“El viernes 1 de febrero de 2013, junto a un grupo de compas, procedimos a realizar un atraco doble al Banco Agrotiki y la Oficina de Correos de Velvendo, Kozani. En nuestra opinión, es importante analizar hasta un punto la parte operativa del atraco. Esto, principalmente, para subrayar todos los aspectos del ataque, las elecciones que tomamos, los errores que cometimos y las razones que nos condujeron a ellos…”
12 de febrero de 2013
Corremos a nuestra huida mientras, a nuestro alrededor, se desata una verdadera cacería humana. Detrás de nosotros, una vida predeterminada, rayada por las manos de los dominadoros, con el fin de internalizar la sumisión como una condición objetiva, para legitimar sistemas morales de leyes y reglas, para igualar al individuo a una lógica estadistica de números. Delante de nosotros, el mundo de nuestras “utópicas” fantasías, que se conquista solo con violencia. Una vida, una posibilidad y elecciones decisivas.
Contempla el vacío intermedio de las nubes y salta, porque la caída nunca ha sido una elección más segura.
El viernes, 1 de febrero de 2013, junto a un grupo de compas, procedimos a realizar un atraco doble al Banco Agrotiki y la Oficina de Correos de Velvendo, Kozani. En nuestra opinión, es importante analizar hasta un punto la parte operativa del atraco. Esto, principalmente, para subrayar todos los aspectos del ataque, las elecciones que tomamos, los errores que cometimos y las razones que nos condujeron a ellos:
Así, la mañana del viernes, atacamos los dos objetivos divididos en dos grupos. Desde el inicio, nuestro plan era tomar el dinero de ambas cajas fuertes, lo que de hecho ocurrió. Durante nuestra huida, una serie de eventos desafortunados y un erróneo manejo de la situación, llevaron a la revelación tanto de nuestro vehículo como de nuestro paradero a la policía.
Debido al cordón policial que automáticamente se formó, el compañero que manejaba la camioneta, disfrazada por fuera de ambulancia, estaba buscando rutas de escape para el grupo que realizó los atracos. En el intento, cometió el error de pasar tres veces frente a una patrulla policial, lo que hizo que resultara sospechoso. Siguió una persecución y, entonces, debido al desconocimiento del área, terminó en cuatro callejones sin salida, en el último de los cuales fue rodeado, al no tener espacio para escapar. Y, así, después de prenderle fuego a la camioneta, fue arrestado. Con estos acontecimientos y, visto que nuestro compa con el vehículo para la huida estaba ya en manos de la policía, nuestras opciones de escapar se redujeron drásticamente.
Decidimos, por tanto, detener el primer vehículo que pasaba, porque este aseguraría una huida más segura para nosotrxs y nuestrxs compas. Así las cosas, la cuestión principal era asegurar un nuevo vehículo para la huida que no resultara conocido para los policias, así decidimos dejar con nosotrxs al conductor de la furgoneta, hasta encontrar otra ruta de escape para nosotrxs. Es en este punto, aproximadamente después de cruzarnos con una patrulla policial, que poco a poco nos llevó a una desenfrenada persecución hasta la ciudad de Veria, donde la mayor parte de las fuerzas policiales disponibles de la zona estaba tras nosotrxs. Obviamente nunca consideramos ni siquiera por un segundo el uso de dicho rehén como escudo humano (no hubiéramos tenido problema en hacerlo si, por ejemplo, él fuera el director de un banco), de cualquier modo, la policía no sabía de él. Al final, él se convirtió en escudo humano para los policias, sin que estxs lo supieran, porque él era el motivo por el cual no usamos nuestras armas con el propósito de escapar. Debido a nuestra conciencia y nuestra moral que no nos permiten arriesgar la vida de una persona que acabó por azar con nosotrxs contra su voluntad.
En este punto, queremos aclarar que no portábamos las armas con el propósito de intimidar a nadie, sino como una herramienta en caso de enfrentamiento con los policias. Así, el motivo por el cual no actuamos como nos tocaba hacerlo, para escapar, fue una condición en la que nos encontramos debido a nuestro mal manejo de la situación.
