por la hanie
En el día de hoy (por ayer martes 2/11) se efectivizó la orden de extradición ordenada por el Juez Lijo, avalada por la Corte Suprema de Justicia (?) y allanada por la decisión del Poder Ejecutivo de negar el asilo político a los compañeros paraguayos que en el 2006, huyendo de la persecución judicial, alentada e impulsada por las Embajadas de EE.UU. y Colombia que buscan respaldo a sus tesis militaristas contra la insurgencia colombiana, se refugiaron en argentina por consejo del embajador argentino Romá.
La decisión, lo hemos advertido antes, rompe una larga tradición americana y nacional de respetar la figura del refugio político que fue utilizada desde Sarmiento y Alberdi hasta el actual funcionario kirchnerista Duhalde. Una vez más se ha instalado el discurso dictatorial de “por algo será”, que justificó el genocidio de Videla y Cía.
Sorprende el silencio cómplice se quienes de rasgan las vestiduras por las amenazas derechistas, que claramente impulsó esta medida, pero convalidan con el silencio esta restricción severa de la democracia formal en la Argentina.
En el día de hoy, el diario ABC del Paraguay informa que el Obispo de Misiones y Ñeembucú, Mario Melanio Medina, dijo que el necesario cambio en el Poder Judicial es el grito principal de las comunidades campesinas e indígenas. “Si la corrupción y la impunidad siguen campeando en nuestro país, continuarán la injusticia, la desigualdad, la miseria”, advirtió el Obispo a contrapelo de la “opinión” del Gobierno argentino y la Corte Suprema que dan por concluido el proceso de transición a la democracia y garantizados los derechos de los detenidos.
Desde ya, hacemos responsable de la vida y seguridad de los compañeros a quienes alegremente firmaron la sentencia de extradición y convocamos a las fuerzas democráticas a movilizarse en solidaridad con los compañeros paraguayos, exigiendo su libertad y el cese de la represión contra el movimiento campesino y popular de Paraguay.