominadores al interior de una sociedad, sean burgueses o burócratas, tiene directa relación con la existencia del Estado. Son ellos quienes lo conforman, los que lo reproducen y lo refuerzan, potenciando y extendiendo las relaciones sociales basadas en el autoritarismo y la dominación sobre millones de personas. Son ellos, los que se piensan “iluminados”, los que se ven favorecidos por la existencia del Estado. Como ejemplo concreto podemos mencionar lo que está aconteciendo hoy en el Territorio Mapuche: una brutal represión y hostigamiento por parte del Estado chileno hacia los weichafes con el único propósito de defender los intereses de los mencionados dominadores.

Ataque. Esta es la máxima que elegimos un sinnúmero de organizaciones en esta guerra social. Atacamos los espacios físicos donde desarrollan su cotidianidad los explotadores. Atacamos los centros planificadores de la ocupación económica y militar de los territorios que habitamos. Atacamos la simulada perfección del mundo violento que representan.

A estos seres atacamos con nuestra acción, a los explotadores que mantienen vivo este Estado terrorista, gendarme que resguarda a burgueses y burócratas, que, sin embargo, hoy no los logró proteger.

Hoy bombardeamos este edificio, mañana serán otros.

Los ataques de este tipo continuarán, se incrementarán y se agudizarán… cuidado.

¡VIVA LA LUCHA INSURRECCIONAL DEL PUEBLO MAPUCHE POR SU AUTONOMÍA!

POR LA EXPLOSIÓN DE ESTE MUNDO: ¡ ATAQUES PLANIFICADOS Y DIRECTOS A LOS CENTROS DE LOS DOMINADORES!

¡QUE PROLIFEREN LOS GRUPOS INFORMALES DE ACCIÓN ANTIAUTORITARIA!

Banda Dinamitera Efraín Plaza Olmedo


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Nota por Liberación Total, dada la poca información sobre Efraín aquí dejamos una breve reseña.

Efraín Plaza Olmedo fue carpintero y anarquista, leía escritores como Max Stirner y le gustaba escribir, autor del texto Búsquese Ud. un revólver”. Creía en que la acción individual como forma de combate en la lucha contra el capital y la explotación. También creia que era necesario estar armado en todo momento, es por eso que en 1909 a los 23 años se compró un revolver. Durante el invierno de 1912, Efraín salio al centro de Santiago con la clara intención de matar a algún burgués. Este disparó contra dos representantes de la clase alta, dándoles muerte. Posteriormente trató de darse a la fuga pero fue detenido en momentos que ciudadanos intentaban lincharlo mientras gritaba: “Tengo la satisfacción de haber vengado á los oprimidos”.

Al ser interrogado, declaró que “él estimaba que sólo con medios violentos podía conseguirse remover el actual estado de cosas”. Más adelante agregaría que el revólver lo había comprado “para dar muerte al Presidente Pedro Montt y a algunos jefes militares responsables de la matanza de la Escuela Santa María”. Pedro Montt, quien fue presidente de chile, era directo responsable de la Matanza de Santa María, pero Pedro Montt tiempo después se fue a Europa, por lo que Efraín no pudo darle muerte.

Después de su acción, la prensa y la opinión pública se involucraron en el siempre actual debate sobre la violencia. Algunos ácratas, a través del periódico “La Batalla”, dirían “¡Hermano! Te llaman asesino los idiotas y nosotros te llamamos justiciero”. Mientras que bomberos de la revuelta, esos que siempre buscan desmarcarse hablando de las condiciones, lo catalogaron como extraviado mental y que su accionar representaba un individuo con una extrema sensibilidad por los abusos del poder.

Durante el proceso judicial el Promotor Fiscal, pidiendo condena ante el juez, establece que:

“Encargado reo Plaza Olmedo, mantiene su declaración en que confiesa ser autor del doble crimen (…) que salió de su casa con revólver en el bolsillo resuelto á matar a un burgués. (…) Que después de la matanza de obreros de Iquique, ocurrida hace algún tiempo, aumentó su indignación la catástrofe en el mineral ‘El Teniente’ y por esto decidió atacar á la burguesía para vengar á la clase obrera. Insiste en que el crimen lo cometió con toda premeditación y repite que por sus ideas anarquistas”.

A mediados de mayo de 1913 Efraín recibe una condena de 20 años de cárcel, más accesorias por cada uno de los asesinatos, con la atenuante de irreprochable conducta anterior que impidió la condena a muerte.

Ya entre rejas, Plaza Olmedo seguiría con sus acciones de protesta. Una serie de comunicados enviados a sus compañeros de “La Batalla”, daban cuenta de que el alcaide lo obligaba a asistir a la misa dominical tras esposarlo y ser golpeado por los gendarmes, pese a lo cual no dejaba que el cura dijera una sola palabra, insultándolo, tanto a él como a gendarmes y al juez. De regreso a la celda, siguió repartiendo improperios al sacerdote y al juez por lo cual pretendieron engrillarlo de pies y manos, a lo que resistió, sacando un fierro de su celda, aturdiendo a uno de los carceleros.

Sus constantes desórdenes desembocarían en innumerables conflictos, también buscó propagar su ideal entre los demás reclusos. Las huelgas de hambre y los motines se multiplicaron, así como los reclamos ante las autoridades de la Penitenciaría de Santiago. Por lo que fue castigado con reclusión solitaria y sin derecho a visitas durante 4 años y más tarde fue traslado a la Penitenciaría de Talca, lo que cortaría sus nexos con sus compañeros. Lo que trajo un aumento de apoyo la Efraín por parte de la prensa anarquista e indidualidades.

El movimiento militar de los oficiales jóvenes del ejército, más aún con su viraje hacia la izquierda desde enero de 1925, en su intento por ganar simpatías obreriles, declararía el indulto para Efraín. El primer domingo de marzo de 1925, salía de la Penitenciaría de Talca con 39 años de edad, trece de prisión política, de los cuales 56 meses fueron de aislamiento total. Declarando más tarde en el periódico Acción Directa, que: “¡La cárcel a mí no me atormentó, compañeros! Yo siempre viví al margen del dolor en la prisión”. Desde entonces participará activamente en las movilizaciones de los arrendatarios de Santiago, en pos del abaratamiento de los cánones de arriendo y por la mejora de las condiciones de vida de los sectores populares urbanos.

El 27 de abril de 1925, se encontraría un cuerpo a un costado del camino de Conchalí, junto a un canal y bajo un robusto sauce. Era Efraín Plaza Olmedo. La prensa ácrata declarará “¿Suicidio o asesinato? No nos interesa. De todos modos señalamos al capitalismo, señalamos al Estado, como los grandes responsables de la muerte de este hombre que con su palabra henchida de bondad y de amor y con su acción revolucionaria hizo vacilar sus bastardos intereses”.

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