La única vía de escape en este punto era acelerar y nuestro intento de ganar terreno con nuestro vehículo a los policías que nos estaban persiguiendo. Por supuesto, la ciudad de Veria no es el mejor lugar para algo como esto y, por ende, quedamos pronto atrapados en una calle estrecha, resultando en nuestra detención. Durante nuestro arresto, lo único que dijimos fue que la persona que estaba con nosotros no tenía nada que ver con los atracos ni con nosotros. No obstante, los policías continuaron golpeándolo también a él, al menos, mientras tuvimos contacto visual con él.
La narración anterior no está enmarcada en la presunción y la autopresentación, sino con el propósito de revertir el legado de un arresto sin batalla, al que nos condujeron las circunstancias.
La narración finaliza en la jefatura de policía de Veria, donde siguió una larga tortura hacia tres de nosotros a manos de los cerdos de la policía. Sus tácticas son conocidas y esperadas: capucha en la cabeza, manos esposadas a la espalda y golpes.
Consideramos obvio que hay una línea clara que nos separa del sistema, que marca la guerra entre dos mundos. El mundo de la dominación, la opresión y la sumisión y el mundo de la libertad que nosotrxs creamos y mantenemos vivo a través de nuestra incesante lucha contra el Poder.
En esta guerra, los cerdos de la policía son un objetivo permanente para lxs anarquistas guerrillerxs ya que ellxs son la vanguardia y la rama represiva de los mecanismos del dominio. Por eso, damos por hecha la actitud de los policías contra nosotros. Si el Estado no nos combatiera, entonces podríamos tener buenas razones para estar preocupadxs. La tortura, como método, fue, es y será siempre un arma en el arsenal de cualquier autoridad dada. Nosotrxs, anarquistas, por supuesto, rechazamos usar tales métodos contra nuestros enemigos y preferimos la digna práctica de la “ejecución” política, porque no queremos reproducir la podredumbre de su mundo sino acabar con ella.
La opinión que ve a lxs luchadorxs como presas en las garras de los mecanismos represivos internaliza la percepción de derrota dentro de los círculos subversivos. Esta es la aceptación de una percepeción que reduce la guerra contra los enemigos de la libertad al contexto de la aceptación de la ética y la legalidad social burguesa. Y, para ser claros, el apunte de arriba concierne a anuncios como los de ANTARSYA (Frente de Izquierda Anticapitalista Griega) o A.K. (supuesto Movimiento Anti-autoritario), los cuales contribuyen más al reformismo que a la radicalización. Sobra referirnos a los periodistas, al partido SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical) y otros sectores del sistema que, con anuncios “amistosos” hacia nosotrxs, intentan reacercarse a aquellas conciencias que empiezan a discrepar con las normas, sirviendo de esta forma a la estabilización del régimen.
Ahora, en cuanto a la práctica de torturas, para nosotros la respuesta reside en la acción polimorfa. La visibilisazión de eventos específicos a través de acciones contrainformativas, tales como comunicados, carteles, concentraciones, manifestaciones, etc. es definitivamente necesaria, para que así cada vez más personas puedan llegar a una conclusión. Una conclusión que no deja espacio para “incidentes aislados” o “conductas vengativas”, sino que lleve a la comprensión de que la violencia física siempre ha sido una forma de represión y control del Poder. Forma parte de la guerra entre la dominación y la rebelión.
Por supuesto, mientras se difunde este mensaje, debe difundirse también un mensaje de terror hacia los torturadores por naturaleza, los policias. Para que los policias no golpeen, no tienen sentido las denuncias intrasistémicas y los procedimientos jurídicos, que implican también concesiones y la aceptación informal del poder judicial y periodístico. Hace falta resistencia, y la resistencia necesita también tener formas violentas. Porque un ataque a los policias, no solo a los de Veria, ya sea con piedras, molotovs o con armas, innegablemente los lleva a reconsiderar sus elecciones, contando sus heridas antes de volver a levantar la mano. Porque, como bien se ha dicho antes, nuestros enemigos tiene nombre y dirección.
No mencionaremos analíticamente el rol de los bancos, de cualquier forma, en el tiempo en el que vivimos, está claro para todxs. Su existencia es un robo constante. Para nosotros, como anarquistas, ellos constituyen objetivos de ataques de todas las clases: incendiario, bomba, atracos. Por supuesto, muchas cosas han sido dichas sobre nuestro caso e, indudablemente, para nosotros existe la necesidad de darle la vuelta al clima creado. Para golpear el continuo intento de vaciar de contenido nuestras elecciones y para revelar los podridos alcances sociológicos y el fondo pseudohumanitario que, debido a nuestra edad, querrían asignar.
