Salimos en la oscuridad, clandestinxs, en una noche cálida y tranquila, con gasolina armamos nuestro sueño que pronto se convertiría en realidad, en fuego.
Caminamos debajo de los fantasmas de los arboles ya talados, calladxs, solo nuestra respiración y nuestros sigilosos pasos podíamos oír, durante esa noche todo va bien.
Llegamos a nuestro objetivo, una pipa de agua utilizada para despilfarrar cientos de litros de agua para regar la tierra que posteriormente la lamería la civilización, urbanizándola y dejándola completamente infértil para la construcción de calles donde legiones de zombis deambulan.
Colocamos nuestro dispositivo en la llanta delantera de dicho camión y nos escondimos detrás de la flora citadina.
Una pequeña chispa de alegría basta para iluminar una triste noche de agonía.
Nuestra ropa oscura se camuflajeaba con las sombras y la luna redonda y luminoso alumbraba el camión que en unos minutos empezaría a arder. El artefacto se encendió y empezaba a quemar la llanta, el cofre, después lentamente se comería la cabina del conductor.
Una gran nube se levanto por los cielos, mientras sentíamos el suave rose del pasto en nuestros cuerpos llenos de emoción expectante, las llamas eran grandes, tan grandes como nuestro deseo de ver arder a la civilización agonizante.
En compañía de las estrellas mismas admirábamos nuestras palabras hechas acción, detrás de los arboles como la pantera cuando visualiza a su presa estábamos.
De repente, un ruido ensordecedor para lxs que estaban cerca se escucho, fue el sonido del caos, los vecinos salieron, se escuchaban sirenas, una ambulancia había llegado pero al percatarse de que no había ningún heridx se quedo atónita con la pipa envuelta en fuego, los bomberos arribaron y los carros que estaban cerca del humo empezaron a huir, aquel sonido aturdidor fue la explosión del motor de dicho camión.
La paz social se había destrozado, lxs explotadorxs de la tierra recibían su castigo, la pipa había quedado para siempre inservible y nosotrxs una vez más habíamos golpeado sin dejar ninguna pista.
¡Venganza para la tierra, los arboles, las montañas, el agua y todo lo que implica naturaleza salvaje convertida en mercancía para el antropocentrismo humano!
Seguiremos en la lucha
Frente de Liberación de la Tierra/México