Informamos con enorme alegría que, después de 22 años de cárcel, después de haber sobrevivido 7 años de aíslamiento absoluto, con torturas físicas y psicológicas; el compañero Georges Cipriani, militante de Action Directe, jamás arrepentido, está hoy en semi libertad.
Hoy más que nunca, esto demuestra que no debemos dejar de luchar hasta que todxs nuestrxs compañerxs secuestradxs por el Estado francés esten libres.
¡Libertad para todxs lxs presxs revolucionarixs del mundo!
Fuente: Punto de Fuga
? Repasando la historia de lxs compas de Action Directe presxs
Actualmente Nathalie Ménigon, Jean-Marc Rouillan y Régis Schleicher están todavía detenidxs por hechos que tuvieron lugar hace veinte años. Joëlle Aubron habia sido la unica liberada por razones médicas porque su muerte era segura (acontecida la 1 de marzo del 2006). Action Directe reivindicó numerosas acciones anticapitalistas y antiimperialistas . Y es dentro de este marco que estxs militantes fueron puestxs en prisión.
Régis Schleicher fue detenido en marzo de 1984 y condenado por complicidad en los hechos de la calle Trudaine, mientras que otros inculpados en el mismo caso están hoy en libertad, tras haber purgado su pena. Joëlle Aubron, Georges Cipriani, Nathalie Ménigon y Jean-Marc Rouillan fueron detenidos en febrero de 1987 y condenados a cadena perpetua por un tribunal compuesto únicamente por magistrados (sin jurado popular). La ley de 1986, denominada antiterrorista, creó esta jurisdicción especial. Todos han conocido condiciones de encarcelamiento particularmente difíciles:
- muchos años de aislamiento total,
- correos censurados, bloqueados regularmente, comunicación con el exterior obstaculizada,
- permisos de visita entregados a cuentagotas y, durante años, limitados sólo a la familia
Se trataba de aislarlos, de abstraerlos de todo contexto social, de bloquear al máximo sus ligaduras con el exterior. Cada espacio conquistado lo fue por la lucha (especialmente muchas huelgas de hambre, muy largas…).
En abril del 2004, Joëlle Aubron enfermo de un tumor cerebral, fue hospitalizada y operada sin que su familia la pudiera ver. Es esposada permanentemente a su cama del hospital. Ante la gravedad de su enfermedad pudo finalmente, en junio de 2004, beneficiarse de una suspensión de pena por razones médicas (ley Kouchner del 4 de marzo de 2002). Pero pese a esto todavía estaba sujeta a un régimen particular: entre los beneficiarios de esta ley, es la primera a quien se le prohíbe cualquier desplazamiento fuera de su residencia, hasta su hospitalización en un centro médico alejado tubo que ser negociado… Por lo tanto, movilidad restringida y fuerte vigilancia. En enero de 2006, el ministro de justicia declara: “Cuando escucho que antiguos terroristas no arrepentidos hacen sus compras en los mercados, cuando estaban, digamos, condenados a muerte… se me hace insoportable. Los enfermos, incluidos los afectados por una enfermedad grave pero que no están a “un paso de la muerte”, no se deben beneficiar de esta ley.” Joëlle Aubron muere el 1 de marzo del 2006…
Víctima durante su encarcelamiento de dos accidentes vasculares cerebrales, Nathalie Ménigon no ha tenido nunca las curas requeridas por su estado de salud y sufre secuelas serias (problemas de equilibrio, de motricidad, pérdidas de memoria). Tiene riesgo de recaída y su pronóstico vital está comprometido. Se le habría de aplicar, por lo tanto, la ley Kouchner. No obstando, sus tres peticiones han sido rechazadas. El junio del 2005, durante su comparecencia ante una comisión, los magistrados pusieron en duda su capacidad para trabajar en vista de su salud precaria… no lo suficiente enferma para obtener una liberación por razones médicas, pero demasiado enferma para responder a las exigencias de una libertad condicional. Georges Cipriani, por su parte, ha estado muchas veces en el servicio psiquiátrico penitenciario a lo largo de su encarcelamiento. Los periodos de aislamiento demasiado largos lo han debilitado psíquicamente.
Georges Cipriani, Nathalie Ménigon y Jean-Marc Rouillan terminaron desde febrero de 2005 la pena de seguridad de 18 años que acompañaba su condena a prisión a perpetuidad. Régis Schleicher, por su parte, la acabó el 1999. Pueden por lo tanto pedir la libertad condicional. A fecha de hoy, todas sus peticiones han sido rechazadas.
Presxs a la calle!