“Son chicos normalitos y asaltaron un banco. ¿Por qué?”
Porque el atraco es una acción política consciente. No es el estado siguiente a un periodo de ansiedad adolescente, de ambiciones de enriquecimiento personal, ni tampoco es el resultado de nuestra supuesta pereza. Sin embargo, contiene nuestro deseo de no atar nuestras vidas a la brutal explotación del trabajo asalariado. Nuestro rechazo a volvernos engranajes para los intereses financieros. Nuestra resistencia a su violento avance de la bancarrota mental y de valores de su mundo.
Para nosotros está claro que no rechazamos la creatividad dentro de nuestras comunidades. Además, la organización de un atraco exige tanto trabajo físico como mental. Rechazamos, sin embargo, esclavizar nuestra creatividad a un mundo de producción y reproducción del trabajo. Por supuesto, para nosotros, poco sentido tendría el rechazo a la esclavitud asalariada si no trabajáramos paralelamente también para su destrucción. Somos anarquistas sin arrepentimientos y no buscamos simpatía, compasión ni comprensión porque actuáramos “equivocadamente” en un mundo “equivocado”. Buscamos la propagación de nuestras proyecciones y prácticas y lucharemos por ello hasta nuestras últimas palabras, hasta nuestra última bala.
Cada una de nuestras acciones de ataque es también un momento de la guerra revolucionaria total que se está llevando a cabo a todos los niveles. El dinero conseguido con este atraco no se destinó al paraíso consumista artificial. Esta es simplemente la herramienta para mover cada forma de lucha. Desde la impresión de comunicados a la compra de armas y explosivos, para la financiación de estructuras ilegales de ataque y defensa. Desde el arriendo de nuestras casas ilegales hasta el suministro de explosivos para hacer volar la paz social.
El objetivo es la difusión de la acción directa contra la condición de cautiverio generalizada que experimentamos. Ya sea en guerrilla o abiertamente y cara a cara, con cualquier método que cada unx piense que es más fructífero y efectivo, de cualquier forma que disponga o con la que disfrute cada individux y cada colectivo que contribuya a la lucha. Siempre, el objetivo de cada movimiento nuestro, de cada ataque de guerrilla es la propagación de la conciencia revolucionaria. Para posicionarnos conscientemente contra el mundo de la esclavitud total, contra la constante evolución del enemigo, el cual lo barre todo a su camino. Contra esta condición, la lucha por la libertad y nuestro intento de dar características combativas a cada aspecto de la lucha anarquista es fructífero y necesario.
Porque la anarquía nunca puede convertirse en una idea agradable en el mundo de la sumisión universal, sino que se encuentra en constante conflicto con este. Esta no puede restringirse ni a eventos inofensivos y democráticamente aceptables, ni a fetichismos sobre los medios, sino que constituye, más bien, un todo indivisible de todas las formas de lucha. Cada individux o grupo, según sus deseos, sus intenciones y su forma de pensar, contribuye a la continuidad de la lucha, con cualquier medio posible. La anarquía es nuestra forma de organizarnos, de vivir y de luchar. Es la organización sin restricciones, es la lucha incesante. Es el compañerismo extremo que experimentamos en nuestra comunidades en revuelta, contra la podrida estructura social.
Concluyendo, nos gustaría saludar a todos lxs compas que han actuado. Pegando carteles, gritando consignas, organizando concentraciones, escribiendo textos solidarios (dentro y fuera de las cárceles). A todxs aquellxs que, en este instante, están planeando sus ataques.
PD1: También queremos enviar nuestra solidaridad a Spyros Dravilas en huelga de hambre, quien libra una dura y dolorosa lucha por un una bocanada de libertad. Mucha fuerza.
PD2: Hace poco tiempo, el compa Ryo de Indonesia fue asesinado. Ryo fue un anarquista que promovía la solidaridad internacional a través de la acción. Ahora, incluso estando ausente en las hostilidades que nosotros generamos contra lo existente, estamos convencidos de que nosotrxs siempre miramos la misma estrella, la estrella de la insurrección anarquista permanente. Honor al compa RYO.
Los anarquistas:
Nikos Romanos
Dimitris Politis
Andreas-Dimitris Bourzoukos
Yannis Michailidis
[Sacado de es.ContraInfo.espiv.net]