Conflictos de Baja intensidad y el “Conflicto Mapuche”


En la actualidad existen diversos elementos que nos permiten afirmar que la política de contención del estado Chileno, en el manejo del denominado conflicto mapuche, dice relación con la aplicación de la doctrina del Conflicto de Baja Intensidad, (CBI)1 , entendiendo que esta doctrina no necesariamente esta enmarcada en un conflicto armado abierto, sino que también sus principios son aplicados, para contener o anular un conflicto que vislumbran como un peligro para la seguridad del Estado.

En efecto, “tal es la preocupación del Estado chileno por el tema mapuche…que las labores permanentes de inteligencia política en el área, superan cualquier mediática explicación desde el gobierno, de que este es un mero asunto de orden publico ocultándose los verdaderos motivos que mueven este monitoreo; a saber la cuestión mapuche como un futuro peligro a la seguridad nacional” 2.

Lo anterior solo confirma lo que ya sabíamos, los primeros antecedentes de la preocupación del ejército por el denominado “Conflicto Mapuche” provienen del año 1999, en tal ocasión expresaban que “las misiones encomendadas por la Carta Fundamental a las Fuerzas Armadas las obliga a mantener una constante preocupación en aquellos temas que eventualmente pudieran constituir un foco de desestabilidad interna” 3.

Efectivamente los mapuche y los indígenas en general, en el actual escenario internacional donde los principales conflictos están estrechamente vinculados a separatismos y conflictos étnicos, constituyen el enemigo interno y fuente de preocupación permanente de las Inteligencias.

Pero concretamente una definición del CBI plantea que “puede considerarse una variante militar de intervención política basada en la propaganda y la guerra psicológica. Es más aún, la guerra y la propaganda son aquí una y la misma cosa. Pues la guerra psicológica constituye actualmente el factor político-militar decisivo para la victoria en la estrategia de guerra de baja intensidad. En ella se integran numerosas actividades de tipo militar, político, ideológico, cultural e informativo”4.

Por lo tanto, estamos en frente de un accionar que incluye labores militares, las que no necesariamente son abiertas, sino mas bien encubiertas, como podríamos catalogar a los campamentos de carabineros en el Huairao, Tranaquepe y el Alto las Huellas en Arauco, con alrededor de 500 efectivos en medio de comunidades en lucha, los que constituyen una verdadera cabeza de playa, para las fuerzas contrainsurgentes chilenas que operan en Wallmapu. Dicho campamento esta constituido por las denominadas “Fuerzas de Tarea”, sección especial de carabineros formada a partir del conflicto mapuche en el año 2000 aproximadamente, a quienes podríamos catalogarlas como fuerzas especiales rurales, quienes tienen un entrenamiento especial, tanto en acondicionamiento físico, como en el vestuario, armamento y en la forma de operar, recorriendo caminos y tratando de manejar el terreno de la misma forma que los Mapuche.

Si consideramos lo expuesto por los hermanos de la CAM, quienes en un comunicado fechado en julio de 2008 plantean haber sido “repelidos con armamento de guerra, tales como, fusiles, granadas y bengalas” 5, evidentemente no estamos en presencia de simples y comunes carabineros.

Las acaloradas declaraciones entregadas por funcionarios de Estado, solo ratifican lo expuesto, por un lado dejaron entrever la abierta intromisión de las fuerzas armadas, según el propio fiscal especial Francisco Ljutebic, al afirmar que “hay satélites a nivel internacional, que se usan por lo convenios que existen”6. Junto a la tecnología militar, están las declaraciones que hacen mención a la aplicación de estrategias antiguerrillas, copamiento de espacio, un fuerte trabajo de inteligencia y el aumento de la dotación policial.

Otro de los aspectos relacionados con los CBI dice relación con el manejo de la opinión pública, ya que esta seria la clave, buscando el “equilibrio en la opinión publica interna, así como la retención de la legitimidad”7.

“Han vuelto otra vez los indios a comenzar sus depredaciones en los pueblos de la frontera… la inquietud y la alarma se han extendido en las poblaciones del sur…. Ya es llegado el momento de emprender seriamente la campaña contra esa raza soberbia y sanguinaria, cuya sola presencia en esas campañas es una amenaza palpitante, una angustia para las riquezas de las ricas provincias del sur…”8.

Es por todos sabido que el mercurio miente, sin embargo este aparato de propaganda de la oligarquía chilena ha estado históricamente tras las cruentas campañas en contra de la Nación Mapuche, así lo podemos observar con la cita expuesta. El mercurio fue el principal impulsor de una propaganda racista que permitió justificar y legitimar una guerra de ocupación y exterminio en contra de la Nación Mapuche y su territorio en el siglo XIX.

