“Esta operación no es más que otro intento de reprimir e intimidar a refractarixs y rebeldes, tratando apagar el fuego anarquista y revoltoso que arde dentro de nosostrxs. No es necesario decir que no han tenido, ni remotamente, éxito en su intento. Continuamos en el camino de las llamas y el odio, sin retroceder ni un milímetro.”
El jueves, 29 de marzo, por la noche, por orden de la fiscalía de Perugia y la fiscal Manuela Comodi, se efectuaron diversas redadas contra 4 anarquistas en varias ciudades (Pisa, Ravenna, Génova, etc.); se movilizaron diversas fuerzas de los carabinieri, entre ellas, la Sección Anticriminal de Bolonia y la unidad ROS Anti-subersión e Investigaciones Técnicas de Roma.
A las 04:05, 6 carabinieri allanaron mi casa (2 locales, 2 ROS y 2 de la, ya nombrada, Sección Anticriminal), en búsqueda de material documental, material útil para el armar paquetes explosivos y cosas similares. Todo esto sucedió debido a mis relaciones de afinidad con lxs compañerxs de Culmine y con mi compañero involucrado, junto a mi, en el proyecto ParoleArmate.
Durante la redada, los esbirros comentaban de una manera sarcástica todo lo que iban encontrando, algo que no hacía más que aumentar mi sentimiento de náusea, de odio y de repugnancia hacia ellos.
Después de 3 horas de buscar y hurgar, volvieron a la comisaría con dos cajas llenas de material (una de ellas me sería devuelta inmediatamente, mientras que la otra quedó a su disposición, considerada útil para los fines de las investigaciones).
Lo confiscaron todo: un computador, 3 teléfonos móviles, unos 40 libros, folletos, panfletos, cartas (con especial atención al material sobre lxs compas de la Conspiración de Células del Fuego, que consistía en dos cartas y algunos panfletos), un par de guantes, viejas hojas de papel escritas a mano y cosas parecidas).
Esa misma mañana, me vi obligado a irme a la comisaría provincial de los carabinieri, donde me dieron el informe de búsqueda y confiscación; sin embargo, en ese momento, descubrí que fui el único de los 4 buscados que no quedaría bajo investigación.
Los artículos de los que se acusa a mis compas son: 110, 112, 270bis y 280.
Esta operación no es más que otro intento de reprimir e intimidar a refractarixs y rebeldes, tratando apagar el fuego anarquista y revoltoso que arde dentro de nosostrxs. No es necesario decir que no han tenido, ni remotamente, éxito en su intento. Continuamos en el camino de las llamas y el odio, sin retroceder ni un milímetro.
Se arman las palabras, los pensamientos y las manos; concretamos nuestra rabia, nuestro deseo y la necesidad de destrucción. Atacamos. Un cómplice abrazo de fuego a todxs lxs compañerxs perseguidxs y a todxs lxs afines que han mostrado su cercanía y solidaridad, entre ellxs, lxs compañerxs de Edizione Cerbero y lxs compañerxs de la Conspiración de Células del Fuego. Que el incendio de la insurreción anarquista arda y se extienda desde el corazón y los ojos de lxs indomables del mundo entero hasta las calles de ciudades y metrópolis, a pesar de todos los intentos de frenarlo y extinguirlo.
Por eso, me uno al grito de mis compañerxs:
¡VIVA LA ANARQUÍA!
¡LA PÓLVORA RUGE Y LAS LLAMAS DESTRUYEN!
Tomo,
2 de abril de 2012,
al Culmine de la Nada.
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Sacado de es.contrainfo.espiv.net
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