por caos cotidiano
Se ha cumplido hace un par de dias la sexta semana desde la lamentable muerte en un acto de combate del guerrero Mauri, y la verdad es que desde ese día a muchos se nos ha extendido el tiempo en un eterno momento de angustia y dolor, es verdad, aún habemos muchos a los cuales nos ataca de frente y fuertemente la necesidad física tanto de sus sonrisas como de sus pesadeses ya que todo eso era uno solo en él, pero mientras algunxs aún vivimos nuestro dolor e intentamos hacer fluir nuestros sentimientos, hay gente a la cual su vida de mierda no le ha cambiado en lo absoluto, ya que vuelven a sus rutinas como si nada de esto hubiera pasado alguna vez.
He aquí el problema principal, ya que como hermanxs y compañerxs del Mauri no podemos permitir que su existencia se apague, se extinga, muy por el contrario, corresponde que su existencia se propague como la peste negra, porque él no solo era el cuerpo que en este momento no esta con nosotrxs, él encarnaba una idea insurreccional que trascendía a cualquier situación o contexto, él siempre se planteó como un guerrero y veló por la propagación de los ataques concretos y directos contra esta y cualquier sociedad que intentara aflorar: ya sea la proliferación de las okupaciones, la difusión de material antiautoritario, como también la solidaridad entendida bajo todas sus formas, tanto en el apoyo a lxs presxs, como tambien llevando a la práctica en el cotidiano la destrucción de toda relación de poder entre individuos.
El tiempo apremia y es innegable, ya que mientras tú estás leyendo esto un compañero, Diego Ríos González, se encuentra llevando a cabo una fuga a los ojos de este mundo, desde las sombras evade a todos los aparatos represivos que esperan sedientos y ansiosos su captura para mostrar una imagen de eficiencia que gracias a la habilidad de todxs lxs compañerxs que han vencido la linea del miedo para arrojarse con todo en contra de nuestrxs enemigxs, no ha existido nunca. A tí Diego, toda la fuerza, toda la energía, todo el aguante y el cariño. Ojalá tus alas se extiendan hasta el infinito para que tu fuga sea eterna y exitosa.
Aprovecho para saludar desde aquí a todxs lxs compañerxs de estos guerreros, ¡fuerza!, ya que se avecinan tiempos difíciles y duros (tanto o más de como han sido hasta este momento), y debemos mantener nuestras mentes claras y frías, tanto por nuestrxs hermanxs que ya no están, como por nuestro orgullo que es lo que nos hace seguir vivos, y tambien por nosotrxs mismxs que aquí estaremos hasta las últimas y que prometemos nunca abandonarlos en sus espacios.
Hermano Mauri, Compañero Diego, siempre presentes en todo acto insurrecto.
Por la proliferación de todos los modos de ataque contra lo existente.
¡Guerra a muerte contra esta y cualquier sociedad futura!.
“El guerrero jamás olvida a sus amigos, porque la sangre de ellos se mezcló con la suya en el campo de batalla.”