En chile desde hace 24 años, todos los fines de marzo se conmemora la llamada jornada del joven combatiente, en alusión directa a todas y todos los jóvenes populares asesinados por la dictadura de Pinochet pero, particularmente reivindicando el legado vivo de los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo, militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria M.I.R., asesinados por carabineros, después de haber sido detenidos y desarmados, mostrando así el carácter cobarde de la policía chilena y su sistemática represión al campo popular que continua hasta el día de hoy.
Este hecho, ocurrido el 29 de marzo de 1985 en el sector poniente de Santiago se sumaba al reciente asesinato de otra joven luchadora “mirista” llamada Paulina Aguirre; que venia, una vez mas, a mostrar la implacable persistencia asesina de Pinochet y sus sicarios estatales.
Sin embargo, pensando equivocadamente en generar temor y repliegue en todos los sectores organizados bajo formas milicianas armadas de la izquierda revolucionaria, estas fechas pasaron a convertirse en un momento de acción y coordinación de toda la franja rebelde e insurrecta organizada a lo largo y ancho del país, que en lugar de llorar y lamentarse decidieron pasar a la ofensiva, rompiendo la lógica del victimismo y el martirologio para, con rabia, fuerza y alegría atacar los símbolos del capital y por cierto a toda la policía.
Villa Francia, lugar de origen de los hermanos Vergara Toledo, por muchos años ha sido luz de lucha, siendo escenario de combates callejeros directos que congregan a cientos de hombres y mujeres jóvenes que tras sus rostros tapados, empuñan armas desde donde salen tiros de memoria y subversión y desde donde la continuidad de la acción violenta directa, como método de auto defensa popular no ha podido ser erradicada ni por el estado, ni por aquellos que justifican su inacción con gastados argumentos como que “no están las condiciones” o “hay que acumular para después pasar a la ofensiva”(?) mientras la ley y el orden democrático del capital continua asesinando cotidianamente, de la misma manera cada día nacen nuevas y nuevos jóvenes combatientes que expresan su opción de vida y de lucha a través del quehacer practico, del aprendizaje en la autodefensa, de la autoformación política e ideológica mas heterodoxa, en la reivindicación continua del ataque al orden burgués. En definitiva, al querer asesinar a los hermanos Vergara Toledo, no hicieron mas que multiplicarlos en miles que hoy los reconocen como referentes inmortales de una lucha en la que aquí y ahora decidimos ir y venir, insistir y atacar y nunca mas dejarse aplastar ni avasallar
Que paradójico resulta escuchar, cada año, cada marzo, al tropel de gobernantes y represores a través de la infinita cobertura mediática, diciendo: “( ) este año los actos de vandalismo delincuencial han sido mínimos y solo es el lumpen que se reúne para delinquir y atacar a la población y a las fuerzas de orden y seguridad ”
Sin embargo las barricadas, los ataques armados a los símbolos de la represión y el capital, las actividades sociales abiertas, los murales y pintadas, las tocatas en ocupaciones, las salidas a la calle en universidades se multiplican como testimonio vivo de un proceso de reconstrucción social-popular que se extiende en chile, lento pero seguro, en el desarrollo inevitable de una guerra social que ya nadie puede negar, del mismo modo que la presencia fuerte y viva de Eduardo, Rafael y Pablo Vergara Toledo, de todos y todas las caídas en dictadura así como nuestrxs entrañables hermanos y hermanas asesinadxs en estos 19 años de “democracia”.
Salud y larga vida a Norma Vergara Cáceres, Ariel Antonioletti, Andres Soto Pantoja, a Miguel Leal, a Pablito Muñoz Moya, a Alejandro Sosa Duran, a Raul Gonzalez, a Yuri Uribe Toro, a Aldo Norambuena Soto, a Claudia Lopez, Daniel Menco, Alex Lemun, Rodrigo Cisternas, Matias Catrileo, Jhonny Cariqueo…
Marcelo Villarroel Sepúlveda,
Prisionero Político de origen chileno Revolucionario Libertario.
Unidad de detencion Nº11, prov. de Newken, Patagonia Argentina.