Hoy viernes 8 de octubre al rededor de las 11:38 a.m., nueve funcionarios de gendarmería se presentaron en la celda notificándome que DIPOLCAR requería mi presencia por petición del fiscal Peña, ante mi negativa de concurrir fui brutalmente golpeado, tirado al suelo y engrillado con cadenas de pies y manos.
Inmediatamente fui trasladado a la fuerza al área de enfermería del recinto penal. Ahí me doy cuenta de un indeterminado número de funcionarios de la DIPOLCAR, tres de ellos ingresaron el 14 de agosto a mi hogar, uno de ellos, junto al Cabo Crisistomo de la 30 Comisaría, me golpeó en los calabozos de la 26 Comisaría y hoy todos ellos, junto a una veintena de repugnante y serviles funcionarios de gendarmería, llevan adelante una nueva golpiza ya engrillado. Fui ahorcado y subido boca abajo a una mesa. Posteriormente y reducido completamente pinchan y cortan mi dedo índice de la mano izquierda. Supongo que para extraer sangre.
Todo este procedimiento se llevó a cabo delante del jefe interno de la Unidad: Teniente Ortega, y de un Mayor que no identifiqué. En todo momento la risa de los verdugos del estado y su odio al cuerpo indefenso primaron.
Terminada esta tortura fui trasladado al cuarto piso, lugar de la celda del que fui sacado, y en todo momento los golpes e insultos no cesaron, ahora al mando del Cabo Nabor, quien recordaba que yo “debía plata desde el CAS”. Recién al empujarme en la celda me sacaron los grilletes.
Una vez en la celda supe que esta extracción de sangre fue hecha a todos los imputados por el “caso bombas”. Cabe señalar que este proceder no se ajusta al la ley por no encontrarse presente el abogado, ni tampoco la muestra en que fue realizada por el Instituto Medico Legal. Todo esto lleva a cuestionarse qué hay detrás de este proceder, si a esto sumamos que la semana antepasada funcionarios de gendarmería procedieron a revisar mi cama e introducir pelos en una bolsa.
Queda claro y en evidencia una nueva medida desesperada del Fiscal Peña y del Gobierno, que avala este proceder, por continuar una senda irracional, que no tiene tapujos en continuar elaborando falsas pruebas condenatorias, utilizando falsos testigos al no tener nada para tenernos encarcelados.
Hago un llamados a todxs los amigxs, compañerxs, y a todxs con pensamientos critico a denunciar esta nueva acción de tortura creada por la Fiscalia Sur y sus empleados de la DIPOLCAR y Gendarmería.
A no bajar los brazos y seguir luchando por el fin de la sociedad carcelaria.
Rodolfo Retamales, preso social, perseguido político del Estado Terrorista.