“Mi defensa legal será meramente técnica y limitada a negar esos fantasiosos castillos imaginarios fruto del arduo trabajo de quien contribuyó a escribir las 227 páginas de la orden de prisión preventiva, haciendo alarde de poca destreza con las transcripciones de escuchas ambientales, incluso divertidas. ¿Me quieren condenar por anarquista? ¡Que lo hagan, pues! ¿Sus señorías perciben mi existencia como un obstáculo en el camino de su Estado democrático de derecho? ¡Para mí, no será más que un honor!”