Luego de la masacre del 8 de diciembre ocurrida en la cárcel de San Miguel, un grupo de presos de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) tomaron la firme decisión de manifestar su repudio iniciando una huelga de hambre liquida a partir del día lunes 13 de diciembre.
A una semana de iniciada la huelga ya son alrededor de 90 los internos que se han sumado a la movilización (incluyendo a los compañeros Marcelo Villarroel y Freddy Fuentevilla) y las consecuencias ya comienzan a aparecer al constatar que cada uno ha bajado en promedio de 5 Kg.
Esta huelga es una muestra más del descontento generalizado en relación al sistema carcelario, un descontento que ha existido siempre y que la masacre de San Miguel no hizo más que sacar a la luz pública.
Es inconcebible que 81 personas mueran calcinadas y que se considere el hecho como “una tragedia” así sin más; que se diga que gendarmería actuó de acuerdo a su protocolo y de manera adecuada y que si algún gendarme “de buen corazón” optó por abrir las celdas, resulta que es un héroe.
No. Nosotros sabemos que las vidas de esos hombre y muchachos estuvo en las manos de los perros carceleros que, ante la posibilidad de una fuga u otro acto que se escapara de su control, se acobardaron y optaron por “esperar”; sabemos que su precario razonamiento se resume en un simple “mejor muertos que libres”; sabemos también que para el gobierno no es mas que un incomodo acontecimiento que lo obliga a hacer un par de promesas ridículas y que la estupida opinión publica burguesa siente profunda satisfacción de que haya 81 delincuentes menos, 81 potenciales amenazas a su acomodado estilo de vida.
No. No lo aceptamos y lo gritamos a los cuatro vientos, apoyamos todas las movilizaciones anticarcelarias y desde este pequeño lugar informamos lo que ocurre al interior de la CAS.
Los objetivos de esta H.H. se sintetizan en 2 puntos:
· El primero relacionado con los beneficios intrapenitenciarios, es decir, que se agilicen y se cumplan y se lleven efectivamente a cabo en el caso de quienes han cumplido con los requisitos. Este punto se refiere principalmente a las salidas dominicales, sabatinas y condicionales.
· El segundo punto se refiere a la dignificación de las condiciones de vida dentro de la cárcel, es decir, un mejor trato a las visitas (trato que es, hasta el día de hoy increíblemente vejatorio), más horas de visitas, más horas de patio, entre otros.
La actitud de gendarmería frente a la movilización ha sido hasta el momento de absoluta indiferencia, no ha habido hostigamiento (hasta ahora) pero tampoco ninguna señal de querer dar una solución a las demandas de los huelguistas.
Está en nosotros el ejercer la presión suficiente para que se escuchen sus voces y así no tener que esperar semanas o meses, enfermedades irreversibles o incluso más muertes antes de que la puta autoridad se de cuenta de que el sistema carcelario es inhumano e insostenible.