El pasado 21 de Diciembre a las 6 de la mañana mientras celebraba su cumpleaños con diversos amigos nuestro amigo y hermano Eduardo Vilella (Jelilla) perdía la vida en el asfalto de la Avenida de la Albufera al ser atropellado por un conductor borracho que conducía a gran velocidad y que se dio a la fuga.
Pero este no es un accidente en carretera como otros muchos que suceden de forma diaria en las calles de Madrid. Jelilla no cruzaba sin más, en ese preciso instante se encontraba defendiendo a un amigo de la agresión de un portero de la discoteca Escalibur de una calle colindante, que les perseguía cuchillo en mano. Además este personaje es ya conocido por algunos de nosotros por agresiones anteriores y es un militar de ideología nazi que en diversas ocasiones ya ha mostrado su racismo y xenofobia hacia diversas personas.
El asesino de Jelilla se encuentra en libertad provisional a pesar de haber cometido un claro homicidio, omisión del deber de socorro, conducción temeraria y negarse a pasar el control de alcoholemia.
Jelilla era un chaval que con 19 años sabía bien lo dura que se presenta a veces la vida. Amaba la libertad por encima de todo, puesto que pasó por el trago de perderla. Todavía recordamos esos casi dos años de encierro en su más temprana juventud, entrando en el reformatorio por delitos menores a la tierna edad de 14 años. Y todo el padecimiento suyo y de su familia; así como recordamos y recordaremos siempre ese espíritu rebelde y combativo que le llevo a no agachar nunca la cabeza. Su sentido de la justicia y la lealtad le definía mas que nada, no olvidando a ninguno de los amigos presos ni caídos ni siquiera en momentos especialmente duros para él. Cualquiera que le haya podido conocer un poco a fondo sabe que todo esto son verdades como puños.
No podemos aguantar las agresiones de porteros a los chavales del barrio sin más, y menos si son fascistas. No queremos en nuestros barrios a quienes traen a esa gentuza. Eduardo no fue el primero ni será el último si no hacemos algo al respecto ahora. Saquemos a la escoria fascista de nuestros barrios, numerosos han sido los casos de agresiones fascistas recientes como la de Carlos, chaval del barrio también, o el intento de coche-bomba a otro compañero aquí también en Vallekas recientemente.
Esto es un grito de rabia y odio contra estas injusticias y no pararemos hasta acabar con esta escoria en nuestros barrios. Organízate y lucha.
Jelilla viviste y moriste peleando, tus amigos y familiares te recordamos.
Fuente: Klinamen