MAURICIO MORALES,
Un Saludo de Libertad
Santiago, 23 de mayo 2009.
“La noche ya ha avanzado. No hace tanto frío para toda la ropa que oscurece nuestra imagen, pero eso no importa, el viento refresca nuestro rápido avance. Estamos a tiempo. Todo hasta el momento va bien. Estamos solos, solos como nunca y como siempre. Por las calles sombrías y maltrechas rodeamos la fábrica de carceleros. Nos acercamos. La próxima parada está cerca. En mi mente repaso el plan acordado.
(Estar aquí no es fácil. En este momento es vana cualquier discusión sobre el sentido de traspasar el discurso inerte e inmovilizador de algunos que se dicen nuestros compañeros. Estar aquí no es fácil. Es la consecuencia de no aceptar este mundo esclavista, el resultado de largas conversaciones clandestinas y tomarse el tiempo de planificar… No es fácil como creen algunos.)
Voy feliz y agitado. En nuestras espaldas viaja el sueño iracundo hecho realidad: interrumpir el agresivo bienestar de los lacayos del orden del estado empresarial; que escuchen la voz de hombres y mujeres que se resisten a ser esclavos, que no quieren acuerdos que legitimen este orden asesino, que sepan de una idea de libertad que no muere.
Llegamos a nuestra parada. Nos detenemos. El aire está en silencio. Un momento más, un instante. Un muro, el piso, mis manos, la bicicleta, mi compañero, la calle pétrea, la ciudad contaminada, el orden carcelario, la noche, el silencio…
Todo estalla.”
No hay discusión posible, todo es acuerdo. La experiencia de la eterna discusión teórica con el estado y sus esbirros dejó de tener cuerda hace mucho tiempo para aquellos que llevan la libertad en la sangre y no bajo el brazo. Gracias a ellos se han escrito las más incandescentes historias: las de la lucha por la libertad y de la creación de mundos sin explotación. Todo lo demás ha sido ruina.
Hoy, el estado, la policía, la gerencia económica e intelectual de este país hacen gala de su ineptitud atacando casas, alzando burdas declaraciones, repitiendo las imágenes de la descarada persecución política, democrática o dictatorial, da lo mismo.
En estos días dejan caer todo su temor prepotente sobre el cuerpo inerte del compañero, sobre su vida insurrecta y la de sus compañeros: la cacería se ha develado una vez más, el momento pide por tanto absoluta cohesión y convicción, silencio y voz!
Es nuevamente la hora del compromiso tantas veces vociferado, es momento de dejar actuar a nuestras convicciones y que todo apoyo sea una exigencia y claridad!
Saludamos a Mauricio, a su trabajo y coherencia de rebeldía que pocos transitan y muchos critican. Saludamos a todos sus cercanos, a los que entienden su entrega y la valoran. A los demás, nada!
Fuerzas Autónomas y Destructivas León Czolgosz.
Columnas Armadas y Desalmadas Jean Marc Rouillan.
Banda Antipatriota Severino Di Giovanni.