Con lo anterior no decimos nada nuevo, sin embargo la prensa en nuestros días esta jugando un papel fundamental en la legitimación de las políticas represivas que se están implementando y agudizando en Wallmapu. En este sentido, el mercurio marca la pauta de los caminos a seguir por la concertación, si bien aparentemente y frente a la opinión pública, pretenden desmarcarse de la derecha, en la práctica vienen desarrollando desde la instalación de la transición un estado policial, y cuando hay que reprimir a quienes afectan sus intereses de estado, ósea los intereses de los poderosos, son uno.

Públicamente el discurso que se ha impuesto de parte del gobierno, a diferencia de otras ocasiones donde se atribuía inmediata participación Mapuche, ha cambiado ya que era incorrecto políticamente y permitía una suerte de defensa de cuerpo de parte de los Mapuche en general. Además tampoco se hace correcto el uso del concepto de “terrorista” ya que implicaría asumir un conflicto y asumir que hay motivaciones políticas e ideológicas en el accionar operativo Mapuche. Por lo tanto, las declaraciones se desmarcan de todo atisbo de conflicto calificando a los responsables como “delincuentes comunes” y manteniendo un discurso paternalista hacia el Mapuche, evitando estigmatizar y mantener así a la opinión publica Mapuche y no Mapuche desinformada y evitando a toda costa politizar el conflicto y ver el tema de fondo.

Pero por otro lado, la propaganda esta creando una figura del “delincuente”, pero que tendría, según ellos, “campos de entrenamientos”, participación de “personas con acento extranjero”, quienes conducirían supuestamente las acciones y vinculaciones con “ex” de todo tipo, esto de paso permite que ciertos grupos que siempre han querido aparecer, suenen como los conductores o los creadores de un accionar, que es el resultado de un proceso de acumulación y construcción propiamente Mapuche. Además, con esto se configura en el imaginario un enemigo tremendo al cual hay que combatir con todos los medios de que se dispone, pero además se busca deslegitimar y desacreditar y con esto aislar a este sector del mundo Mapuche, que en la ultima década ha sido protagonista de este nuevo ciclo de movilizaciones y que ha impuesto un discurso y una praxis nueva y que es parte de un proceso de construcción mayor.

En síntesis, la aplicación de medidas policiaco militares de orden represivo y el trabajo de inteligencia para el manejo de la información periodística, la tergiversación y contra propaganda para legitimar un accionar y crear en la imagen publica una visión distinta del tema9 , en la idea de “aislar y deslegitimar al enemigo ante su base natural” 10 A esto se suma las políticas sociales que seguramente llegaran, como significo el programa orígenes en su minuto, con lo que buscaran “ganar mentes y corazones”, y en palabras de Mao, quitar el agua al pez.

Sin embargo, el origen del conflicto que se refiere a una guerra de ocupación en contra de la Nación Mapuche, un estado colonialista sujeto a un modelo capitalista que pretende profundizar su presencia en Wallmapu, con mineras, hidroeléctricas y forestales, no ha variado y ni se vislumbra que cambie, ante eso seguirá existiendo y crecerá aun mas el mar por donde navegue el barco de la Liberación Nacional Mapuche.

DESDE WALLMAPU
CAM
COORDINADORA ARAUCO MALLECO

Notas:
1- El concepto de CBI nace en el pentágono en 1985, en donde se fijan conceptos, estrategias y pautas para aplicación de esta doctrina, que inicialmente estuvo abocada a la lucha anti insurgente de esa época, pero que en la actualidad sirve en la contención de los diversos “enemigos internos” de los países que siguen la doctrina de Seguridad Nacional, impulsada también desde los EEUU.
2- Javier Alfonso Saez Paiva. Conflicto mapuche, ¿una amenaza emergente binacional? Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa. 2005.
3- Capitán Paula Videla del Real. El conflicto mapuche y su impacto en la seguridad nacional, Centro de estudios e investigaciones militares (CESIM). 1999.
4- Iñaki Gil de San Vicente. Guerra de baja intensidad e industria de la manipulación. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63182#sdfootnote98sym
5- Comunicado CAM: Fuera forestales y carabineros del territorio mapuche, 14 de julio de 2008. En www.kilapan.entodaspartes.net/spip.php?article91
6- Diario La Segunda 30 de Agosto de 2008.
7- Teniente Coronel James D. Campbell, Teniente Guardia Nacional del Ejercito de los EEUU. Argelia Francesa e Irlanda del Norte Británica: La legitimidad y el Imperio de la Ley en el conflicto de Baja intensidad.
8- El mercurio, 1 de noviembre de 1860. La similitud con actuales titulares o artículos, evidentemente, no es coincidencia.
9- No hay que olvidar que en la encuesta del CERC del año 1999, sobre el tema mapuche un 65% a nivel nacional se manifiesta de acuerdo con la creación de Territorios Indígenas Autónomos. Igualmente una Encuesta realizada por el Centro de Estudios Públicos, realizada el año 2006, arrojo que un 52% se siente representado por la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). http://www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_3853.html
10- Raul Sohr. Las guerras que nos esperan. Ediciones B chile. 2001.

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