Tras su traslado de la cárcel de Turín a la de Prato, el preso anarquista Alessio Del Sordo, encarcelado tras la operación represiva contra el movimiento No TAV del 26 de enero de 2012, ha escrito la siguiente carta.
23 de agosto de 2012
Hola a todxs:
Os escribo desde la cárcel de Prato donde me trasladaron ayer por la tarde. Hacía unos días que me apestaba a traslado, así que estaba preparado para ello. Los días anteriores había habido jaleo con un brigadier que había tenido que abandonar las sesiones tras insultos y golpes.
Por tanto, daba por descontado que me deportasen y, así, me preparé.
Llegaron a las 05:30, estaba despierto y dije que no tenía problemas en hacer el viajecillo. Gané tiempo para ir al baño, beberme un café (no hay jarana sin café) y prepararme lo mejor posible para resistir. A las 06:30, llegó un solo guarda a decirme que era hora de irse. Respondí que no me movería. El guarda se quedó desconcertado y le sugerí que pidiera refuerzos. En ese momento, alerté a amigos y compañeros de la sección diciendo que me estaba preparando para resistir. A mi nuevo compañero de celda le dije que no se metiera en medio.
Casi una hora después, llegaron ocho creyendo que la mole me impresionaría y que cedería.
En realidad, estaba preparado. Bien untado en aceite de girasol, un papel con todas las direcciones y tres sellos pegados a la polla con cinta adhesiva.
Para darme una pequeña ventaja, cubrí el suelo de la entrada de la celda con aceite. A la enésima negativa, entraron, el impulso hizo que se resbalaran dos sobre el aceite, un brigadier se estrelló contra el taburete y se quedó aturdido. Justo iba a propinar otro golpe y se me echaron encima. Comenzó un cuerpo a cuerpo. Pero gracias al aceite y a algunos movimientos que aprendí en el patio, resistí. Fui derrotado, como estaba lo previsto; aunque cuando no puedes vencer, tienes que hacer que la derrota sea digna de ser contada.
Me llevaron en volandas por toda la sección entre gritos, insultos mezclados con saludos y suertes. No sé nada de mis cosas.
En la oficina de registro, seguí desafiando a la carroña, invitándoles a entrar a la celda de aislamiento. Los cobardes no entraron.
Tenía que haber salido a las 07:00. Dejé Le Vallette alrededor de las 10:00. Desde el blindado, vislumbré a compas que vinieron a repartir octavillas a la salida de la cárcel. El viaje fue una sauna. Esos cabrones de la escolta se piraron a comer al autogrill y me dejaron asándome una hora.
Cuando entramos en Prato, vi una pintada roja en un muro amarillo vómito: “VIVA BRESCI”. Y, joder, compas, viva Bresci.
Entré en la sección a las 19:00, después de los procesamientos clásicos para lxs que entran.
Sección III, media seguridad, cámaras por todas partes en los pasillos.
Estamos en celdas de tres, hay dos chavales conmigo que acaban de llegar del aislamiento. Dije: “buenas tardes, prisioneros, ¿se puede?”, respuesta: “tienes razón, estamos en carcelados, no detenidos. Claro que se puede”. Me recibieron preparándome la cama y alimentándome. Para las crónicas, esperamos a esta mañana. Admito que ayer estaba un poco cansado.
Ahora sé que en esta cárcel somos 700, los tres cuartos en media seguridad y el resto en alta seguridad. Me cuentan que Prato es un centro de castigo. Mientras, esta mañana, después de que se corriera la voz de que había llegado un nuevo peregrino, vinieron a saludarme. La mayoría conoce a “Olga” y mantienen una correspondencia. Alguno le ha echado un ojo a un panfleto en el que había un escrito mío, así que me acogieron con palmadas en el hombro.
Ahora quiero poder resistirme mejor, me ambiento un poco y vemos cómo van las cosas.
Después de varios meses en la XII de Turín puedo hacer balance y creo que se puede conseguir mucho organizándonos entre prisioneros. Puedo aprovechar meses de experiencia y una determinación mayor.
Estoy sereno, con la moral alta y soy consciente de que la única defensa posible contra el poder es el ataque directo.
Sé que muchxs compas creen que mi elección de no acogerme a la defensa legal es una elección poco inteligente, poco astuta y que mina la unidad del movimiento NO TAV. Pensad lo que queráis, compas, solo os puedo decir que usaré la inteligencia, la astucia de la que dispongo para unirme a los hombres y mujeres que combaten contra este existente para lanzar golpes cada vez más precisos y dejar claro que seguiré enfrentándome donde sea y a lo que sea.
Y que le den a cualquier arreglo de politicuchos.
Dicho esto, estoy bien aunque desprovisto de, prácticamente, todo.
Volveré a escribir pronto.
Fuego y revuelta,
Alessio.
Para escribir y expresar tu solidaridad al compa:
Alessio Del Sordo
C.C. via La Montagnola 76
59100 Prato (Italia)
[Sacado de es.ContraInfo.espiv.net]