Ya han trascurrido 4 meses desde que el 24 de junio del 2009 es allanado nuestro espacio en busca de Diego Ríos, tras incautarse material explosivo en la casa de su madre.
Diego vivía acá, formó parte activa en la construcción del posicionamiento de este espacio, junto a él aprendimos a convertir en práxis el discurso anti autoritario, donde previmos siempre la muerte y la cárcel como consecuencias de nuestra postura de guerra contra la sociedad. Ese día nuestro compañero optó por emprender la fuga para evadir lo más posible la prisión, y hasta el momento ha publicado dos comunicados donde explica su postura de guerra al capital. (1º comunicado - 2º comunicado).
La partida de nuestro compañero ha calado hondo en nosotrxs y silenciar dicha situación sería apaciguar las llamas que él mismo ha encendido, al convertir su fuga en un acto explícito de insumisión, rompiendo con las formas clásicas de comprender la clandestinidad, donde el tema era prácticamente un tabú.
El contexto nos indica que la lucha anti autoritaria debe propagarse mediante la acción contra el enemigo. Quedarnos en críticas que justifican la pasividad implica aislar los esfuerzos de nuestro compañero por propagar su experiencia para aportar de manera activa al aprendizaje de quienes no aceptamos ni los liderazgos ni las estructuras.
Para nosotrxs, la mejor manera de apoyar a nuestro compañero es no desistir en la lucha que juntos asumimos. El está presente en cada acto de insumisión que emprendemos y apoyamos. Diego Ríos no es un compañero idealizado, para nosotros es la muestra clara de las consecuencias que tiene esta guerra a muerte contra el capital, el dolor que sentimos no puede quedarse sólo en el plano íntimo, sino que debe canalizarse en coraje y precaución, en actos más asertivos que desborden al enemigo, ya que esto lo hacemos por las ideas que juntos forjamos y practicamos. Nuestro hermano ya manifestó su forma de entender su situación, nosotrxs reivindicamos su fuga como una acción directa contra los oscuros designios del poder contra su vida, las prisiones deben ser destruidas y evadidas y nuestro compañero es un claro ejemplo de dicha negación.
Saludamos su decisión, lo respetamos y apoyamos desde lo más profundo de nuestros insurrectos corazones. Reiteramos nuestro repudio a decisiones desafortunadas como las tomadas por la madre de Diego, quien en su afán por verlo cerca, es capaz de tolerar que esto se produzca en medio de la tortura y el encierro. No apoyamos la investigación policial, que se ha agudizado desde la muerte de nuestro compañero Mauricio Morales, tras lo cual es encarcelado Cristian Cancino, instaurando la prensa a los centros sociales y okupaciones como el foco de su fenómeno mediático.
Sabemos que la acción de Diego habla por sí sola, y su nombre no lo transformaremos en un ícono ni lo veremos como un mártir, La fuga de Diego es producto de un grave error y ha tenido la capacidad de asumirlo, siempre pensando en la continuidad de la lucha.
Juntos le hemos dado un sentido a la vida, que es, como dijo Mauricio Morales “procurar que viva la anarquía”, es decir, la destrucción del capital, sus sostenedores y sus falsos críticos.
No olvidamos a nuestro compañero Mauricio Morales, quien ha dejado de estar materialmente con nosotros producto de la detonación del artefacto explosivo que trasportaba, el que al igual que Johnny Cariqueo, Gabriel Pombo Da Silva, Marco Camenisch, Claudia López, Axel Osorio, Cristian Cancino y muchos otros están presentes en todo momento y nos dan fuerza para continuar esta lucha sin tregua contra toda forma de autoridad. Un saludo fraterno a todos los compañeros que han estado atentos a los acontecimientos ocurridos y han solidarizado más allá de lo discursivo con este y otros espacios que están siendo hostigados por la autoridad.
PORQUE LA CONFORMIDAD NORMALIZA LOS GOLPES
HAGAMOS DE NUESTRA VIDA UNA PROPAGANDA POR EL HECHO!!!